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Resumen "La Noche boca arriba"


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2018  •  Resúmenes  •  812 Palabras (4 Páginas)  •  232 Visitas

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Relato en Primera Persona.

 La noche boca arriba / Julio Cortázar

Al salir del hotel, pensé que ya era tarde, así que sali apresurado para tomar mi motocicleta de aquel rincón, donde el portero me permitía guardarla.

Mientras pasaba por aquella joyería, mire rápidamente la hora en mi reloj, iba con tiempo de sobra.  Mire hacia el cielo, el atardecer filtraba su luz entre los edificios altos del centro. Iba saboreando el paseo en mi motocicleta pensando en mi nombre, el cual no tenía.

El trayecto era agradable, la calle era larga y no había tráfico. Un poco distraído, pero iba sobre el carril que me correspondía, tal vez me relajé demasiado que no pude prevenir el accidente. Las luces estaban en verde y aun así aquella mujer se lanzo a la calzada. Como pude frene la motocicleta, haciendo que bruscamente me desviase a la izquierda; oí el grito de la mujer y después de eso perdí el conocimiento.

Volví bruscamente del desmayo, cuatro hombres me sacaban debajo de la motocicleta. Me dolía bastante la rodilla derecha, di un grito porque no podía soportar la presión en el brazo derecho. Asustado pregunte por la seguridad de aquella mujer, por suerte no tenia mas que rasguños en las piernas. La ambulancia llegó a los cinco minutos, me subieron a una camilla blanda donde pude tenderme a gusto, pensando en mi mala suerte.

Me llevaban en una camilla de ruedas hasta un pabellón del fondo, me quitaron la ropa y me vistieron con una camisa grisácea y dura, me movían con cuidado el brazo, sin que me doliera. En el cuarto un hombre de blanco, alto y delgado miraba con atención una radiografía, se me acerco y sonrió repentinamente.

Me adormecí de pronto, era curioso por que estaba lleno de olores y yo nunca soñaba olores. Estaba en un pantano, perdido entre las ciénagas. Mis músculos estaban rígidos y un sudor frío recorría mi espalda, en la noche oscura. Al otro lado del gran lago, vi antorchas ardiendo, eran los aztecas que se proponían a darme caza. Escondido entre los arbustos, agachándome a cada instante, tenia que llegar al corazón de la selva, sin querer quebré una rama, desesperadamente corrí lo mas que pude.

Que tranquilidad, desperté de pronto. -Una pesadilla vecino -dijo el enfermo de al lado-. No brinque tanto, vecino.

Me toque la frente, mis golpes ya estaban vendados, y mi brazo enyesado que colgaba de un aparato con pesas y poleas. Por la puerta entro una mujer, me pregunto que como me sentía, no le respondí. Me dio un plato lleno de caldo y un trocito de pan, todo un banquete para mí.

Mire hacia la ventana, suspire y cerré los ojos nuevamente. Estaba tirado en el pantano, me levanté y corrí hasta esconderme detrás de un árbol, mi mano se aferraba al mango del puñal. La guerra de florida llevaba ya seis días, si lograba refugiarme en lo profundo de la selva, lejos de las ciénagas y esperar al amanecer, quizá los guerreros aztecas dejaran de perseguirme. Llevaba conmigo un amuleto, lo apreté y con mis labios secos, susurré una plegaria del maíz que trae las lunas felices, y la suplica a la Muy Alta, a la dispensadora de los bienes motecas.

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