Suenio Americano

Edificio A, Aula 309. Repetía constantemente en mi cabeza mientras caminaba apresurada por los corredores del edificio. Edificio A, Aula 309. Nunca me ha gustado llegar tarde el primer día de clases. Hace 4 meses hubiera sido una locura pensar que hoy estaría aquí.

Aquí es, me dije entre pensamientos, mientras veía a los que serian mis compañeros por los siguientes años, a través de la pequeña ventana que se hallaba en la puerta. Era raro, ver tantos rostros pálidos y ojos claros. Espero no sean difíciles de tratar.

Estaba en el 4to periodo. Ya me quería ir, a pesar de que era una clase que me gustaba mucho, estaba cansada de las miradas extrañadas de mis compañeros. ¿Cómo me concentraría en “Writing Adequately”, si me pesaban tanto las miradas? De pronto la profesora dijo: “Tema: MIGRACION”. Señalando que de esto trataría el primer ensayo de tarea que entregaríamos.

Llegando a casa, mi mama me recibió con un abrazo. Creo que era de imaginarse que mi primer día había sido un desastre, porque a su abrazo agregó: “Mañana será un mejor día, siéntate a merendar”. Al terminar mi pollo Moyombe, recogí mi plato y me retire. Tenía tarea que hacer.

Ya sentada en el escritorio que, por fortuna, se encuentra en el cuarto mas inhóspito de la casa, empecé a pensar; Migración. ¿Qué habría de escribir? ¿Qué mi nuevo vecindario era hermoso? Después de todo, ¿Quién mejor que una cubana que inmigro a EUA para hablarles de ello? Sería fácil, pensé.

Primero, ¿Qué quería que ellos supieran? Mmm. ¡Ya se! Mis razones. Tal vez podría agregar un comentario del Sr. Holcomb, digo, el hombre que tomo a mi madre por esposa y llego a facilitarnos la vida (según mi madre). También podría agregar la opinión de mi mama, después de todo, estábamos juntas en esto.

Vagando por mi cabeza y sin saber por dónde empezar, recordé un término que describía perfectamente mi situación y el por qué estábamos en un vecindario anglosajón. Simplemente se trataba del alocado “Sueño americano”.

Tras investigar un poco más a fondo el termino -con el cual ya estaba, de por sí, familiarizada- me encontré con muchas variaciones de lo que esto significa para las personas que llegan con súper elevadas expectativas a los Estados Unidos.

Pues, amaneció. Tras escribir y pensar toda la noche, me sentía lista para exponer mi ensayo. No me había percatado de lo relativamente alejada que estaba la escuela de mi vecindario. Aunque, hasta cierto punto, tenía sentido, mi vecindario no era el mejorcito.

Titulé mi ensayo: “Living the dream” y creo que, a comparación de los ensayos de recopilación de información de mis compañeros, el mío tenía demasiado de mi implícito en esas cuartillas. Ya había sonado la campana, entraríamos a la clase que correspondía a mi 2o periodo.

Era la hora, caminaba por el pasillo repasando lo que diría

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