Wang, arte y humildad

En el presente ensayo hablare del libro titulado “Cómo se salvó Wang Fo”, en donde se tocan muchos puntos sobre los cuales me siento de acuerdo, como introducción puedo decir que es una historia narrada en los tiempos de Han, donde el monje tiene una gran sentimiento y concepto de belleza y de arte, donde el discípulo a pesar de que amó a aquella mujer igual que se ama a un espejo que no se empaña nunca, la vio colgada después de suicidarse y sintió felicidad, no se compara a una aventura donde se expresa como aprendes a amar, a sentir el arte y como a vista del emperador se desvanece todo aquello en donde él encontraba inspiración y arte. A partir del momento que Wang Fo por una noche en una casa de té, conoce a Ling, quien a partir de esa noche fue su fiel acompañante, ayudaba a sus necesidades, hacia masajes a el monje en las frías noches. Días más adelante a luz del día, llegaron los arrabales de la ciudad imperial, pasando por el pasillo los caballeros escucharon los susurros amedrentados del anciano y de su discípulo y los atraparon. Pues era que el joven discípulo había saqueado un panecillo de cena para el monje. Al momento de la captura, éstos fueron llevados al palacio de Levante a Poniente donde en la sala se encontraba el Hijo del Cielo sentado en su trono.

Donde en éste momento se entiende la angustia el monje y la desesperación del discípulo al ver como los caballeros tratan a su monje, sabían y algo les decía que podían ser decapitados, y que posteriormente paso con el joven discípulo. Después de unas palabras del Maestro Celeste éste fue escuchado que se hacía amar tanto que merecía morir, representaba su imagen de belleza y de las cosas que admiraba con odio hacia él, como si le hubiera dado una vida pero no ganas de vivirla. Con sus palabras hizo entender que la belleza para él era nada más que una simple fachada para lo que él podía sentir. Ya al momento de ensamblar y ver una sombra con forma de sable y una mano levantarse, el

discípulo se levanta para no permitir que el monje no manche ni un poco de sangre y al momento de ponerse de pie todos presencian como el discípulo pierde su cabeza de su cuerpo, tal cual una rosa es cortada de su terreno. El rostro del anciano Wang reflejaba como no tenía palabras para la situación y simplemente lo vio marcharse. Pasado esto el Hombre Celeste sólo narraba con amargura, pero con palabras bellas de lo que lo hacía reflejar cada pieza de arte que el anciano plasmaba. A lo largo de esa tarde, se siente un viento y una luz del día que dejo sin habla a cualquiera en la sala y al fondo se veía una mancha roja, quién era su discípulo Ling, que venía en una barca de lo lejos y al reflejo del techo de Jade y el agua se veía el rostro del anciano sin poder creer lo que veía. Cuando llega el discípulo, el anciano dice que lo creía muerto y éste le responde que si el monje vivía él lo haría también.

“Partamos,

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