Una nueva Crónica de un supermercado

Angie Elizabeth Martínez Barboza

Taller de Redacción

Crónica de un supermercado

La semana pasada fui al supermercado por la mañana. Casi no había gente, por esta razón todo parecía estar tranquilo.

Llenar la cesta o carrito de las compras, es una tarea que a mi parecer es complicada. No por la falta de supermercados, sino por la enorme variedad de alimentos entre los que tienes que escoger. La manera que a mi me funciona es pensar que voy a realizar una gran aventura hacia el súper, sin prisas y detallando todos y cada uno de los productos existentes. Así fue mi estadía en el súper.

Al pasar por la zona de verduras, escuché a dos mujeres que trabajaban ahí, se estaban quejando del salario que recibían, entre otras cosas: “con lo caro que está todo y ahora que el señor Trump ganó la presidencia de Estados Unidos, todo va a estar todavía más costoso, ya no sé qué va a pasar con el dinero que me mande mi hijo, con este trabajo y con lo que él me mandaba, apenas podía pagar todos mis gastos.”          -Decía una de las mujeres.

Caminé un poco más a la nevera en dónde se encontraban los quesos y me percaté que algunas personas, al agarrar un producto y observar el precio, lo miraban con un poco de recelo, lo tomaban, le daban vueltas y lo volvían a dejar en su lugar de origen. Al darme cuenta de este comportamiento tan extraño, me acerqué más a la zona y vi que en efecto, el precio de ese producto estaba más caro de lo normal.

Como ya sabemos, el consumo de queso en México es muy importante, pero la realidad es que está muy influenciado por los gustos y preferencias regionales.

Más adelante, en el pasillo donde hay galletas, vi a una persona que realmente se veía confundida, estaba comparando dos productos que eran exactamente lo mismo pero con la pequeña diferencia que uno de esos productos había sido hecho en México y el otro venía importado de Estados Unidos , el producto importado costaba prácticamente el doble, esto me hizo reflexionar. Al principio pensé que estaba mal el precio, que lo estaba viendo mal, pero ese era el precio real. En fin,

la persona según mi criterio, fue sensata porque se llevó las galletas que fueron hechas en México y la verdad me sentí bien al haber sido testigo y presenciar ese acto en específico.

Seguí recorriendo los pasillos, viendo los precios y pensando que verdaderamente comprar comida en México es muy caro, recientemente el tema de la autosuficiencia alimentaria a nivel mundial ha cobrado relevancia a raíz de las problemáticas derivadas del aumento constante de precios y la insuficiencia de alimentos. 

Es un hecho que los precios han aumentado a lo largo de los años y algunos productos que observé con respecto a este tema son: las carnes, los cereales, que incluye también las tortillas y derivados como el pan, las galletas que mencionaba antes, entre muchos otros productos.

Algunas empresas mexicanas habían dicho que podrían subir sus precios en caso de que persistiera la depreciación del peso y por ende el aumento del dólar.

Con todo esto me di cuenta que efectivamente hubo un ajuste en los precios ante el aumento en los componentes de importación para la elaboración de los productos.

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