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Resumen en secuencias de la Odisea, de Homero


Enviado por   •  17 de Febrero de 2019  •  Apuntes  •  15.031 Palabras (61 Páginas)  •  789 Visitas

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SECUENCIAS DE LA ODISEA, DE HOMERO

CANTO I:

  1. Invocación del aedo a Mnemosyne, la madre de las Musas, para que le inspire el canto.

  1. El poema versará sobre el retorno de Ulises a Ítaca, después de arrasar Troya y de conocer ciudades y el genio de innúmeras gentes.
  1. Sólo Ulises podría regresar; sus hombres habían hallado la muerte por sus propias locuras, por su insensatez.
  1. Calipso, la divina entre las diosas, mantenía prisionero a Ulises en una cueva.
  1. Posidón era el dios que estaba impidiendo el retorno de Ulises; pero ahora estaba en una gran hecatombe de cabras y toros en el país de los lejanos etiopes.
  1. En el consejo de los dioses, Zeus recuerda a Egisto, el varón intachable, que pagó sus maldades con la muerte:  se había unido a Clitemnestra y había dado muerte a Agamenón.
  1. Atena recuerda a su padre el caso de Ulises divino, prisionero en Ogigia.
  1. Zeus no se ha olvidado de aquel varón de singular ingenio, que ofrendó grandes dones a los inmortales.
  1. Zeus recuerda la causa del encono de Posidón:  Ulises había cegado a Polifemo, hijo de la ninfa Toosa y del dios del mar.
  1. El consejo de los dioses determina proporcionar el regreso de Ulises, aun sin el consentimiento de Posidón; éste tendría que avenirse, pues no podía enfrentarse a todos los dioses.
  1. Atena propone el envío de Hermes a la isla de Calipso, para que lleve la noticia a la ninfa; mientras tanto, la ojizarca visitará Ítaca e infundirá valor a Telémaco.
  1. Atena calza las sandalias doradas y toma la lanza de punta de bronce con la que desbarata las filas de héroes.
  1. Atena llega a Ítaca y se presenta como huésped en casa de Telémaco; toma la forma de Mentes, hijo de Anquíalo, y señor de los tafios, nación de gozosos remeros.
  1. Mientras el aedo Femio canta, Telémaco le explica a Atena que aquellos hombres que ve, están comiendo a costa de la despensa ajena, mientras su padre posiblemente ha muerto.
  1. Atena informa a Telémaco que Ulises está retenido en una isla por infames y selváticas gentes; pero que pronto regresará.
  1. Telémaco no sabe si él realmente es hijo de Ulises; sólo lo puede afirmar por lo dicho por su madre.
  1. Atena pregunta por el festín desagradable que contempla, y Telémaco le explica que lo hacen aquellos que detentan el mando en Ítaca y que desean casarse con Penélope.  La esposa de Ulises, por su parte, no puede negarse a la boda ni poner fin al abuso de aquellos hombres.
  1. Atena aconseja a Telémaco para que viaje a Pilos y a Esparta en busca de noticias de Ulises; además, le infunde valor para que reúna en el ágora a todos los itaquenses y les explique sus planes.  Si averigua que Ulises ha muerto, casará a su madre con otro y castigará, como Orestes, a los pretendientes.
  1. Atenea se marcha y Telémaco la reconoce.  Penélope pide al aedo Femio que no cante más; Telémaco la envía a sus habitaciones, a atender las labores del telar y la rueca.
  1. Telémaco comunica a los pretendientes su deseo de reunirse en el ágora y les advierte que clamará venganza a los dioses para ellos, por los desmanes que han hecho en la casa.
  1. Antínoo se sorprende del valor de Telémaco; Eurímaco le pregunta sobre el forastero recién ido (Atena).
  1. Telémaco se retira a su habitación guiado por Euriclea, la nodriza comprada por Laertes cuando aún no era nubil, por un valor de diez pares de bueyes.

CANTO II:

  1. Telémaco se levanta del lecho y ordena a los heraldos que llamen a los hombres al ágora.

  1. Una vez reunidos, quien primero habla es Egiptio, cuyo primer hijo había sido devorado por Polifemo y Eurínomo, el segundo, era uno de los pretendientes.  Egiptio pregunta quién los ha convocado al ágora y para qué lo ha hecho.
  1. Telémaco, tomando el cetro, habla y se queja de dos males que azotan su casa:  la ausencia de Ulises y el asedio de los pretendientes.
  2. Antínoo defiende a los galantes argumentando que no son ellos lo que causan dolores, sino Penélope que los ha engañado durante cuatro años.
  1. Según Antínoo, Penélope prometió casarse cuando terminara de tejer la mortaja de Laertes, y durante tres años la tejió de día y la destejió por la noche.
  1. Penélope tiene dones preciados de Atena:  su pericia en preciosas labores, talento y astucia, tales como las tuvieron Alcmena, Tiro y Micena.
  1. Los pretendientes insisten en quedarse en la casa de Ulises y no irse a los campos ni a ningún otro lugar.  Telémaco pide a Zeus el castigo para tales desmanes.
  1. Zeus envía desde el cielo dos águilas que revolotean sobre el ágora y en cuyos ojos brilla la muerte.
  1. Haliterses Mastórida, conocedor de la ciencia de las aves, habla a los pretendientes para que se corrijan, pues según él, Ulises pronto regresará y ellos morirán.
  1. Eurímaco se burla del presagio y exhorta a Telémaco para que obligue a Penélope a escoger esposo; si ella no lo hiciere, su hacienda seguiría siendo devorada.
  1. Telémaco anuncia su viaje a Pilos y a Esparta, y les pide ayuda a todos.
  1. Mentor, encargado por Ulises de cuidar la casa, se queja del pueblo itaquense que no hace nada por evitar los desmanes de los pretendientes.
  1. Leócrito interviene y señala que aun el mismo Ulises en persona que viniera a despejar su casa, encontraría una muerte afrentosa.
  1. La asamblea se disuelve y Telémaco se va a la playa; allí pide ayuda a Atena y ésta se le presenta con la forma de Mentor.
  1. Mentor (Atena) le da fortaleza diciéndole que él ha heredado el valor de Ulises y Penélope; además, le indica que le conseguirá la nave para que haga el viaje.
  1. Telémaco regresa a su casa y Antínoo lo invita burlescamente a comer con los pretendientes; pero el discreto hijo de Ulises rechaza la invitación y le dice al galante que a todos ellos les echará las Parcas funestas.
  1. Otro de los galantes interviene diciendo que posiblemente Telémaco haría el viaje para traer hombres y matarlos, o bien, para traer algún veneno y echárselos en el vino.  También señala que pudiera ser que el joven muera en el viaje.
  1. Telémaco baja a las bodegas y ordena a Euriclea que le aliste doce ánforas de vino y veinte fanegas de harina en flor.
  2. La nodriza la ruega que no haga el viaje, ya que los pretendientes pueden matarlo.  Telémaco le indica que su decisión fue tomada por un designio divino.
  1. Atena, con la forma de Telémaco, persuade a los remeros para que vayan al viaje; luego consigue el bajel con Noemon.
  1.  Atena, con la forma de Mentor, se presenta a Telémaco y le informa que todo está listo para el viaje.  Luego les produce a los pretendientes un profundo sueño.
  1. Telémaco ordena a los compañeros de viaje que saquen la carga del palacio y que la lleven a la nave.  Igualmente les ordena no decir nada a su madre ni a las esclavas de la casa.  La única que conoce los planes del joven es Euriclea.
  1. Telémaco y sus hombres se hacen a la mar.  Atena va con ellos bajo la forma de Mentor.  Hacen libaciones a los dioses y a la virgen de glaucas pupilas, nacida de Zeus.

CANTO III:

  1. Telémaco y Mentor (Atena) llegan a Pilos y encuentran a sus habitantes en la playa, divididos en nueve grupos de quinientos hombres cada uno.  Cada grupo estaba sacrificando nueve toros a Posidón.

  1. Pisístrato, hijo de Néstor, invita a comer a los huéspedes.  Se hace una invocación a Posidón y comen todos.
  1. Néstor interroga a los recién llegados y Telémaco se presenta como el hijo de Ulises y le pide al rey que le diga todo lo que sabe sobre el Laertíada.
  1. Néstor recuerda todos los males sufridos en Troya y cómo, después de la caída del palacio de Príamo, Zeus tramó la ruina de los dánaos, pues no fueron sensatos ni justos.
  1. Menelao exigió que todos volviesen por el ancho espaldar del océano; Agamenón propuso que se quedaran ofreciendo hecatombes sagradas para aplacar la cólera de Atena.
  1. Néstor y Ulises siguieron a Menelao, pero luego el Laertíada se devolvió y se quedó con Agamenón.  Esto es todo lo sabido por Néstor.
  1. Néstor les recuerda a los huéspedes la ruina que sobre sí tramó Egisto, y Telémaco expresa el deseo de ser ayudado por los dioses para vengarse él también, tal como lo hiciera Orestes.
  1. Néstor desea que Telémaco sea ayudado por Atena, al igual que la ojizarca había ayudado a Ulises en Troya.
  1. Telémaco pide a Néstor que le explique fielmente la forma en que sucumbió Agamenón.
  1. Néstor cuenta que en principio, Clitemnestra se negó a la infame pretensión de Egisto; pero luego, éste llevó a una isla al aedo que la cuidaba y lo dejó allí para comida de los buitres.  Clitemnestra se le entregó.
  1. Entretanto, Menelao fue retenido por los dioses:  Apolo le mató a Frontis de Onétor, el piloto, y Zeus envió un viento que separó su flota:  unos barcos se fueron a Creta y otros, a Egipto.
  1. Mientras esto ocurría, Egisto mató a Agamenón y reinó durante siete años sobre Micenas la rica, hasta que llegó Orestes y lo mató.
  1. Néstor aconseja a Telémaco que mejor vaya a Laconia por tierra, en compañía de Pisístrato.
  1. Mentor (Atena) se despide de Néstor y Telémaco argumentando que debe ir a las naves.  En esto alzó vuelo en forma de águila.
  1. Telémaco va al palacio de Néstor y se acuesta con Pisístrato, el único hijo de Néstor que quedaba soltero.
  1. A la mañana siguiente se levantan los hijos de Néstor –Equefron, Estratio, Areto, Perseo, Trasimedes y Pisístrato– y hacen un rico banquete en honor a Atena.  Ofrecen una vaca de cuernos dorados, agua lustral, granos de cebada en un cesto y queman pelos de testuz.  Telémaco es bañado por Policasta, hija del Gerenio.
  1. Salen Telémaco y Pisístrato hacia Esparta.  Cuando los coge la noche llegan a Feras y se hospedan en la casa de Diocles.  Al día siguiente continúan el camino.

CANTO IV:

  1. Pisístrato y Telémaco llegan a Esparta (Laconia), cuando Menelao celebra las bodas de sus hijos:  la doncella fue enviada a la noble ciudad del esposo (Neoptólemo, hijo de Aquiles) y Megapentes (hijo de una esclava, no de Helena) se casaba con la hija de Aléctor.  Helena sólo era madre de Hermíona.

