Tlc Democracia

El objetivo central de un Tratado de libre comercio es la reducción y eventual eliminación de los aranceles y las barreras no arancelarias en el comercio de bienes y servicios; uno de los aspectos fundamentales de estos acuerdos son las reglas de origen, cuya finalidad es excluir a los productos de los países no miembros del área de libre comercio de concesiones arancelarias que se otorgan mutuamente los países parte.

Remontémonos a 1992 cuando estallo la noticia de un supuesto “Tratado de Libre Comercio”, días, semanas y meses después no demoraron analistas, economistas escritores en dar sus puntos de vista y de manera general y objetiva hacer una crítica al supuesto plan que el gobierno mexicano tenia entre las manos, y que en un tiempo lo iban a echar a andar.

En el mes de diciembre de 1992 se firmo el documento a nivel de los representantes máximos de los tres países, y entrara en vigor si todo marcha como se ha programado, el 1ro de enero de 1994.

Dicho esto, una negociación de nuestro comercio exterior acorde con los intereses nacionales, debe sustentarse en un profundo conocimiento de las posibilidades reales de competencia del sector agropecuario mexicano y cada una de sus más importantes líneas de producción.

Existen perspectivas de desarrollo muy limitadas para la exportación de productos agrícolas como hortalizas, frutales, cultivos tropicales, debido a la competencia internacional y a las barreras no arancelarias, factores que serian difícilmente modificables con el “Tratado Trilateral de Libre Comercio”.

Mexicanos que analizan a fondo el TLC mencionan que en general, México tiene poco que ganar y mucho que perder con el tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, recomiendan no negociar estas opciones a partir de posiciones que pongan en riesgo la producción interna de nuestros más importantes alimentos: granos, lácteos y carnes, principalmente, a fin de evitar severos daños a la planta productiva nacional y una inadmisible acentuación de la dependencia alimentaria, económica, tecnológica y hasta política.

SECTOR AGROPECUARIO

Me enfocare en el sector agropecuario ya que la producción “agropecuaria” es uno de los sectores más vulnerables a la liberalización de nuestro comercio con Estados Unidos y Canadá. Esto obedece en primer lugar, a la brecha tecnológica de México respecto a los países del norte, a nuestra inferior provisión de recursos naturales (tierra y factores climaticos), y a las diferencias en las políticas agropecuarias de fomento, caracterizada en Estados Unidos y Canadá por la canalización de enormes apoyos y subsidios al sector primario.

Al determinar estas condiciones, un verdadero libre comercio agropecuario con Estados Unidos y Canadá generaría pérdidas netas devastadoras en el campo mexicano, que no solo harían inmanejables nuestras cuentas externas por el dramático crecimiento de nuestras importaciones alimentarias, sino que provocarían efectos multiplicadores gravemente adversos sobre los demás sectores de la economía nacional y un éxodo rural de escalofriantes dimensiones: más de 25 millones de mexicanos tendrían que abandonar sus campos.

LA BRECHA DE LA PRODUCTIVIDAD Y EL DESARROLLO TECNOLOGICO

La competitividad agropecuaria entre dos o más naciones esta fundamentalmente determinada por su grado comparativo de desarrollo tecnológico, por su provisión de recursos naturales y por sus políticas gubernamentales de fomento rural, que apoyan o desestimulan la capitalización de las granjas.

En los tres factores de este trinomio, la superioridad de Estados Unidos y Canadá sobre México es apabullante. Como resultado, las diferencias de productividad son abismales (en las principales cosechas básicas,

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