Y sigo aqui

Y estoy aquí, como cada sábado en este hermoso lugar. ¿Qué más puedo pedir? Ligeramente soleado, terreno espacioso, flores a donde quiera que miro, no hay demasiada gente, bueno, viva al menos, en fin, sería perfecto si no viniera a lo que vengo.

-Lo prometido es deuda, así que hoy menos que nunca podía permitirme faltar. Siento que no haya venido Jenny pero tú conoces a sus papás y, sinceramente, la noche del accidente fue la última vez que la vi.

Ya sabía que no habría respuesta, y en un principio me sentía medio loca por estar hablando sola, pero había una parte de mí, esa parte que siempre se negaría a aceptar su ausencia, armando un diálogo invisible entre ambos.  Recargue mi cuerpo  en el tronco de un viejo árbol y continúe platicando con él

-Me fue difícil aceptar que ya no estas, prometimos morir juntos, viejitos y sin dientes ¿recuerdas?

Han pasado solo dos años y aun duele demasiado estar parada aquí tratando de mantenerlo conmigo, aunque supe que se convirtió en mi ángel desde aquel día.

- Hoy volvió a pasar ¿sabes? Desperté a mitad de la noche gritando tu nombre, lo más doloroso es saber que no pesadillas sino recuerdos.

Recuerdos que a pesar del tiempo me siguen atormentando, sobre todo en fechas como estas, últimamente son más frecuentes, las imágenes se  repiten en mi mente una y otra y otra vez.

-El sonido de los disparos se ha vuelto la música de fondo en mis sueños, nos veo corriendo rápidamente por la calle hasta que uno de los disparos suena diferente y es cuando te veo ahí, tendido en suelo sangrando.

Las lágrimas comienzan a caer por mi rostro, pero tengo que ser fuerte,  él siempre odio verme llorar y ahora menos que nunca tengo que hacerlo. Con las mangas de mi sudadera limpio mi rostro y trato de controlar mi voz y mis respiraciones.

-Me gusta imaginar que te encontrare en otra vida, que llegara un momento donde volveremos a estar juntos, seremos polos opuestos otra vez, pasaremos interminables noches de Luna llena contando historias en el muelle mientras comemos dulces, lanzaremos cometas amarillos en el parque y no creceremos, andaremos en bicicletas con motor y cualquier otra locura que se nos ocurra. Seremos nuevamente tres.

Sonreí al recordar todas esas cosas que solíamos hacer juntos e imaginar que esos días volverán.

-Mientras una persona, tan solo una persona te siga recordando, tú no morirás yo te recordare para toda la vida, eres esa mariposa que vuela por mi lado cuando camino por la calle y yo aún creo en ti.

Y de pronto el viento comienza a soplar fuerte pero sin ser molesto, me acaricia el rostro y es como si sus labios se posaran delicadamente sobre mi frente como en el viejos tiempos. Sonrío y sé que el estará ahí para mí, de cualquier manera y en cualquier forma. Y es momento de marcharme.

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