  1. Menelao hace pasar a los huéspedes, les da de comer y supone que su raza es de reyes, por lo tanto los considera nietos de Zeus.
  1. Telémaco se sorprende del oro que reluce en el palacio, y al ser escuchado por Menelao, éste le indica que su riqueza no puede compararse con la de Zeus.  Agrega además que ha sufrido mucho por los suyos y que aún llora el destino de Ulises.
  1. Telémaco prorrumpe en llanto.  Sale Helena de sus habitaciones y le ponen sus siervas una rueca de oro y una canasta de plata, regalo del tebano Pólibo.  Helena, por su parecido, cree que el joven que llora es hijo de Ulises.
  1. Pisístrato confirma la suposición de Helena y presenta a Telémaco; también recuerda a su hermano Antíloco, muerto en Troya.
  1. Helena vierte en el vino una droga egipcia, dada por Polidamna, para que todos sintieran aliviados sus males y dejaran el llanto.
  1. Helena recuerda cuando Ulises, disfrazado de mendigo, se introdujo en Troya para matar a un sinfín de troyanos y saber muchas cosas.  Sólo ella lo identificó, pero no dijo nada a los teucros.
  1. Menelao rememora cuando ingresaron los griegos a Troya dentro del caballo y Helena, manejada sin duda por un dios enemigo de los aqueos, fingió las voces de las esposas de los héroes dánaos y Ulises los contuvo para que no respondieran.
  1. Todos se van a dormir.  A la mañana siguiente, Menelao conversa con Telémaco y le cuenta que al regreso de Troya fue castigado por Zeus y se quedó en la isla de Faros, frente a Egipto.
  1. Cuando ya se le iban a acabar las provisiones, se le apareció Idótea, la hija de Proteo, el viejo del mar, y le recomendó que capturara al dios, su padre, y lo interrogara sobre la forma de volver a Esparta.
  1. Menelao buscó tres hombres de confianza e Idótea les proporcionó unas pieles de foca para que se ocultaran; además, les puso ambrosía en las narices para que no sintieran el mal olor de las pieles.
  1. Cuando a la hora del cenit llegó Proteo, Menelao y sus cuatro acompañantes lo capturan, pese a las transformaciones sufridas por aquél:  león, serpiente, leopardo, cerdo, corriente de agua, árbol frondoso.
  1. Proteo le informa a Menelao que Zeus lo ha castigado por no hacerle sacrificios perfectos.  Para poder regresar a Esparta, debe ir hasta el Nilo –río egipcio– y hacer hecatombes sagradas a los dioses eternos.
  1. También le informa Proteo de algunos amigos griegos:  Áyax sucumbió por pronunciar palabras blasfemas contra los dioses; Agamenón murió a manos de Egisto, cuando éste lo invitó a un engañoso banquete; y Ulises está retenido en la isla de Ogigia por Calipso.
  1. Finalmente agrega Proteo que Menelao terminará sus días en la Isla de los Bienaventurados, donde el invierno no es largo ni mucha la lluvia.
  1. Después de esto, Proteo volvió al mar.  Menelao regresó con sus hombres a las naves y al día siguiente se dirigieron a Egipto.  Hicieron las hecatombes y un viento favorable los condujo hasta la patria griega.
  1. Menelao manda a traer el vino que anima al varón y los panes dados por las esposas.  Come Telémaco y el esposo de Helena le ruega que se quede; pero el hijo de Ulises prefiere volver a su casa.
  1. Entretanto Noemon, el itaquense que le había prestado el bajel a Telémaco, pregunta al pretendiente Antínoo sobre el día de regreso del príncipe, pues está necesitando la embarcación.
  1. Antínoo, que desconocía todo sobre el viaje de Telémaco, le pregunta a Noemon sobre la fecha de partida y los mozos que lo acompañaban.  El itaquense dice que Mentor iba con él, aunque seguro era un dios, pues luego vio al mismo Mentor en el puerto.
  1. Los pretendientes planean matar a Telémaco en una emboscada.  Antínoo pide una nave con veinte remeros.
  1. El heraldo Medonte oye los planes y se los comunica a Penélope, ésta desfallece.  Luego suplica a Atena que salve a su hijo e increpa a sus siervas por no haberle comunicado lo del viaje.  Euriclea pide que la traspase con la espada, ya que ella todo lo sabía y lo calló.
  1. Penélope pide que llamen a Dolio, el siervo que la cuidaba, para que éste, a su vez, le comunique el asunto a Laertes.  El padre de Ulises podría intervenir ante los pretendientes y detenerlos.
  1. Después de hacerle súplicas a Atena y de quejarse ante sus siervas de los duelos recibidos del Olimpio –perder el marido, su león animoso, y ahora su hijo–, Penélope se retira a sus habitaciones en las altas instancias y es embargada por un dulce sopor.
  1. Durante el sueño de Penélope, Atena le muestra a su hermana Iftima.  Ésta la consuela diciéndole que no tema, pues la Ojizarca cuidará de Telémaco.  Penélope le pregunta sobre Ulises e Iftima no le puede contestar, pues no tiene permiso para ello.
  1. Entretanto, los pretendientes han embarcado y llegan a una isla que está en medio de Ítaca y Sama, llamada Asterís; allí esperan emboscados.

CANTO V:

  1. Los dioses se reúnen en consejo.  Atena pide que de ahora en adelante ningún rey sea piadoso ni justo, pues las gentes no se acuerdan de él cuando está en la desgracia.

  1. Atena expone a los dioses que Ulises está retenido en la gruta de Calipso y que ahora los pretendientes quieren matar a su hijo, Telémaco.
  1. Zeus le indica a Atena que proteja a Telémaco; a su vez, le ordena a Hermes que vaya a Ogigia y le diga a Calipso que deje ir a Ulises.
  1. Hermes calza las sandalias, toma el bastón y desciende del Olimpo.  Llega a la cueva de Calipso y después de comer, le da la orden de Zeus.
  1. Calipso se disgusta e indica que los dioses, por envidia, no permiten que una diosa se enamore de un mortal; así pasó con Aurora –Artemisa le mató a Orión– y con Deméter –Zeus le mató a Jasión.
  1. Calipso dice haber recogido, alimentado y ofrecido la inmortalidad a Ulises, mientras que Zeus le había destrozado el bajel.
  1. Ulises, por su parte, pasa las noches con Calipso a la fuerza, ya que en realidad no le agradaba la diosa y deseaba regresar a su patria.
  1. Hermes se retira y Calipso va las rocas donde está Ulises y le comunica la voluntad de Zeus.  Ulises no quiere creerle, pues piensa que medita algún daño en su contra.  Calipso le jura por la laguna Estigia que no es así.
  1. Calipso y Ulises cenan esa noche.  A la mañana siguiente, Ulises es llevado a un bosque de troncos gigantes y la ninfa le proporciona un hacha y una azuela.
  1. Cuatro días dura Ulises construyendo la balsa.  Al quinto zarpa con vino, agua, ropas y un viento favorable, todo esto proporcionado por Calipso.
  1. Posidón, en este momento, regresa de la tierra de los etíopes y descubre a Ulises.  Entonces encoleriza y hace soplar vientos huracanados que destruyen la balsa del Laertíada.
  1. En esto Ulises es visto por Ino, la hija de Cadmo, que en otro tiempo fuera mortal.  Ella se le presenta en forma de gaviota y le proporciona un velo para que nade sobre él.  Cuando Ulises llegue a tierra, deberá arrojar de espaldas el velo al mar.
  2. En principio Ulises desconfía, pero luego se tira sobre el velo.  De esta forma llega a la costa de Esqueria, la tierra de los feacios y Atena le proporciona mayor ingenio para que pueda ingresar a tierra por la desembocadura de un río.
  1. Ulises lanza el velo al río, tal como se lo había indicado Ino.  Ésta lo recoge, mientras que Ulises besa la tierra nutricia.
  1. Ulises no sabe si dormir a la orilla del río o si hacerlo en el bosque.  A la orilla del río, el frío inclemente se apoderaría de él, mientras que en el bosque, una fiera podría devorar su cuerpo.  Al final decide dormir en el bosque, cubriendo su cuerpo con sinnúmero de hojas que encuentra entre dos árboles nacidos del mismo lugar:  un acebuche y un olivo.
  1. Atena le concede un sueño reparador.

CANTO VI:

  1. Los feacios primeramente habían vivido en la región de Hiperea, cerca del país de los cíclopes; pero estos los dañaban.  Emigraron al mando de Nausítoo y llegaron a Esqueria.  Ahora los gobernaba Alcínoo.

  1. Atena se transforma en la hija del nauta Dimante, amiga de Nausícaa, y se adentra en las habitaciones de la princesa.  Después de despertarla le recuerda que pronto tendrá que casarse, por lo que sería bueno que fuera al río a lavar los vestidos.
  1. Nausícaa se levanta y se dirige donde sus padres.  Encuentra a Alcínoo en el momento de salir a reunirse con los feacios y le pide el permiso respectivo.  Alcínoo se lo otorga; no obstante, Nausícaa no le dice nada del tiempo próximo de su boda.
  1. Los hermanos de Nausícaa alistan los carros y las siervas salen con la princesa para la región de las fuentes.  Allí lavan las ropas, se bañan, se ungen y comen.
  1. Atena hace que Ulises despierte y escuche los cantos de Nausícaa y sus siervas.  Al principio, el Laertíada duda si son mortales o ninfas; luego se cubre sus partes viriles con ramas y sale al encuentro de las jóvenes.
  1. Al verlo, todas huyen, excepto Nausícaa, a quien Atena le ha dado gran valor.
  1. Ulises no sabe si hablarle de lejos o acercársele y besarle las rodillas.  Decide hablarle de lejos.  Primeramente le alaba su belleza, semejante a los dioses y superior a cualquier humano; después le cuenta que por castigo de los dioses ha andado errante y apenas ha veinte días que dejó Ogigia.
  1. Ulises pide a Nausícaa la hospitalidad y a los dioses, que la favorezcan con lo que ella más desea:  un esposo, una casa y la concordia entre el marido y su mujer.
  2. Nausícaa se le presenta a Ulises y ordena a sus siervas bañar, vestir y darle alimento al extranjero.  Ulises no permite que lo bañen, él solo lo hace.
  1. Después de bañarse y ungirse con aceite, Atena hizo aparecer a Ulises más hermoso, más alto y robusto.  Nausícaa confiesa a sus siervas que antes había visto la fealdad en el extranjero, pero que ahora deseaba que un varón así fuera su esposo.
  1. Ulises come.  Nausícaa le indica al Laertíada que siga su carro; pero cuando estén cerca de la ciudad, deberá ocultarse en el bosque de Atena, para así evitar los nefastos comentarios de los marinos que trabajan en el puerto.
  1. También le indica Nausícaa que cuando llegue a la ciudad, busque el palacio de Alcínoo y se llegue primeramente donde Areta (e), la reina, sin hacer caso del padre.
  1. Si la reina acoge la súplica de Ulises con buen ánimo, bien pronto estará de regreso en su casa.
  1. Ulises hace todo lo que Nausícaa le ha indicado.  Cuando están cerca de la ciudad, él se esconde en el bosque de Atena y eleva a la hija de Zeus una plegaria para encontrar clemencia y amistad entre los feacios.

CANTO VII:

  1. Ulises espera a que Nausícaa y sus siervas entren a la ciudad; luego sale del bosque y Atena lo envuelve en una nube, para que no fuera visto por nadie.

