TOMAR DE DECISIONES ENTRE LO CORRECTO Y LO QUE DESEAMOS

TOMAR DE DECISIONES ENTRE LO CORRECTO Y LO QUE DESEAMOS

Tomar decisiones es algo que hacemos a diario, desde el momento en el que nos despertamos nuestro día es guiado por decisiones comenzamos por unas sencillas como ¿porque lado de la cama me levantare? ¿Qué ropa me pondré? ¿Desayunare pan o arepa?, y así andamos en el día a día. Pero no siempre nos encontramos en situaciones sencillas donde decidir no tendrá gran impacto en nuestra vida, a veces por no decir siempre, nos toca tomar una decisión que tendrá grandes consecuencias y hasta cambie nuestras vida; es en ese punto donde una simple decisiones se convierte en algo tan difícil de hacer, entras en un túnel que no tiene salida el miedo a errar, al fracaso o a algo peor el miedo a la soledad te invaden y es casi imposible tomar un camino.

Podemos decir que este tema es algo de lo que ya se ha hablado mucho, pero les invito a investigar un poco, existen infinidades de libros, textos, artículos de periódico y páginas de internet donde hablan de la toma de decisiones cabe destacar que en todo estos sitios se enfocan en el ámbito laboral ¿y qué pasa con la toma de decisiones en la vida personal? ¿No son de tanta importancia como las decisiones que debemos tomar en el lugar de trabajo o en los estudios? Al pareces para muchos autores es primordial tomar buenas decisiones en el trabajo o al momento de estudiar una carrera para labrar una vida exitosa, con los que discrepo.

Para la juventud de hoy en día el amor es lo primordial, es el motor de sus vida y después de que viven una decepciones amorosa (algo que vivimos todo al menos una vez en la vida) se hace más complicado la toma de decisiones no nada más en relaciones con una pareja o persona que es de su agrado sino en todos los aspecto de su vida. El haber errado al tomar una serie de decisiones que eran tan importantes en su vida y pensando que lo estaban haciendo bien hace que su mundo se derrumbe y que deban cuestionar todo lo que harán desde ese momento en adelante.

Por lo que reflexionaremos sobre las dificultades que se le presentan a Pilar la protagonista de la novela “A orillas del rio piedra me senté y lloré”, al momento de tomar decisiones durante el transcurso de la trama en la novela. Este tipo de indecisiones se nos presentan a todos en algún momento y nos preguntamos ¿lo que deseo es lo correcto? ¿Si ya erre una vez por seguir lo que deseo, entonces lo que quiero no es lo correcto? ¿Cuál es el camino que debo tomar? ¿Será el camino de la razón? Pero, ¿qué es la razón? Preguntas tan difíciles de contestar porque revolotean en nuestra cabeza contantemente y que nos llevan a titubear al momento de tomar una decisión.

Para poder responder esa pregunta debemos saber que es lo correcto, un autor que ha estudiado en el tema es William David Ross fue un filósofo escocés conocido por su trabajo en Ética. Su trabajo más conocido es The Right and the Good (Lo correcto y lo bueno). El primer pasó de nuestro análisis del significado de «correcto» nos lleva a una lacónica constatación: esta característica existe. Lo muestra abundantemente nuestro lenguaje cotidiano. Muchas veces hablamos, por ejemplo de: “camino correcto”, “dirección correcta”, “opinión correcta”, “decisión correcta”, “llave correcta”, o juzgamos un acto como correcto. Ross toma este último caso como punto de partida en su búsqueda del significado de la corrección. Lo expresa en las siguientes palabras:

Quisiera no apartarme del uso general de la palabra. Si bien otras cosas pueden ser llamadas «correctas» (como «el camino correcto», «la solución correcta»), la palabra se aplica especialmente a los actos, y el sentido que tiene cuando se aplica así – un sentido importante según la opinión general – es lo que deseo discutir.

Al enfocar su interés en los actos correctos, nuestro autor entra directamente en el mundo de la actividad humana, es decir, en el ámbito de lo moral.

Al definir un acto correcto o una acción buena como un acto o acción que goza de aprobación de la sociedad, ejemplificamos la pertenencia a las teorías relativas a la actitud. Sosteniendo que un acto correcto es aquel que va a producir un máximo de vida, mostramos un caso de la teoría relativa a la consecuencia. Ross menciona otra que procede de G. E. Moore. Se trata de las definiciones naturalistas y no naturalistas. Así pues, según Ross, las definiciones naturalistas pretenden definir un término ético sin ayuda de otro término de la misma índole (por ejemplo, lo correcto definido como “lo que produce el máximo placer”); las teorías no naturalistas son los intentos de definir un término ético por medio de algún otro término ético (lo correcto puede ser entendido, por ejemplo, como “lo que produce el máximo grado de bien”).

Pero que es realidad algo correcto, ¿es posible definirlo? ¿Si es lo que produce el máximo placer, un asesinó al matar estaría haciendo lo correcto al obtener el máximo placer quitándole la vida a alguien? No lo creo, el máximo placer puede ser obtenido de muchas maneras y no siempre es lo correcto como se llega a ese resultado. Para fundamentar esa conclusión nuestro autor lleva a cabo un minucioso análisis de las opiniones examinadas. El argumento por medio del cual se hace posible el rechazo de todas las soluciones propuestas muestra al mismo tiempo las convicciones intuicionistas de Ross: “Sólo hay que prestar un poco de atención a aquello en qué pensamos cuando utilizamos la palabra

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