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Trabajo de literatura OBRA LOS INOCENTES


Enviado por   •  26 de Agosto de 2017  •  Trabajos  •  10.771 Palabras (44 Páginas)  •  304 Visitas

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OBRA LOS INOCENTES

en el cuento “Cara de Ángel” cuentista Oswaldo Reynoso nos relata la historia de un adolescente llamado cara de ángel porque tiene un rostro bonito.
Sus amigos de la collera lo llaman María Bonita o María Félix, pero a él le molesta tremendamente que le llamen así. A cara de ángel le gusta una hermosa chica de nombre Gilda, hermana de Corsario. Cuando su mal tire se entera de que tiene dinero y que lo gana en el billar, cree que esta con uno de esos maricones y, sin darse el tiempo suficiente para averiguar la procedencia de ese dinero, lo castiga haciéndole pasar malos momentos delante de la collera. Cara de ángel siempre ha querido ser un verdadero hombre, pero siempre ha fracasado porque se considera un cobarde. Llega a trompearse con el colorete.

Se siente una persona con baja autoestima y ni siquiera puede comprarse ropa porque su madre lo averigua todo. En “El Príncipe”, el narrador nos cuenta la vida triste de un adolescente rocanrolero de apenas de 17 años de edad de nombre de Roberto Montenegro de Carpio. La collera y todos le llaman “El Príncipe”. Un día apareció en el diario “La tercera” la foto y los delitos que cometió “El Príncipe”. La collera comentaba que había robado un automóvil Ford 58 y también asalto a un hombre a quien arrebato su cartapacio conteniendo diez mil soles.

En “Carambola”, el narrador nos relata la vida de un joven rocanrolero llamado Carambola quien sueña ser un experto en el taco, como el choro plantado, a quien admira demasiado. Carambola le tiene confianza al choro plantado, por eso le confianza que esta perdidamente enamorado de Alicia.

En el cuento “Colorete”, trata la historia de un adolescente belicoso llamado Colorete, quien está muy enamorado de una chica muy bonita, Juanita. Colorete es atrevido y maloso en la calle; pero es un tonto, un miedoso y un cobarde en las fiestas.
Colorete va un día a la fiesta de cumpleaños de Juanita y se le declara, pero ella no lo acepta. En el cuento “El Rosquita”, el narrador nos da a conocer la vida de un jovenzuelo de apodo “El Rosquita” que tiene apenas dieciséis años y que sueña con ser un hombre adulto para poder tener ingreso al cine y a lugares prohibidos para menores de edad. El Rosquita es un jugador empedernido del taco.

OSWALDO REYNOSO

 Oswaldo Reynoso (Arequipa, 1931), es uno de los     más destacados novelistas del Perú contemporáneo.   Hizo sus estudios en la Universidad de San Agustín de su ciudad natal y los concluyó en la Universidad Enrique Guzmán y Valle, La Cantuta, en Lima, donde se graduó como profesor. Ahí mismo ejerció el magisterio durante varias décadas al mismo tiempo que desarrollaba una intensa labor literaria. Aunque el hecho es poco conocido, Reynoso se inició como poeta con el libro Luzbel(1955). Sin embargo, Reynoso conoció el éxito gracias a la prosa de ficción. Su libro de cuentos Los inocentes (1961) tuvo y tiene un éxito fulgurante, pues incorpora, por primera vez en el siglo XX, el lenguaje de los jóvenes de las grandes urbes. Algunos pensaron que puesto que el lenguaje juvenil cambia a velocidad acelerada, este libro iba a ser pronto olvidado. Ocurrió exactamente lo contrario. La razón hay que buscarla en la actitud del novelista, que es distinta a la del lexicógrafo que registra palabras. Reynoso consigue penetrar en el modo de pensar de los adolescentes, mira los hechos desde ese plano y por eso tiene un público que se renueva constantemente.

En su novela En octubre no hay milagros de 1965, Reynoso describe las penurias de la clase media limeña en un proceso de decadencia en medio de las convicciones que pese a estar profundamente arraigadas en el alma colectiva se van desdibujando lentamente. Dueño de una técnica literaria depurada, Reynoso da muestras de su gran dominio verbal en la novela El escarabajo y el hombre de 1970. Posteriormente, durante doce años, el novelista vive en China. Durante esos años escribe En busca de Aladino (1993), relato breve de tema arabesco y Los eunucos inmortales (1995) novela que recupera sus vivencias en extremo oriente. La prosa de ficción de Oswaldo Reynoso se caracteriza por presentar una gran cantidad de personajes con una coloreada prosa de profundo aliento lírico.
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A MEDIA VOZ

la lentitud es belleza
copio estas líneas ajenas
respiro
acepto la luz
bajo el aire ralo de noviembre
bajo la hierba
sin color
bajo el cielo cascado
y gris
acepto el duelo y la fiesta
no he llegado
no llegaré jamás
en el centro de todo
esta el poema intacto
sol ineludible
noche sin volver la cabeza
merodeo su luz
su sombra animal
de palabras
husmeo su esplendor
su huella
sus restos
todo para decir
que alguna vez
estuve atenta
desarmada

sola casi
en la muerte
casi en el fuego

A OTRA COSA

Basta ya de agonía. No me importa

la soledad, la angustia ni la nada.

Estoy harto de escombros y de sombras.

Quiero salir al sol. Verle la cara

al mundo. Y a la vida que me toca,

quiero salir, al son de una campana

que eche a volar olivos y palomas.

Y ponerme, después, a ver qué pasa                                                                                    con tanto amor. Abrir una alborada

de paz, en paz con todos los mortales,

Y penetre el amor en las entrañas

del mundo. Y hágase la luz a mares.                                                                           Déjense de sollozos y peleen

para que los señores sean hombres.

Tuérzanle el llanto a la melancolía.

Llamen siempre a las cosas por su nombres.                                                         Avívense la vida. Dense prisa.

Esta es la realidad. Y esta es la hora

de acabar de llorar mustios collados,

campos de soledad. ¡A otra cosa!

Basta ya de gemidos. No me importa

la soledad de nadie. Tengo ganas

de ir por el sol. Y al aire de este mundo

abrir, de paz en paz, una esperanza.

CUENTO : LOS MERENGUES

Apenas su mamá cerró la puerta, Perico saltó del colchón y escuchó, con el oído pegado a la madera, los pasos que se iban alejando por el largo corredor. Cuando se hubieron definitivamente perdido, se abalanzó hacia la cocina de kerosene y hurgó en una de las hornillas malogradas. ¡Allí estaba! Extrayendo la bolsita de cuero, contó una por una las monedas -había aprendido a contar jugando a las bolitas- y constató, asombrado, que había cuarenta soles. Se echó veinte al bolsillo y guardó el resto en su lugar. No en vano, por la noche, había simulado dormir para espiar a su mamá. Ahora tenía lo suficiente para realizar su hermoso proyecto. Después no faltaría una excusa. En esos callejones de Santa Cruz, las puertas siempre están entreabiertas y los vecinos tienen caras de sospechosos. Ajustándose los zapatos, salió desalado hacia la calle.

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