  1. Cuando Ulises hubo entrado en la ciudad, Atena se le presenta tomando la forma de una moza gentil.  El héroe le pide ayuda para llegar al palacio de Alcínoo.  Ella lo lleva y le aconseja que no hable con nadie, pues los feacios no son gente que demuestre amor por los extranjeros.
  1. La moza (Atena) le indica a Ulises que Areta (e) es hija de Rexénor, tío de Alcínoo, y que entre los feacios, aquella mujer era tenida como una diosa.  Nada escapaba a su prudencia y se caracterizaba por ser una pacificadora.
  1. Ulises entra al palacio de Alcínoo envuelto aún en la nube y admira las bellezas del mismo.  Las esclavas molían el trigo y atendían el telar.  Nunca faltaba nada en aquella casa, porque un fruto engendraba al siguiente.
  1. Cuando Ulises llega frente a Areta (e), abraza sus rodillas y la nube se disipa.  Todos se asombran al verlo.  Él suplica la ayuda para volver a su tierra y luego se sienta en las cenizas, cerca del fuego.
  1. Habla entonces el anciano Esqueneo y aconseja a Alcínoo para que le dé un mejor sitio al huésped.  El rey quita de su sitio a su hijo Laodamante y allí sienta a Ulises.
  1. Alcínoo ordena a Pontónoo preparar el vino y luego le promete a Ulises devolverlo a su patria.  Comen.  Ulises se queja de la necesidad de llenar su estómago, pese a los sufrimientos que lo embargan.
  1. Cuando todos se han ido, Areta (e) le pregunta a Ulises su identidad y la forma en que llegó a Esqueria, pues ha observado que tiene unas ropas confeccionadas por ella.
  1. Ulises le cuenta desde el momento cuando Zeus rompió su bajel, los diez días que erró hasta llegar a Ogigia, los siete años pasados en la isla con Calipso, las promesas de la diosa, la forma como se liberó de la ninfa, la llegada a Esqueria y el encuentro con Nausícaa.
  1. Alcínoo interviene e indica que no estuvo bien que su hija no llevara hasta la casa.  Ulises responde que él pensó en un posible enojo del padre de la muchacha.
  1. Alcínoo desea que Ulises se case con Nausícaa.  Si eso ocurriera, él le regalaría una casa y haciendas.
  1. Alcínoo le indica a Ulises que los feacios, los mejores remeros, lo llevarán al día siguiente a su tierra, por lejana que ésta se encuentre.
  1. Alcínoo recuerda que estos marinos llevaron a Radamantis en busca de Ticio a la tierra de Eubea, y regresaron el mismo día.
  1. Ulises ora a Zeus para que la promesa de Alcínoo se cumpla.
  1. Areta (e) ordena preparar el lecho de Ulises y éste duerme con gran gusto.

CANTO VIII:

  1. Al amanecer, Atena se transforma en un heraldo de Alcínoo y recorre la ciudad llamando a los feacios para que fueran al ágora a conocer al extranjero.

  1. Atena le proporciona a Ulises un divino esplendor, para que infundiera respeto y temor a los feacios.
  1. Alcínoo ordena alistar un negro navío, elegir cincuenta navegantes y dos jefes para que lleven a Ulises.  Una vez listos para el viaje, el rey ordena a todos venir al palacio y participar del festín.
  1. Se prepara el festín y traen al aedo Demódoco.  Todos comen de los ricos manjares.  El aedo canta la riña entre Ulises y Aquiles.
  1. Ulises llora al escuchar el canto.  Alcínoo es el único que lo observa.
  1. Alcínoo ordena a todos salir del palacio para realizar unos juegos en honor del huésped.
  1. Los feacios, ya en el campo de juego, practican la carrera arando con una yunta de mulas (la gana Clitoneo), la lucha penosa (la gana Euríalo), el salto (lo gana Anfíalo), el disco (lo gana Elatres) y el pugil (lo gana Laodamante).
  1. Laodamante invita a Ulises para que participe en los juegos.  El Laertíada se niega porque tiene otras preocupaciones en su mente.
  1. Euríalo zahiere a Ulises diciéndole que seguramente él es uno de esos marineros que sólo sacan provecho de los fletes y desconocen el juego de los hombres.
  1. Ulises se disgusta y le señala que mal ha hablado, seguramente porque carece de talento, facundia y belleza.  Los dioses no dan a todos los hombres sus gracias por entero.
  1. Ulises toma un disco y lo lanza, para así demostrarle a Euríalo que sí conoce los juegos varoniles.
  1. Ulises reta a los donceles a que superen la distancia alcanzada por su disco y si quieren, que se midan con él en la lucha cuerpo a cuerpo.
  1. También les indica Ulises que sabe manejar muy bien la flecha y la lanza.
  1. Alcínoo se disculpa con Ulises por la osadía de Euríalo y le indica que los feacios no son buenos luchadores, pero sí excelentes y rápidos navegantes, igual que buenos bailadores y amantes de los banquetes, los baños templados, los lechos y los vestidos limpios.
  1. Demódoco comienza a cantar, mientras unos niños bailan.  El canto del aedo relata los amores prohibidos entre Afrodita y Ares.
  1. Aprovechando la ausencia de Hefesto, el señor de aquel hogar, Ares se unió en amor con Afrodita.
  1. El Sol, que todo lo ve, fue a contárselo a Hefesto, y el dios cojo, con gran astucia, construyó unos lazos metálicos muy fuertes y los colocó sobre el lecho, a manera de una tela de araña.  Luego anunció a gritos que se iba para Lemnos.
  1. Ares buscó a Afrodita nuevamente y cuando estuvieron en el lecho, fueron atrapados por la tela de metal.  Entretanto, Hefestos regresó y clamó justicia a Zeus, pidiéndole le devolviera lo entregado para obtener la diosa.
  1. Sólo los dioses acudieron a ver el espectáculo; las diosas no vinieron por pudor.
  1. Posidón instó a Hefestos para que liberara a Ares, y ante la desconfianza del ínclito cojo, el dios del mar se comprometió a pagar la deuda de Ares.
  1. Hefestos liberó a Ares y a Afrodita.  La diosa del amor se va inmediatamente para Pafo de Chipre.  Allá la bañan y la ungen las Gracias.
  1. Alcínoo ordena a todos los gobernantes de los feacios a traerle valiosos presentes a Ulises.
  1. Euríalo le ofrece a Ulises una espada de bronce con el puño de plata y le da disculpas por las palabras desmedidas salidas de su boca.
  1. Alcínoo le indica a Areta (e) que mande a bañar a Ulises con agua caliente.  El rey le da como regalo una copa de oro.
  1. Areta (e) le da a Ulises un cofre con vestidos preciosos y oro.  El Laertíada cierra el cofre con una atadura aprendida de Circe.
  1. Al salir del baño, Ulises ve a Nausícaa y ésta le pide que la recuerde siempre.  Él le promete que todos los días la invocará como si fuera una diosa.
  1. Ulises llega al banquete y le manda carne al aedo Demódoco.  Éste, agradecido, canta un poema referente al ardid del caballo, ideado por Ulises para tomar Troya.  Los teucros pensaron hacer tres cosas con el caballo:  romperlo con el bronce, dejarlo caer por las rocas o guardarlo como ofrenda.  Se decidieron por la última y su ciudad sucumbió.  Ulises llora al oír el relato.
  1. Alcínoo, que ha visto llorar a Ulises, le pide que sin trazas astutas le diga su nombre, su país y su raza, para que así puedan los marinos feacios llevarlo a su casa.
  1. Alcínoo recuerda que su padre Nausítoo contaba sobre un castigo que Posidón les daría a los feacios por ser estos indemnes guiadores por el mar:  les destruiría un recio bajel y cercaría la ciudad con enorme montaña.
  1. Alcínoo pregunta a Ulises si perdió en Troya algún pariente o amigo, pues lo ha visto ya dos veces llorar cuando relatan algo de aquella guerra:  primero con la narración de la disputa entre Ulises y Aquiles, y ahora con la del caballo doloso de Ulises.

CANTO IX:

  1. Ulises complace a Alcínoo.  Le dice que es Ulises, hijo de Laertes, y que vive en Ítaca insigne en el mar.

  1. Ítaca está rodeada de otras islas como Sama, Duliquio y Zante.  Antes de llegar a Esqueria, Ulises cuenta haber estado cautivo por Calipso y Circe, ninfas que pretendieron hacerlo su esposo.
  1. Al salir de Troya, él y sus hombres llegaron a Ísmaro, la tierra de los cícones y la saquearon.  A pesar de su exhortación para continuar el viaje, sus compañeros se quedaron en la playa bebiendo y comiendo.  Entonces llegaron otros cícones y tuvieron que pelear con ellos.  Allí perdió Ulises los primeros aqueos.
  1. Después de navegar durante diez días, llegaron a la tierra de los hombres lotófagos, y Ulises envió a algunos hombres a buscar a los que se nutrían de trigo.
  1. Los enviados de Ulises encontraron a los lotófagos y estos los invitaron a comer la flor de loto.  Algunos comieron.
  1. Ulises tuvo que conducir por la fuerza a sus hombres a las naves, pues habían empezado a olvidar su patria y no tenían ya el deseo de volver.  Esto lo producía el loto.
  1. Siguieron su viaje y llegaron a la isla Laquea, frente a la isla de los cíclopes.  Ulises dejó allí once naves y se fue con la suya y sus hombres a conocer la tierra de aquellos monstruos.
  1. Los cíclopes no tenían ley, no sembraban ni labraban los campos.  Las semillas nacían y las vides daban licor sólo por las lluvias enviadas por Zeus.  Tampoco construían naves y no viajaban de un país a otro.
  1. Al llegar a la tierra de los cíclopes, Ulises y sus hombres descubrieron un antro de un varón monstruoso.  Ulises llevaba un vino delicioso, regalo de Marón el de Evantes, sacerdote de Apolo en Ísmaro.
  1. Ulises y sus hombres entraron a la cueva y encontraron corderos y chotos guardados en rediles de acuerdo con su edad.  También encontraron quesos y leche.
  1. Los hombres de Ulises le sugirieron a éste que tomaran leche, queso y ganado y que se fueran, antes de que apareciera el dueño de aquello.  Ulises no acató el consejo, pues quería conocer a quien vivía allí y pedirle los dones de la hospitalidad.
  1. Al poco rato llegó Polifemo.  Entró a la cueva, ordeñó las ovejas y cabras y luego les soltó las crías.  Después hizo queso y cerro la gruta con un peñón muy grande, que no habrían de arrastrar ni veintidós buenos carros de cuatro ruedas.
  1. Polifemo descubrió a Ulises y a sus hombres que permanecían escondidos, y los interrogó sobre su procedencia y el porqué del viaje.  Ulises le explicó que eran dánaos y que venían de la guerra de Troya; además le pidió que respetara a los dioses.
  1. Polifemo expresó su irrespeto por los dioses, pues considera que los cíclopes son mucho más fuertes que ellos.  Luego le preguntó a Ulises por el lugar donde había atracado la embarcación.  El héroe le indicó, con gran astucia, que se había roto en pedazos al estrellarse contra un roquedal de la isla.
  1. Polifemo tomó a dos hombres de Ulises y los devoró, luego se durmió.  Al día siguiente, el monstruo se levantó, ordeñó sus cabras y ovejas, se comió a otros dos hombres y se fue al campo, no sin antes cerrar la cueva con el peñón.
  1. Ulises pensó en matar a Polifemo mientras dormía, pero recordó que si esto hacía, nadie les abriría la gruta.  Fue entonces cuando descubrió un tronco de olivo e ideó pulirlo y aguzarle la punta para sacarle el ojo al cíclope.
  1. Al atardecer regresó Polifemo y después de realizar sus acostumbradas labores, se comió a otros dos hombres de Ulises; luego le preguntó a éste su nombre.  El Laertíada dijo llamarse “Ninguno” (Nadie).
  1. Ulises le ofreció vino a Polifemo.  Éste lo tomó y le gustó.  Ulises le dio más hasta que se emborrachó y se durmió.  En ese momento, Ulises llamó a cuatro de sus hombres y le insertaron la estaca en el ojo al monstruo.
  1. Ante los gritos que daba Polifemo, los otros cíclopes llegaron a ver qué le sucedía.  Polifemo les contestó que por la fuerza nadie le había hecho nada y que “Ninguno lo mataba por dolo”.
  1. Los cíclopes, ante tal respuesta, se fueron.  Cuando amaneció, Polifemo abrió la gruta y empezó a palpar sus reses.  Ulises amarró los carneros de tres en tres y  colgó a cada compañero del carnero del centro.  Así fueron saliendo de la cueva.
  1. Ulises salió de la gruta colgado del vientre de un morueco, el más fuerte del rebaño.  Cuando todos estuvieron alejados de la cueva, se soltaron y llegaron a la embarcación.  Se subieron a ella y se llevaron muchos carneros.
  1. Ulises, con su altivo espíritu, le gritó al cíclope que su ceguera se debía a no respetar la hospitalidad.  Polifemo lanzó un peñón que hizo regresar la nave a la isla.  Los hombres remaron con fuerza y rapidez.  Ulises, a pesar del consejo de sus compañeros, volvió a apostrofar a Polifemo y le dijo que él era Ulises, el rico en ardides.
  1. Polifemo recordó que un adivino llamado Eurímida Télemo, le había vaticinado que las manos de Ulises lo cegarían.
  1. Polifemo pide a su padre Posidón que castigue a Ulises:  que retarde el retorno del héroe al hogar y que vuelva sin sus compañeros.  Además, pide el cíclope que el Laertíada encuentre, al llegar, nuevos males en su casa.
  1. Ulises y los suyos llegan a la isla Laquea.  Allí comen y beben y hacen sacrificios a Zeus.

