Solo yo. Yo vi cómo ella se enamoró de él

Yo vi cómo ella se enamoró de él.

Dios… cómo estaba de enamorada, cómo lo amaba.

La forma en que lo miraba… podía pasar horas contemplando su rostro.

Aún recuerda esos cabellos que le cubrían un poco la frente, una nariz tan respingada, unos ojos tan negros que parecían las noches más lindas, esas noches en las que solo ves el cielo y miras la luna acompañada de sus amadas estrellas, la luz de la luna tan tranquila que te invita a estar junto a ella.

Ojos tan negros que contrastaban tan bien con su piel blanca…

esa misma piel que tuvo la audacia de engañarla, de mentirle.

Y de repente, esas noches tranquilas con luna y estrellas…sus ojos ya no eran los mismos.

Ahora eran una noche tan oscura, sin luz, sin luna, sin nada. Esa oscuridad que te alerta, que te dice: aléjate.

Ella jura que lo amó con todo lo que es, con todo lo que era, con todo lo que tenía, pero después de él ella no fue nada.

¿Quieres conocer más de esta historia?

Es la historia de mi hermana mayor.

Pero no piensen que murió o algo así… para nada.

Ahora vive con quien asegura que es el amor de su vida.

¿Sí? Pues ahí va:

Una muchacha de 18 años, bastante promedio.

1.63 de estatura, con un cuerpo… emm, bonito.

Y estaba tratando de pasar las materias de la universidad que apenas comenzaba.

Un día, un chico nuevo entró a clase.

Ella notó su interés, pero a ella no le llamó la atención.

Sin embargo, había algo que sobresalía:

cuando conversaban y a ella le tocaba hablar,

él no apartaba la mirada de sus ojos.

Hasta cierto punto… era incómodo.

Pero ella no podía dejar de ver sus labios cada vez que él hablaba.

Solo eran compañeros, no sabían nada el uno del otro.

Pero se preguntó por qué le gustaban tanto sus labios.

Con el paso del tiempo, ella se dio cuenta de que a él le gustaba.

Por las miradas rápidas que le lanzaba,

porque ahora se sentaba más cerca de ella,

y cuando interactuaban… la miraba tan detenidamente.

A ella le halagaba mucho que al menos él se fijara en ella,

porque nunca antes había tenido la atención de un chico de forma romántica.

En fin…

Un día, después de mucha insistencia, ella le aceptó una salida al cine.

¡Dios! En el cine fue muy extraño…

O al menos eso es lo que ella me cuenta.

Vieron una película de terror,

y él intentaba abrazarla como si ella tuviera miedo.

Al principio fue incómodo…

pero después, ella se dejó llevar.

El resto de la tarde se la pasaron platicando.

Platicaron mucho.

Lo curioso es que ahora no recuerda de qué hablaron exactamente.

Pero sí recuerda otra cosa:

sus labios

y cómo su cabello ondulado se movía suavemente sobre su frente.

Cuando se dio cuenta…

ya le decía:

"Te quiero."

Solo habían pasado dos semanas.

Pero esas palabras…

eran muy reales.

—No quiero decir cómo fue su primera ve—

—¡No, Amanda! Eso no lo digas…

Ya estás contando demasiado con mi historia, ¿no crees?

—Si quieres… yo lo cuento.

Porque es mi historia.

Bien…

¿Ustedes se acuerdan de su primer beso?

Yo sí.

No fue con él.

Fue en la secundaria… jugando Verdad o reto.

Dios, cómo me avergüenza contar esto.

No importa con quién fue…

lo que recuerdo es que nuestros dientes chocaron

y no pude sacarme esa sensación de los labios durante días.

Una vez, él intentó darme un beso cuando regresábamos de comer tacos.

...