CANTO X:

  1. Ulises y sus hombres llegaron a Eolia, donde vivía el Hipótada Eolo, varón encargado por Zeus de manejar los vientos.

  1. Eolo tuvo doce hijos:  seis varones y seis mujeres.  Estos hijos se casaron entre sí.
  1. Eolo recibió muy bien a Ulises y lo hospedó durante un mes.  Al cabo del mismo, desolló un buey y con la piel fabricó un odre, en el que encerró todos los vientos, menos el céfiro, para que Ulises pudiera llegar a Ítaca.
  1. Ulises y sus hombres navegaron durante nueve jornadas, y cuando ya estaban frente a Ítaca, el sueño venció al Laertíada.
  1. Los compañeros de Ulises, en su locura, y suponiendo que el héroe traía en aquel odre un botín de oro y plata, decidieron abrirlo y los vientos escaparon.  Se produjo un huracán.
  1. La borrasca los condujo nuevamente a Eolia.  Ulises se presentó a la casa de Eolo y le contó lo sucedido.  El varón lo echa del palacio sin darle más ayuda.
  1. Ulises y sus hombres navegaron durante seis jornadas y vieron el castillo de Lamo y Telépilo, en la tierra lestrígona.  Los hombres de Ulises atracaron sus bajeles en el seno del puerto, mas el Laertíada dejó el suyo fuera, amarrado a una peña.
  1. Ulises mandó a unos hombres a averiguar sobre los habitantes de aquella tierra.  Ellos encontraron a una doncella hija del prócer lestrigón, Antífate.  Ella les indicó que su padre estaba en el palacio.
  1. Los hombres continuaron el camino hacia el palacio y encontraron a la esposa del prócer, tan alta como un monte rocoso.  Ella llamó a Antífate, su marido, y cuando éste llegó, devoró a unos de los visitantes.  Los otros corrieron hacia las naves.
  1. Antífate llamó a los demás lestrígones y estos lanzaron rocas sobre los navíos y ensartaron a todos los hombres en una especie de arpones, y se los llevaron a su triste festín.  Sólo Ulises y sus compañeros de nave lograron escapar.
  1. Llegaron luego a la isla de Eea.  Pasaron dos días en la playa.  Ulises cazó un ciervo y lo comió con todos.
  1. Ulises dividió a sus hombres en dos grupos y asignó a cada uno un jefe.  Euríloco fue el dirigente de unos y Ulises lo fue de los otros.  Echaron la suerte y el grupo jefeado por Euríloco le correspondió ir a explorar la isla.
  1. Los hombres de Ulises encontraron las casas de Circe, fabricadas con piedras pulidas.  A la entrada había leones y lobos monteses, que recibieron a los visitantes mansamente.  Circe los hizo entrar, pero Euríloco, advirtiendo algún engaño, no traspasó el umbral.
  1. Los hombres de Ulises, con Polites, el buen capitán al frente, comieron queso, harina, miel y vino.  Circe, además, les dio un perverso licor que los convirtió en cerdos.
  1. Euríloco, al ver que sus compañeros no salían, regresó a la playa e informó a Ulises.  Éste se fue inmediatamente con su espada y su arco.  Euríloco, temeroso, no quiso acompañarlo.
  1. En el camino, Ulises encontró a Hermes bajo la figura de un joven en su edad más graciosa.  El dios le indicó que Circe había convertido a sus compañeros en cerdos, y que lo mismo haría con él si no seguía sus instrucciones.
  1. Hermes le aconsejó a Ulises que debía comer una planta de raíces negras y flores del color de la leche, llamada “moly”.  Luego, cuando Circe le diera con la vara, Ulises tendría que atacarla con el cuchillo, como si fuera a matarla y, finalmente, debería yacer en su lecho, no sin antes hacerla jurar que no le quitaría su fuerza y su vigor.
  1. Ulises hizo todo tal como se lo indicó el Argifonte y venció a Circe.  Ésta devolvió la forma humana a los compañeros del Laertíada.
  1. Ulises fue a la playa a traer a los demás hombres que aún estaban en la nave.  Todos lo siguieron a la casa de la hechicera, sólo Euríloco se resistió; pero al final fue con ellos.
  1. Pasaron un año con Circe, disfrutando de espléndidos banquetes.  Al cabo de este tiempo, los hombres le recordaron a Ulises que era hora de regresar a Ítaca.  Éste le comunicó su deseo a Circe y la ninfa hechicera le indicó que debía realizar un viaje al Hades, el mundo de los muertos, para que Tiresias le señalara el camino y le diera sus augurios y consejos.
  1. Los soplos del cierzo llevarían la nave de Ulises hasta la mansión de Hades y Perséfona (e).  Una vez allí, el Laertíada tendría que realizar el siguiente ritual:  abrir una fosa de un codo de ancho, verter en ella leche y miel, vino dulce y agua; echar encima blanca harina; prometer a los muertos el sacrificio de una vaca infecunda y a Tiresias, el de un carnero de negros vellones; y sacrificar un cordero y una oveja negros, con la testuz dirigida hacia el Érebo.
  1. Ulises, con su cuchilla, debería impedir que los muertos bebieran la sangre, hasta que hubiera sido instruido por Tiresias.
  1. Ulises llamó a sus hombres para partir.  Elpénor, el más joven de todos, que estaba embriagado en el terrado de Circe, cayó y se mató.
  1. Ulises contó a sus compañeros la aventura que tenían que llevar a cabo.  Ellos exhalan sollozos sin fin.
  1. Se fueron a la nave.  Circe les llevó una oveja y un cordero negros, luego desapareció sin ser vista.

CANTO XI:

  1. Un viento propicio condujo la nave de Ulises hasta el país de los hombres cimerios, los que viven envueltos en una noche eterna.

  1. Allí desembarcaron y siguieron a pie, costeando el océano.  Perimedes y Euríloco llevaban las reses.  Cuando hubieron llegado al lugar señalado por Circe, Ulises hizo todo el ritual tal como la hechicera se lo había señalado.
  1. Al primer muerto que vio Ulises fue a su compañero Elpénor, quien le contó que por su embriaguez cayó de los altos de Circe y se rompió la cerviz.  Él le pidió al Laertíada que lo incinerara y levantara su tumba a la orilla del mar.
  1. Ulises vio luego a Anticlea, su madre; pero no la dejó acercarse a beber de la sangre.
  1. Llegó Tiresias y le anunció a Ulises que tendría que llegar a la isla Trinacia y respetar las vacas del Sol.  Si les causaba algún daño, recibiría ruina total.
  1. También le anunció Tiresias que llegaría a la patria sobre nave extranjera y que encontraría nuevos males:  los pretendientes.  Ulises vengaría sus violencias, pero luego tendría que buscar, llevando un remo en sus manos, a unos hombres que ignoraran todo lo relacionado con el mar.  Cuando los encontrara, clavaría el remo en la tierra y ofrecería un sacrificio a Posidón y luego escogería a uno de los dioses olímpicos para ofrecerle una hecatombe.  Finalmente, el adivino le profetizó a Ulises que moriría en la calma de una lozana vejez.
  1. Ulises preguntó a Tiresias la manera de hablar con su madre.  Éste le dijo que la dejara beber de la sangre.
  1. Ulises preguntó a su madre sobre la causa de su muerte, sobre Penélope, su hijo y su reino.  Ella le respondió que había muerto de pena por él, que su esposa seguía esperándolo paciente, que Telémaco cuidaba sus haciendas y que nadie le había quitado su reino.  Le habló también de Laertes, que vivía en el campo, alejado del pueblo.
  1. Ulises intentó tres veces abrazar a su madre, pero no lo logró.  Anticlea le explicó que los muertos pierden el cuerpo y los tendones por la acción del fuego, y que sólo el alma revuela de un lado a otro.
  1. Ulises vio a otras mujeres y habló con ellas:  Tiro, mujer de Cretes, que unida a Posidón, fue madre de Pelias y Neles, a quienes crió y cuidó; Antíopa, hija de Asopo, que unida a Zeus, dio a luz a Zeto y Anfión, fundadores de Tebas; Alcmena, esposa de Anfitrión y madre de Heracles, por obra de Zeus; Mégara, hija de Creonte; Epicasta, madre y esposa de Edipo; Cloris, esposa de Neles y madre de Néstor, Cromio, Perclímeno y Pero; Leda, madre de los gemelos Cástor y Polideuces; Ifimedia, esposa de Aloes, que unida a Posidón, tuvo a Oto y a Efialtes.  También vio Ulises a Fedra, Procris, Ariadna, Mera, Clímena y Erifila, que puso precio a su marido y lo vendió.
  1. Ulises indica a los feacios que es tarde y que se debe dormir.  Alcínoo le pide que continúe con su historia.
  1. Ulises habla ahora de los hombres que vio en el Hades.  El primero fue Agamenón, quien le contó la forma traidora que Egisto utilizó para darle muerte, durante un banquete de hospitalidad, junto a sus hombres y a Casandra, la hija de Príamo que había tomado como esclava.  El Atrida aconsejó a Ulises y le indicó que condujera su nave a escondidas, pues no era posible confiar ya en las mujeres.  Clitemnestra había vertido la ignominia sobre todas sus congéneres, aun sobre las más rectas.
  1. Luego Ulises vio a Aquiles, Patroclo, Antíloco y Áyax.
  1. Ulises trató de consolar a Aquiles y éste le replicó que prefería ser siervo en el campo de un labrador sin caudal, que reinar sobre todos los muertos.  Después el Pelida le pregunta por su hijo Neoptólemo.
  1. Ulises contó a Aquiles del honor alcanzado por Neoptólemo en los campos troyanos.  El Pelida se retiró satisfecho.
  2. Áyax no quiso hablar con Ulises, pues recordaba el juicio por las armas de Aquiles que tuvo con el Laertíada y que éste ganó.
  1. Ulises vio luego a Minos, el juez de los muertos.  También vio a Orión, que seguía cazando fieras en el prado de asfódelos, tal como lo hiciera en la tierra.
  1. Luego vio Ulises a los que tienen los mayores castigos en el Hades:  Ticio, cuyo vientre está siendo devorado por dos buitres, ya que había ultrajado a Latona; Tántalo, que pena de sed y de hambre, sin poder beber ni alcanzar los frutos; y Sísifo, que sube un peñón hasta lo alto de un monte y luego, ya en la altura, la piedra se le echa hacia atrás, por lo que el castigado debe reiniciar su tarea.
  1. También vio Ulises la sombra de Heracles, que quedó en el mundo subterráneo cuando por mandato de Euristeo, el esposo de Hebe tuvo que ir a sacar al perro de Hades.
  1. Finalmente, muchos muertos llegaron al lugar donde estaba Ulises y éste, lleno de temor al pensar que pudiera salir la Gorgona Medusa, abordó el bajel y se fue con sus hombres.

CANTO XII:

  1. Ulises y sus hombres volvieron a Eea.  Allí durmieron esperando la Aurora.  Circe les llevó comida y vino.  Cuando amaneció, hicieron los funerales de Elpénor, tal como él los había pedido.

  1. Circe le anunció a Ulises lo que aún le faltaba por sufrir.  Primero tendría que pasar por la tierra de las Sirenas, que hechizaban a los hombres con su dulce canto.  Para oírlas, Ulises tendría que ser amarrado fuertemente al mástil de su nave y sus hombres deberían taparse los oídos con cera.
  1. Después de pasar por la playa de esas magas, Circe le indicó a Ulises que tendría que escoger entre dos rutas.  La primera –las Rocas Errantes– pasaba entre dos peñascos donde resonaba el inmenso oleaje y los barcos chocaban contra las piedras; sólo la nave Argo, guiada por Jasón, pudo salvar este paso porque recibió la ayuda de Hera.  La segunda era la ruta que se abría entre Escila y Caribdis.
  1. Escila es un monstruo que oculta su cuerpo en una caverna ubicada a mitad de un alto promontorio, tiene seis larguísimos cuellos con seis horribles cabezas de perro, en cuyas bocas hay tres filas de dientes.  Ella, al pasar las naves, estira los cuellos y captura a los hombres.  Es hija de Cratéis, y para pasar por allí, Ulises debía resignarse a perder seis compañeros.
  1. Caribdis se encuentra al otro lado, en la parte inferior del otro promontorio.  Ella ingiere las aguas oscuras tres veces al día y las vomita otro tanto.  Con esto causa tremenda resaca, la cual termina por hundir a las débiles embarcaciones que por allí pasan.
  1. Después de esto Ulises tendría que llegar a Trinacia, donde están las vacas sagradas del Sol.  Son siete vacadas y siete bellos rebaños, cincuenta las cabezas por hato.  Estas reses son cuidadas por las ninfas Faetusa y Lampetia.
  1. Si Ulises esquivara la isla, morirían todos sus hombres; si no dañara las vacas, llegaría a su patria no sin grandes trabajos, y si les causara un daño, ruina tendría él, su nave y su gente.
  1. Ulises y sus hombres salieron de Eea con un viento favorable.  De pronto el mar y el viento se calmaron.  Ulises ordenó a Perimedes y Euríloco que lo ataran al mástil, no sin antes él taparles a todos los oídos con cera.
  1. Las Sirenas, en su canto, invitaron a Ulises a llegarse a su playa, para que conociera mil cosas.
  1. Pasado este peligro, Ulises guió a sus hombres por la ruta de Escila y Caribdis.  Él iba muy atento para distinguir a la monstruosa Escila, pero en eso se descuidó por ver la resaca producida por Caribdis.  En ese preciso momento, Escila extendió sus cuellos y le devoró a seis hombres.
  1. Pasado el estrecho, se acercaron a Trinacia.  Ulises, entonces, advirtiéndoles a sus compañeros el peligro, les pidió que no desembarcaran allí.  Euríloco se quejó por el cansancio y porque navegar de noche resultaba peligroso.  Pidió a Ulises permiso para bajar en Trinacia.  Ulises les advirtió que no debían dañar las vacas y los hizo jurar.
  1. En Trinacia se quedaron todo un mes, pues soplaba un fuerte viento y no podían zarpar.  Mientras hubo comida, las vacas no sufrieron daño alguno; pero al cabo del mes, la comida escaseó.  Ulises se fue por la isla a invocar a los dioses y se durmió.  Entretanto, Euríloco instó a sus compañeros a matar unas vacas para no morirse de hambre.  Así lo hicieron.
  1. Ulises, al darse cuenta de lo ocurrido, los reprendió; pero el daño estaba ya hecho.  Lampetia le contó al Sol lo sucedido y éste pidió a Zeus el castigo.  Si Zeus no actuaba con justicia, el Sol lo amenazó con irse a alumbrar al Hades.
  1. Zeus prometió venganza y la cumplió.  Con su rayo destruyó la nave.  Sólo Ulises, uniendo el mástil con la quilla, pudo flotar sobre las aguas; pero el viento lo condujo hacia Caribdis.
  1. Al llegar al promontorio, Ulises saltó y se colgó de un cabrahígo, y esperó a que la divinidad vomitara nuevamente el mástil y la quilla.  Cuando así lo hizo, él volvió a tomarlos, y después de nueve jornadas de ser arrastrado por el mar, llegó a Ogigia, la isla de Calipso.
  1. Lo que allí ocurrió, Ulises ya lo había contado al llegar a la tierra de los feacios.

CANTO XIII:

  1. Los feacios quedan mudos con la historia de Ulises.  Alcínoo propone que entre todos, además de los presentes que ya le han dado, le obsequien un gran trípode y una caldera.

  1. Al día siguiente se termina de preparar la embarcación.  Inmolan un buey a Zeus y lo comen.  Ulises es llevado a la nave; pero antes, se despide deseándole perpetua felicidad a Areta (e).
  1. Cuando la nave se hace a la mar, Ulises siente un sueño profundo.  Dormido llega a Ítaca y la nave feacia entra a la tierra del Laertíada por el puerto de Forcis.
  1. Los feacios dejan a Ulises dormido en la playa, y junto a él, todos los ricos regalos.
  1. Posidón, al ver aquello, sube al Olimpo y se queja ante Zeus, porque él, aunque permitiría que Ulises regresara, íbale a causar más daños.
  1. Zeus le dice a su hermano que si lo desea, puede vengarse en los feacios, pues es un dios más antiguo y mejor que los otros.  Posidón decide destrozar la nave feacia y ocultar la tierra de Esqueria tras una gran montaña.
  1. Zeus le aconseja que mejor convierta el bajel feacio en roca, con su misma figura de nave, y que la plante frente a Esqueria.
  1. Así lo hace Posidón.  Alcínoo, al ver lo sucedido, ordena a los feacios no volver a ayudar a ningún hombre; además, manda a hacer un sacrificio de doce toros para que Posidón renuncie a cercar la ciudad con la montaña.
  1. Entretanto, Ulises despierta y no reconoce su tierra, pues Atena lo ha envuelto en una nube y todo lo ve diferente.  Él se preocupa porque piensa que los feacios lo engañaron.  Revisa luego los regalos para comprobar que están completos.
  1. Atena se le aparece con la figura de un pastor ovejero.  Ulises le pregunta por el nombre de aquella tierra y el pastor (Atena) le dice que se llama Ítaca.
  1. Ulises le cuenta al pastor (Atena) que ha llegado en una nave fenicia desde Creta, huyendo porque había dado muerte a Orsíloco, hijo de Idomeneo, que quería quitarle las riquezas traídas de Troya.  Los fenicios habrían regresado a Sidón y lo dejaron allí.
  2. Atena toma su verdadera forma y le indica a Ulises que ya no trame más astucias.  Ella le quita la nube y Ulises ve la Ítaca que conoce.
  1. Atena esconde los regalos de Ulises en la cueva de las ninfas náyades y lo convierte en un decrépito anciano, a fin de que nadie lo reconozca hasta el momento de la venganza.  Ulises le pide ayuda.  Ella le promete que estará a su lado.
  1. Atena envía a Ulises a buscar a su porquerizo; mientras que ella va a Esparta a proteger a Telémaco, pues los pretendientes quieren tenderle una emboscada.
  1. Ulises le pregunta a la diosa que por qué permitió que el muchacho hiciera el viaje, en lugar de informarle ella todo.  La ojizarca contesta que lo hizo para que Telémaco ganara renombre.

CANTO XIV:

  1. Ulises va en busca de la casa de Eumeo, su porquerizo.  Allí encuentra doce zahúrdas, cada una con cincuenta cochinas.  Los machos estaban afuera y apenas eran trescientos sesenta, pues los pretendientes los estaban acabando.

  1. Los perros de Eumeo se lanzan contra Ulises y el porquerizo los espanta con piedras.  El Laertíada entra en la cabaña y Eumeo lo recibe muy bien.
  1. Eumeo desea que mejor pereciera la raza de Helena de raíz, pues por su culpa se quebraron las rodillas de muchos varones.  Luego cuenta al pordiosero (Ulises) sobre los pretendientes, que no quieren pedir a Penélope siguiendo la ley ni irse a sus casas.
  1. Eumeo habla de las grandes riquezas de Ulises:  doce vacadas y doce hatos de ovejas, doce de cabras y doce de cerdos.  En Ítaca tiene once greyes de cabras.
  1. El pordiosero (Ulises) le dice a Eumeo que tal vez él puede darle noticias del Laertíada.  Eumeo no acepta escucharlas, porque ya otros han llegado con embustes.  El pordiosero asegura que Ulises regresará en ese mismo mes, cuando acabe la luna y comience una nueva.
  1. Eumeo interroga al pordiosero sobre su nombre, su tierra y sus gentes.  El huésped le dice que él es de Creta, hijo del Hilácida Cástor.  Le gustaba la lucha, pero no el cuidado de la casa ni de la familia.  Fue a Troya junto a Idomeneo y al regresar, sólo un mes duró en su casa.  Se fue luego a Egipto con nueve barcas, pero sus hombres saquearon las campiñas del Nilo y fueron exterminados por los egipcios.  Él se rindió ante el rey y recibió el perdón.  Allí vivió siete años y luego se fue con un fenicio falaz que quiso venderlo como esclavo en un viaje hacia Libia; pero Zeus le destruyó la nave.  Él, agarrado del mástil, llegó después de nueve días a la tierra tesprota, donde lo rescató el hijo del rey Fidón y lo llevó ante su padre.  Fidón le contó al pordiosero que Ulises andaba en el oráculo de Dodona y que pronto llegaría a su casa.  Él, por su parte, se embarcó en una nave tesprota para ir a Duliquio, pero los marineros quisieron hacerlo esclavo, y cuando atracaron en Ítaca, él logró escapar.
  1. Eumeo no le cree al pordiosero lo de Ulises, pues recuerda que un etolio asesino, para recibir hospedaje en Ítaca, había contado que Ulises estaba en Creta, en casa de Idomeneo, arreglando sus bajeles y que pronto regresaría.
  1. El pordiosero (Ulises) propone un trato a Eumeo:  si él ha dicho la verdad, que le brinde la forma de llegar a Duliquio; en caso contrario, que lo despeñe por un hondo barranco.
  1. Eumeo no acepta, pues el don de la hospitalidad no le permite matar a un huésped.  Luego comen, acompañados de los cuatro zagales, hijos del porquerizo.  Mesaulio, el esclavo de Eumeo, les sirve.
  1. Se acuestan.  La noche es fría y el pordiosero (Ulises) no tiene manto para cubrirse.  Entonces cuenta que estando en Troya, durmiendo junto a Ulises una noche de nieve, despertó al héroe para despedirse, pues moriría de frío.  Ulises, entonces, comprendiendo que no tenía con qué abrigarse, gritó que había tenido un sueño y pidió a cualquiera de los griegos que fuera hasta la nave de Agamenón, a pedirle que enviara más hombres.  Toas decidió ir y dejó su manto.  Ulises se lo dio y pudo dormir.
  1. Eumeo entiende el mensaje y le prepara al huésped una cama con varias mantas, pero le dice que al día siguiente tendrá que arreglar sus vestidos, pues ahí cada uno sólo tiene el manto y el vestido que anda puesto.
  1. Eumeo se va a dormir con los puercos.  Ulises duerme junto a los cuatro zagales.

CANTO XV:

  1. Atena se le presenta a Telémaco y lo insta a regresar a su tierra.  Le dice que el padre de Penélope y sus hermanos la están presionando para que se case con Eurímaco.

  1. Atena le informa a Telémaco que los pretendientes quieren matarlo, por lo que no debe acercarse a las islas que bordean Ítaca.
  1. Telémaco despierta a Pisístrato para que se vayan.  El hijo de Néstor le recomienda esperar el día.
  1. Menelao comprende el deseo de su huésped, al querer volver a Ítaca.  Lo obsequia una copa de dos asas, regalo de Fédimo, el rey de Sidón.  Helena le regala un peplo bellísimo para que lo use la mujer que se case con el retoño de Ulises.
  1. Todos comen.  Al salir, pasa un águila llevando una oca en el pico.  Helena interpreta aquello como que Ulises regresará y se vengará de los pretendientes.
  1. Telémaco y Pisístrato parten.  Cuando los alcanza la noche, llegan a Feras y allí se hospedan en la casa de Diocles.
  1. Continúan el viaje a la mañana siguiente y llegan a Pilos.  Telémaco pide a Pisístrato que, a pesar de su unión por herencia en amor, no lo lleve al palacio de Néstor, pues necesita llegar pronto a Ítaca.  Pisístrato acepta.
  1. Mientras Telémaco hacía su oración junto a la popa, llega un hombre llamado Teoclímeno, que venía huyendo de Argos por haber matado a un hombre.  Telémaco lo lleva consigo.
  1. Entretanto, el pordiosero (Ulises) le dice a Eumeo que va a ir a la ciudad a pedir limosna y a trabajar para los pretendientes.  Eumeo le contesta que allí no estorba, que no busque su propia muerte.
  1. El pordiosero (Ulises) pregunta a Eumeo por los padres de Ulises.  El porquerizo le dice que Anticlea murió de dolor por su hijo y que Laertes aún sigue vivo.
  1. Eumeo recuerda cuánto lo quiso Anticlea, a tal punto que lo crió junto a su hija Timena.  Luego ésta casó y se fue para Sama.
  1. El pordiosero (Ulises) pregunta a Eumeo sobre su origen.  El porquerizo cuenta que él era hijo del Orménida Tesio, rey de la isla Siría.  De pequeño fue cuidado por una fenicia que se dejó engañar por unos coterráneos y se fue con ellos, llevándose al niño.  La mujer murió en el barco y el pequeño fue comprado en Ítaca por Laertes.
  1. Mientras esto hablaban, Telémaco llega con bien a Ítaca.  Desembarca para ir a casa de Eumeo y envía a sus hombres a la ciudad.
  1. Telémaco pide a su amigo Pireo que atienda al huésped Teoclímeno.
  1. En esto pasa un halcón que despluma una paloma sobre Telémaco.  Teoclímeno interpreta aquella señal como que nunca otro linaje gobernará sobre Ítaca.

CANTO XVI:

  1. Telémaco llega a la cabaña de Eumeo.  Ulises piensa que debe ser un amigo del porquerizo, ya que los perros no le ladran.
  2. Eumeo, al ver a Telémaco, lo abraza, besa y llora sobre él.  Luego le informa que Penélope aún se mantiene sufriendo en su estancia.

  1. Telémaco pregunta por el pordiosero (Ulises).  Eumeo le dice que es un suplicante venido de Creta y que ha huido de unos tesprotos que quisieron esclavizarlo.
  1. Telémaco se duele de no poder llevarlo a su casa y le cuenta los desmanes que en ella hacen los pretendientes.  Le añade que Penélope vacila entre seguir cuidando el lecho nupcial o casarse con alguno de aquellos.
  1. El pordiosero (Ulises) insta a Telémaco para que se enfrente a los pretendientes.  Éste le replica que él es hijo único, así como lo fue Ulises de Laertes, y que los galanes son muchos; son todos los que detentan el mando en Ítaca, Duliquio, Sama y Zante.
  1. Telémaco envía a Eumeo al palacio.  El porquerizo debe llevar a Penélope la noticia del retorno del hijo.  Eumeo pregunta si debe también avisar a Laertes.  Telémaco le indica que no, que su madre enviará una sierva donde el abuelo.
  1. Eumeo se va al palacio.  Atena se le aparece sólo a Ulises y le indica que es el momento de identificarse ante Telémaco, para que ambos luchen juntos.
  1. Ulises, con su verdadero aspecto, se presenta ante Telémaco.  Éste se asombra del cambio y lo confunde con un dios.  Ulises se presenta como el padre llorado y esperado.
  1. Telémaco se niega a creerlo, pues piensa que aquello pueden ser alucinaciones de un dios.  Ulises le explica que no hay alucinación, que todo es obra de Atena.
  1. Ulises y Telémaco lloran.  Ulises le cuenta a su hijo que lo trajeron los feacios y que lo dejaron dormido en la playa.  Los regalos que le dieron estaban escondidos en una cueva y Atena lo convirtió en anciano para que no fuese reconocido.
  1. Telémaco le indica a su padre que ellos dos no podrán luchar contra los pretendientes, pues son muchos:  cincuenta y dos, de Duliquio; veinticuatro, de Sama; veinte, de Zante y doce, de Ítaca.  Ciento ocho en total.
  1. Ulises le replica que sí podrán luchar contra ellos, pues serán ayudados por Zeus y Atena.
  1. Ulises le indica a Telémaco lo que debe hacer:  soportar que los pretendientes traten mal al pordiosero (Ulises) y que le tiren muebles; estar atento para ver una señal que él le hará, y en ese momento esconderá, en la cámara baja de la casa, todas las armas de guerra, argumentando que esto es para que no se dé ninguna disputa entre los mismos pretendientes y que además, están muy ahumadas.  Deberá retener, eso sí, dos espadas, dos lanzas y dos escudos, y no le dirá a nadie que Ulises ha regresado.
  1. Telémaco le sugiere a su padre que no pruebe la lealtad de todos sus hombres, pues son muchos y durará demasiado tiempo.  Sí, en cambio, debe probar a las mujeres, para darse cuenta de quiénes lo han deshonrado.
  1. Mientras tanto, los amigos de Telémaco, que lo habían acompañado en el viaje, llegan a Ítaca.  Eumeo y un heraldo llegan a decirle a Penélope que Telémaco ya había regresado.
  1. Los galanes se duelen de no haber matado al hijo de Ulises.  Eurímaco sugiere avisar a los otros pretendientes que están esperando para atacar a Telémaco, de que éste ya había llegado a Ítaca.  Anfínomo indica que no será necesario, pues ya están entrando al puerto.
  1. Antínoo explica que siempre estuvieron vigilantes para acechar a Telémaco, pero algún dios lo protegió.
  1. Anfínomo sugiere que maten a Telémaco si los dioses lo aprueban, caso contrario, deben dejarlo tranquilo.
  1. Penélope, que sabía lo que planeaban los pretendientes, dejó sus habitaciones y habló a Eurímaco.  Le recuerda que Ulises salvó a su padre cuando éste llegó a Ítaca perseguido por los piratas tafios, que le querían dar muerte.
  1. Eurímaco, con dolo, le indica a Penélope que nadie le hará daño a Telémaco mientras él esté allí.
  1. Entretanto, Eumeo regresa a su cabaña.  Telémaco le pregunta por los pretendientes que lo iban a emboscar.  Eumeo dice no saber nada, aunque asegura haber visto entrar en el puerto una nave cargada de armas.
  1. Telémaco, el pordiosero (Ulises) y Eumeo se duermen.

CANTO XVII:

  1. Telémaco deja la cabaña de Eumeo y se dirige al palacio.  Le ordena al porquerizo que lleve luego al pordiosero.

  1. Telémaco llega al palacio y se presenta a su madre.  Ésta le pregunta sobre lo que averiguó.  Él la manda a bañarse y a realizar hecatombes a Zeus, para que las venganzas puedan cumplirse.
  1. Telémaco se sienta junto a Mentor, Haliterses y Ántifo, amigos de su padre.  Pireo le indica al hijo de Ulises que mande a su casa por los regalos traídos de Pilos.  Telémaco prefiere dejarlos allá por el momento.
  1. Telémaco se baña con su huésped Teoclímeno y luego comen.  El huésped le dice a Penélope que sabe con certeza que Ulises ya ha llegado a su patria y que prepara la venganza.  Eso lo sabe por las aves que volaron sobre el barco en que venía.
  1. Telémaco le cuenta a su madre lo que dijo Néstor y lo informado por Menelao.
  1. Mientras tanto, Eumeo y el pordiosero (Ulises) salen para la ciudad.  Ya cerca, pasan por la fuente hecha por Políctor, con la ayuda de Ítaco y Nérito.
  1. Se topan luego con Melantio, un cabrero que lleva las cabras a los galanes.  Éste insulta al pordiosero (Ulises), diciéndole que sólo pide para llenar su barriga y se rehúsa al trabajo.
  1. Eumeo desea el retorno de Ulises para que le quite la insolencia a Melantio.  Éste desea la muerte de Telémaco.
  1. Eumeo y el pordiosero (Ulises) llegan al palacio.  El perro Argo reconoce a su amo, mueve la cola y muere.  Eumeo entra primero y se sienta al lado de Telémaco.  El pordiosero se sienta en el quicio de la puerta.
  1. Telémaco envía comida al pordiosero (Ulises) y le ordena que pida a los galanes.  Cuando el anciano comienza a pedir, Melantio indica que lo ha traído Eumeo.
  1. Antínoo injuria al porquerizo, diciéndole que ya había en la ciudad bastantes vagabundos para traer otro.
  1. Todos los pretendientes dan algo al pordiosero, excepto Antínoo.  El anciano a éste le cuenta parte de sus dolores, pero el pretendiente lo que hace es tirarle un escabel y herirlo en el hombro derecho.
  1. El pordiosero (Ulises) pide a los dioses que la muerte coja a Antínoo sin dar cumplimiento a sus bodas.
  1. Penélope increpa a Antínoo por haber golpeado al anciano y pide a Apolo que haga lo mismo con el galante.
  1. Penélope pide a Eumeo que conduzca al pordiosero (Ulises) a sus habitaciones, para ver si sabe algo de Ulises.
  1. Eumeo habla con el pordiosero (Ulises) y le da el mensaje de la reina.  Éste recomienda que es mejor esperar a que se vayan los pretendientes.
  1. Eumeo comunica a Penélope lo dicho por el pordiosero (Ulises).  Ésta comprende que es lo mejor.

CANTO XVIII:

  1. Un mendigo llamado Arneo, pero conocido como Iro, llega al palacio de Ulises.  Al encontrar al otro pordiosero (Ulises), lo echa de allí.

  1. El medigo reta a pelear al pordiosero (Ulises).  Antínoo los motiva a la lucha y promete al ganador dejarlo en el palacio y sentarlo a comer con los pretendientes.
  1. El pordiosero (Ulises) hace jurar a los galanes que no intervendrán en la contienda.  Ulises vence al mendigo al hundirle la quijada, luego lo pone fuera de la casa.
  1. Anfínomo le da de comer al pordiosero (Ulises) y éste le aconseja que se vaya a su casa, para que no corra su sangre cuando Ulises regrese.  Anfínomo siente la opresión en su pecho; pero se queda en el palacio, sujetado por Atena.
  1. Penélope, que ha bajado de sus habitaciones acompañada de Hipodamia, Autónoa y su ama Eurínoma, increpa a Telémaco por haber permitido que el pordiosero (Ulises) peleara con el mendigo.  Le indica que no parece hijo de Ulises, pues su mente y su pecho no actúan como deben.
  1. Telémaco indica a su madre que no puede actuar como quisiera, pues son muchos los hombres que lo asedian.
  1. Penélope, queriendo dar a los pretendientes vanas esperanzas, les dice que Ulises, antes de partir, le indicó que si él no había regresado cuando a Telémaco le saliera la barba, ella podía escoger esposo.
  1. Penélope le indica a los pretendientes que ella conoce la costumbre en la que los varones galantes dan bienes a la familia de la joven para ganarla; pero desconoce aquella donde los pretendientes se comen sin pagar la despensa ajena.
  1. Antínoo le indica que ellos no se irán hasta que ella elija esposo.
  1. Los pretendientes mandan a traer sus dones y se los ofrecen a Penélope.
  1. El pordiosero (Ulises) se ofrece ante las siervas de la casa para alumbrar con antorchas a los pretendientes.  Melanto, que se ayuntaba con Antínoo, insulta al pordiosero.  Éste la amenaza con acusarla ante Telémaco.
  1. Las siervas se preocupan por lo que dijo el pordiosero (Ulises).  Éste alumbra a los pretendientes y Eurímaco se burla de la calva brillante del anciano.  El pordiosero le contesta que si Ulises regresara, la puerta se le haría estrecha para huir.  Eurímaco le lanza un escabel, pero se lo pega a un copero.
  1. Telémaco ordena a los pretendientes que se vayan a sus casas.  Anfínomo propone que liben con vino y que se vayan a dormir.
  1. Todos están de acuerdo con la propuesta.

CANTO XIX:

  1. Cuando se van los pretendientes, Ulises ordena a Telémaco recoger las armas y guardarlas en el tesoro.

  1. Telémaco ordena a Euriclea que encierre a todas las siervas para que no vean su acción.  Ulises y Atena –sin ser vista por Telémaco– acompañan al joven, mientras esconde las armas.
  1. Ulises manda a dormir a Telémaco y Penélope baja de sus habitaciones para hablar con el pordiosero (Ulises).  Ella se sienta en una silla guarnecida de plata y marfil, construida por Icmalio.
  1. Melanto vuelve a insultar al pordiosero (Ulises) y Penélope la increpa por su acción.
  1. El pordiosero (Ulises) trata de no presentarse ante Penélope.  Ésta le cuenta lo que ha sufrido desde que su esposo se fue y cómo ideó el ardid del tejido, el cual le sirvió durante tres años para librarse de los pretendientes.
  1. Ella insiste en saber quién es el pordiosero (Ulises).  Él le dice que es de Creta.  Su nombre es Eton, hijo de Deucalión y hermano del rey Idomeneo.
  1. Según cuenta el pordiosero (Ulises), el Laertíada llegó a Creta en busca de Idomeneo, para ir a Troya; pero el rey ya se había ido, entonces durante doce días se hospedó en su casa.
  1. Penélope, como prueba, le pide al pordiosero que le describa la ropa que vestía Ulises y que le diga quiénes lo acompañaban.  El pordiosero (Ulises) le indica que el Laertíada vestía con un doble manto de lana purpúrea, ajustado con broche de oro y que lo escoltaba un heraldo de mayor edad llamado Euríbates.
  1. Penélope llora ante las palabras del pordiosero (Ulises).  Éste le dice que Fidón, el rey de Tesprotia, le indicó que Ulises estaba vivo, aunque había perdido su embarcación después de pasar por Trinacia; que traía muchos regalos dados por los feacios y que estaba en Dodona, en el oráculo de Zeus, averiguando la forma de llegar a la casa después de veinte años de ausencia.
  1. Penélope desea que se cumplan las palabras del pordiosero (Ulises).  Luego ordena que le laven los pies.  El viejo dice que sólo se los dejará lavar de una sierva anciana.
  1. Penélope llama a Euriclea.  Ésta le dice al pordiosero (Ulises) que tiene gran parecido con el Laertíada.  El anciano le responde que ya otras personas habían notado la semejanza.
  1. Euriclea lava al pordiosero y toca la cicatriz que estaba en su muslo.  Ésta había sido producida por los dientes de un jabalí, cuando Ulises, siendo niño, fue a cazar con su abuelo Autólico y sus tíos, en el monte Parnaso.
  1. Autólico fue quien había dicho que el nombre de aquel niño fuera “Ulises”, porque él, su abuelo, había llegado allí aguantando los odios de muchas mujeres y muchos hombres.
  1. Euriclea, al reconocer al pordiosero (Ulises), deja caer la pierna y riega el agua.  Inmediatamente piensa decírselo a Penélope, pero Atena le embarga la mente y ésta no puede ver ni oír nada.
  1. Ulises le pide a Euriclea que guarde el secreto.  Ella le dice que le contará cuáles siervas de su casa lo han deshonrado.  Ulises le contesta que él ya las ha reconocido.
  1. Penélope le cuenta al huésped que soñó que un águila grande vino del monte y mató veinte ocas que comían trigo en la artesa de agua.  La misma águila le habló a Penélope y le dijo que era el esposo ausente y que las ocas eran los pretendientes.
  1. Penélope explica que los sueños son ambiguos y que escapan por dos puertas:  una de marfil (sueños engañosos, que no se llegan a realizar) y la otra de cuerno pulido (sueños que se cumplen).
  1. Penélope idea un último ardid:  pedirá a los pretendientes que tensen el arco de Ulises, que disparen una flecha y que la pasen a través del agujero de doce hachas.  Esto lo acostumbraba hacer Ulises.
  1. El pordiosero (Ulises) la anima a llevar a cabo su propósito.  Luego se van a dormir.

CANTO XX:

  1. Mientras el pordiosero (Ulises) trata de dormir, las siervas que se ayuntaban con los pretendientes salen de sus habitaciones y se burlan de él.

  1. Ulises piensa darles muerte, pero contiene los impulsos de su corazón.
  1. Atena se le aparece a Ulises y lo consuela.  Él se preocupa porque después de darle muerte a los galanes, dónde habría de refugiarse.  La diosa lo insta a confiar en ella.
  1. Penélope, en su habitación, se despierta y desea la muerte.  Ella ha soñado que su esposo llegaba a dormir en su compañía.
  1. Al amanecer, Ulises se levanta y sale al patio.  Allí clama a Zeus para que le dé una señal de aliento.  En esto resuena un trueno en el cielo despejado.
  1. Una mujer, de doce que estaban moliendo, al escuchar el trueno, lo interpreta como una señal de Zeus para alguien; entonces aprovecha para pedir al padre de los dioses que ese día sea el último para los galanes, pues la obligan a molerles el pan.
  1. Telémaco despierta y pregunta a Euriclea sobre la forma de atención que le dieron al pordiosero (Ulises).  La criada le contesta que no quiso dormir en catre, pero que ellas le echaron un manto encima.
  1. Euriclea apura a todas las sirvientas en sus quehaceres, pues aquel era un día de fiesta.
  1. Llega al palacio Filetio, uno de los pastores.  Él se conduele del pordiosero (Ulises) y del Laertíada, que tal vez estaba pasando por la misma suerte de aquel anciano.
  1. El pordiosero (Ulises) le indica a Filetio que Ulises llegará pronto y que matará a los pretendientes.  El mismo Filetio podría ver aquella venganza.
  1. Llegan los galanes.  A su izquierda pasa un águila que lleva en el pico una paloma.  Anfínomo interpreta aquello como que ellos matarían a Telémaco.
  1. Los galanes empiezan el banquete.  Telémaco sienta al pordiosero (Ulises) con ellos y ordena que nadie lo moleste.  Antínoo se burla del joven.
  1. Ctesipo se burla del pordiosero (Ulises) y le lanza una pata de vaca.  Telémaco lo increpa e indica a todos que los traspasará con su lanza si vuelven a hacer algo parecido.  Los pretendientes se asombran de la forma de actuar de Telémaco.
  1. Agelao aconseja a Telémaco.  Lo insta para que convenza a Penélope de escoger un nuevo marido.  El joven le indica que él ya lo ha hecho, pero que no puede obligarla ni echarla de la casa.
  1. Los pretendientes, por obra de Atena, empiezan a reír como locos.  Teoclímeno, el huésped de Telémaco, les advierte la oscuridad que se cierne sobre ellos y se marcha del palacio con Pireo.
  1. Penélope, entretanto, ha bajado de sus estancias y se ha sentado frente a los pretendientes.

CANTO XXI:

  1. Penélope baja al cuarto del tesoro y saca el arco y una aljaba llena de saetas.  Tanto el arco como la aljaba habían sido regalos hechos a Ulises por Ífito Eurítida, en tierra mesenia, cuando el Laertíada había ido a casa de Ortíloco.

  1. Penélope lleva el arco y la aljaba a la sala y les dice a los pretendientes que, como supuestamente ellos están allí por ella, que el que logre tensar el arco de Ulises y disparar una flecha y hacerla pasar por el hueco de doce hachas, ése la obtendría como premio.
  1. Telémaco pondera la belleza de su madre e incluso, trata él de primero de tensar el arco.  Si lo lograra, su madre no se casaría y se quedaría con él en la casa.  Después del tercer intento, Ulises le hace señas que lo deje.
  1. El primero de los pretendientes que mide sus fuerzas fue Leodes, pero no puede tensar el arco.
  1. Antínoo ordena a Melantio que encienda el fuego y que traiga sebo, para que los pretendientes se unjan.  De esta forma, tal vez podrían tensar el arco.
  1. Eumeo y Filetio deciden irse del palacio.  El pordiosero (Ulises) los sigue y en el patio les pregunta en cuál lado se pondrían ellos si Ulises regresara en ese momento:  al lado del Laertíada o de los pretendientes.  Ellos aseguran estar de parte de Ulises.
  1. Ulises descubre su verdadera identidad frente a Eumeo y Filetio.  Les prueba que es Ulises enseñándoles la cicatriz del jabalí.
  1. Ulises les ordena volver al palacio y le indica a Eumeo que cuando él pida el arco para tensarlo, se lo pase.  También le dice que ordene a las siervas cerrar todas las puertas que dan al salón y no abrirlas oigan lo que oigan.  A Filetio le indica que cierre la puerta del patio.  Si hicieran todo lo que Ulises les ha indicado, el Laertíada les daría tierra, casa, esposa y los tendría como amigos siempre.
  1. Vuelven los tres al salón.  Antínoo propone dejar el certamen para el siguiente día y hacer ofrendas al dios Apolo, para que éste les ayude.
  1. El pordiosero (Ulises) pide el arco para él probar su fuerza.  Antínoo lo ofende y le dice que ya es bastante con permitirle que se siente con ellos a la mesa.
  1. Penélope interviene y dice que no es justo hostigar a los huéspedes.  Eurímaco responde que si el viejo lograra tensar el arco, todos ellos quedarían con gran oprobio.  Penélope responde que la mala fama ya la tienen, pues devoran la casa de un varón principal.
  1. Telémaco interviene e indica que él es dueño de entregar el arco a quien lo desee.  Envía a Penélope a sus habitaciones, porque todo aquello es cosa de hombres.
  1. El pordiosero (Ulises) toma el arco y sin ninguna dificultad lo tensa, luego dispara la flecha y la pasa por el hueco de las doce hachas.  Se oye, al instante, un trueno de Zeus.
  1. El pordiosero (Ulises) le indica a Telémaco que ya es hora de dar la cena a los galanes, aunque todavía están a pleno día.  Telémaco se ciñe la espada y toma la lanza.

CANTO XXII:

  1. Ulises les indica a los pretendientes que el juego se ha terminado.  Luego dispara una flecha y mata a Antínoo.

  1. Los pretendientes, creyendo que el pordiosero (Ulises) había matado al galante accidentalmente, lo amenazan con la muerte.  Ulises se identifica y los llama “¡Perros viles!”.
  1. Eurímaco pide a Ulises que perdone la vida a los pretendientes, pues realmente quien los impulsó a cometer locuras fue Antínoo, que no quería en realidad casarse con Penélope, sino ser el rey de Ítaca.
  1. Ulises no acepta perdonarles la vida, aunque le devuelvan en oro lo que se han comido.  Eurímaco, entonces, insta a los pretendientes a luchar.
  1. Ulises mata a Eurímaco, cuando éste desnuda el cuchillo.  Luego, Telémaco mata a Anfínomo.
  1. Ulises envía a Telémaco a traer lanzas, yelmos y escudos.  El joven los trae y se los da a su padre, al boyero y al porquerizo.
  1. Agelao le indica al cabrero Melantio que traiga lanzas y escudos del lugar de donde los ha sacado Telémaco.  El cabrero se mete al cuarto del tesoro y saca las armas sin ser visto.
  1. Ulises envía a Eumeo y a Filetio a ver quién estaba dando a los galanes las lanzas.  Ellos descubren a Melantio y lo amarran de pies y manos a una larga columna.
  1. Atena se aparece bajo la forma de Mentor y Agelao lo amenaza con la muerte, con quitarle sus bienes y no dejar vivir en sus casas a su esposa e hijos, si él ayuda a Ulises.
  1. Atena se transforma en golondrina y se para en la viga principal.
  1. Continúa la matanza de los pretendientes:  Demoptolemo (Ulises), Euríades (Telémaco), Elato (Eumeo), Pisandro (Filetio), Euridamante (Ulises), Anfimedonte (Telémaco), Pólibo (Eumeo), Ctesipo (Filetio), Agelao (Ulises), Leócrito (Telémaco).
  1. Leodes, el arúspice de los pretendientes, se abraza a las rodillas de Ulises y le pide que no lo maten.  Ulises no le perdona la vida.
  1. Telémaco interviene a favor del heraldo Medonte y del aedo Femio, pues fueron obligados por los pretendientes a servirles.  Ulises les perdona la vida.
  1. Telémaco llama a Euriclea.  Ulises le ordena que traiga a las siervas que lo deshonraron.  Ella le indica que son doce, de las cincuenta que hay en la casa.
  1. Llegan las doce siervas y Ulises las obliga a recoger los cuerpos de los pretendientes, con ayuda de Eumeo, Filetio y Telémaco.  Luego les ordena lavar la sala y limpiar los muebles.
  1. Después de esto, Eumeo, Filetio y Telémaco llevan a las siervas al patio.  Telémaco se niega a matarlas con la muerte noble de la espada, y en su lugar, las ahorca.
  1. Luego traen al cabrero Melantio y Eumeo, Filetio y Telémaco mutilan su cuerpo:  le cortan las narices, las orejas, el pene, los testículos, las piernas y los brazos.
  1. Ulises ordena a Euriclea traer azufre y fuego para purificar el salón.
  1. Euriclea avisa a las siervas de la llegada del amo y éstas vienen y lo besan.  Ulises llora porque cada sierva le despierta un recuerdo.

CANTO XXIII:

  1. Euriclea sube muy rápido a las habitaciones de Penélope a anunciarle que Ulises ya está en la casa.  Penélope piensa que un dios ha enloquecido a la sierva.

  1. Eurclea le insiste en que no es engaño, que lo ha reconocido por la cicatriz y que Telémaco también lo sabe.  Penélope se llena de gozo.
  1. Euriclea le comunica a Penélope que Ulises ha dado muerte a todos los pretendientes.  La esposa pregunta que cómo lo ha hecho.  La sierva dice no saberlo, pero lo ha visto todo lleno de polvo y de sangre, como un león.
  2. Todavía Penélope sigue dudando, y piensa que algún dios mató a los pretendientes, airado por su odiosa insolencia.
  1. Penélope baja de sus habitaciones y encuentra a Ulises, pero no se dicen nada.
  1. Telémaco increpa a su madre y le dice que tiene un corazón como peña.
  1. Penélope le responde que entre ella y Ulises guardan secretas señales y que por medio de ellas, lo reconocerá.
  1. Ulises despide a Telémaco de la sala y le dice que piense en lo que ha de seguir, pues si cuando un hombre mata a otro, lo echan de la ciudad, ¿qué harán con ellos que han matado a los mejores mozos de Ítaca?
  1. Ulises ordena a Telémaco que se bañe y que todos se alisten y bailen.  Con esto, los que de afuera oigan, pensarán que Penélope ha escogido esposo.  Luego se irán a la finca, a ponerse a salvo.
  1. Ulises increpa a Penélope por el corazón de hierro que encierra en su pecho.  Ella le responde que no lo desprecia, pues lo ve como fue hacía veinte años.
  1. Penélope envía a Euriclea a poner el lecho de Ulises.  El Laertíada se disgusta cuando oye esto, pues le dice a su esposa que sólo un dios podría haber movido la cama.  Él mismo la construyó sobre un árbol de olivo, al cual le cortó las ramas.  El lecho fue revestido con marfil, oro y plata, y sus costados fueron unidos con correas de cuero teñidas de rojo.
  1. Al oír esto, Penélope reconoce que aquel hombre verdaderamente es Ulises y le pide que no se disguste, pues ella ha dudado por si alguien llegaba a engañarla con falsas razones.  El lecho nupcial sólo lo conocían ellos dos y la sierva hija de Áctor, que cuidaba las puertas.
  1. Penélope y Ulises lloran.  Atena detiene el tránsito de la noche e impide que la Aurora pueda enganchar a Faetone y a Lampo (caballos) que la suben al cielo.
  1. Ulises le cuenta a Penélope la profecía de Tiresias y cómo él tendrá que buscar a unos hombres que desconozcan el mar y clavar un remo en sus tierras.  Luego hará hecatombes a Posidón y a otro de los dioses olímpicos.
  1. Penélope y Ulises se retiran a sus habitaciones y gozan del amor tan deseado.  Ulises le cuenta a Penélope todas sus aventuras.
  1. Al amanecer, Ulises se levanta y ordena a Penélope no bajar de sus habitaciones, para que no vea a nadie ni le hagan preguntas sobre los pretendientes.
  1. Ulises, Telémaco, Eumeo y Filetio salen y se van para la finca de Laertes.  Atena los envuelve en la noche y los hace desaparecer.

CANTO XXIV:

  1. Hermes conduce las almas de los pretendientes al Hades.

  1. En el Hades, conversan Aquiles, Patroclo, Antíloco, Áyax y Agamenón.
  1. Aquiles se dirige a Agamenón y le dice que a pesar de ser querido por Zeus, se encontró muy temprano con la muerte.
  1. Agamenón cuenta a Aquiles los rituales que en su honor se hicieron cuando murió.  También le cuenta cómo Tetis salió del mar y dónde pusieron sus huesos.  Estos fueron puestos al lado de los de Patroclo y Antíloco.
  1. En esto llegan los pretendientes al Hades.  Agamenón reconoce a Anfimedonte, quien lo había hospedado cuando él fue Ítaca a convencer a Ulises de que los acompañara a Troya.
  1. Agamenón pregunta a Anfimedonte sobre los pormenores de su muerte.  Éste le cuenta que lo mató Ulises a él y a todos los demás galanes por estar en la casa y pretender a Penélope.  Igualmente le cuenta de los ardides de la reina, primero con el tejido de la mortaja y luego, con el tensado del arco.
  1. Agamenón pondera la dicha de Ulises por haberse casado con una mujer virtuosa y fuerte, y la contrasta con Clitemnestra.
  1. Entretanto Ulises y sus acompañantes llegan a la finca de Laertes.  Ulises envía a los suyos a preparar la comida.
  1. Ulises encuentra a su padre solo, pues Dolio y sus hijos, que siempre están con él, andan trayendo piedras para hacer un cercado.
  1. Ulises se presenta a su padre como un forastero venido de Alibante, de nombre Epérito, hijo de Afidas, quien había, cinco años atrás, hospedado a Ulises.
  1. Laertes llora.  Ulises entonces se identifica como su hijo.  Para probarlo, le enseña la cicatriz y le recuerda cuántos árboles tenía antaño en la finca:  diez manzanos, trece perales, cuarenta higueras y cincuenta vides.
  1. Laertes abraza a su hijo.  Van a la casa.  La sierva siciliana baña al anciano y éste se preocupa porque lleguen las gentes de Ítaca a vengarse de Ulises.
  1. Comen.  Llegan Dolio y sus hijos y expresan felicidad al reconocer a Ulises.
  2. En Ítaca, mientras tanto, se extiende la noticia de la muerte de los pretendientes.  Cada familiar llega al portal del palacio de Ulises a retirar a los suyos.  Los pretendientes extranjeros fueron puestos en barcos que pasaban por la isla.
  1. Eupites, padre de Antínoo, insta a los hombres de Ítaca para que se venguen de Ulises.
  1. Medonte les explica que Ulises fue ayudado por un dios que tomó la forma de Mentor.  Haliterses les dice que eso les pasó por no hacerle caso cuando él los arengó a dejar las locuras.
  1. Muchos itaquenses desistieron; pero otros siguieron a Eupites, tomaron las armas y se fueron a buscar a Ulises.
  1. Atena pregunta a Zeus sobre el futuro de Ítaca.  Éste le aconseja que inste a los hombres para que hagan paces juradas y que Ulises siga reinando por siempre.
  1. Los itaquenses llegan a la finca de Laertes y Ulises los enfrenta con ayuda de los suyos.
  1. Ulises insta a Telémaco para que aprenda a no deshonrar una estirpe de fuerza y valor.
  1. Atena llega en forma de Mentor y aconseja a Laertes para que la invoque.  El anciano invoca a la diosa y luego mata a Eupites.
  1. Mentor (Atena) detiene a los itaquenses y los aconseja para que desistan de la guerra.
  1. Los itaquenses sueltan sus armas y huyen hacia la ciudad.  Ulises los persigue dando chillidos.  Zeus envía un rayo encendido.
  1. Mentor (Atena) aconseja a Ulises para que no prolongue más la guerra, pues ésta a nadie perdona; además, el Cronión podría irritarse con él.

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