Zona caliente

Resumen Zona Caliente

Esta es una historia real escrita por Richard Preston. Inicia  con la narración de un hombre francés  llamado Charles Monet, esté se fue de viaje con una amiga al Monte Elgón en el oeste de Kenia. Pasaron una noche allí y fueron a una gran cueva llamada Kitum. Después de su viaje a la cueva de Kitum, regreso a su casa y tres días después tuvo un gran dolor de cabeza que no desaparecía. Esto le provoco  ir a un hospital más grande ubicado en Nairobi. Charles tomó un vuelo a Nairobi al noveno día después de su visita a la cueva de Kitum, pero durante todo el vuelo a  Nairobi estuvo vomitando sangre mezclada con un líquido negro. Cuando él llegó al hospital tomó asiento y esperó para ser atendido. Después de un momento su columna vertebral se desvaneció y perdió toda sensación de equilibrio y comenzó a entrar en estado de shock. Luego comenzó a vomitar una cantidad increíble de sangre de su estómago y la derramó sobre el suelo. Las personas que estaban allí dijeron que el único sonido era la asfixia en su garganta durante sus constantes vómitos mientras él estaba inconsciente. Luego vino el sonido de las sábanas partiéndose por la mitad, que es el sonido de sus intestinos abriéndose y sacando sangre por el ano. La sangre se mezcló con el revestimiento intestinal. Su estómago estaba desgarrado. Las paredes de sus intestinos se desprendieron y fueron expulsadas de su cuerpo junto con grandes cantidades de sangre. Este proceso de muerte que le sucede a nueve de cada diez personas que entran en contacto con la enfermedad mortal. Se enviaron muestras de su sangre a todos los principales laboratorios de enfermedades del mundo. La enfermedad era una cepa de Marburg.

En Sudán, los mismos tipos de muertes estaban acabando con tribus enteras. Entonces Gene Johnson voló hasta allí y trabajó con miembros enfermos de las tribus para tratar de encontrar una cura. Esta cepa de Marburg se llamaba Ébola de Sudán por donde fue encontrada. Más tarde, en Zaire, había un puesto de misioneros que administraban vacunas y penicilina a las tribus locales. Una de las monjas “Mayinga” se enfermó con una enfermedad similar. Ella murió y su sangre fue enviada a laboratorios de enfermedades de todo el mundo. La cepa se llamaba Ébola Zaire desde que se descubrió en Zaire.

En Reston Maryland había una casa de monos que enviaría monos por todo Estados Unido a laboratorios para experimentos médicos. De repente, todos los monos comenzaron a morir en una habitación. Tom Jahrling del Fort Detrick bajó y echó un vistazo a los monos y tomó algunas muestras. Se retiró él y Tom Geisbert lo miraron y pensaron que era solo un pequeño virus de mono y trataron de olerlo, pero solo para decir que pasaba algo. Ellos no podían decir qué era, así que lo miraron bajo un microscopio electrónico y se parecía mucho a Marburg. Tenían miedo porque habían olido el contenedor del Marburg. No le dijeron a nadie que habían estado expuestos. Se ocultaban de los reporteros de periódicos famosos.

Los militares y el C.D.C. (Centro para el Control de Enfermedades) selló todo el edificio y Nancy Jaax y Jerry Jaax  del  (USAMRIID) dirigieron escuadrones de personas dentro del edificio con trajes espaciales. Dos personas que trabajaban dentro del edificio fueron cortadas y sus trajes espaciales fueron rotos, lo que significa que estuvieron expuestos al virus. Descubrieron que el virus con el que estaban trabajando era un pariente cercano al Ébola Zaire. Mataron a todos los monos en el edificio y  encapsularon los cadáveres porque estaban prediciendo que si el virus se liberaba, totalizaría la población humana. Sería como otra peste negra, pero la peste negra solo mató al 50% de los infectados, mientras que esto mató al 90%. Pusieron un químico especial en el edificio y lo dejaron reposar cuatro o tres días. Después de los días del árbol, nada estaba vivo en todo el edificio, ni siquiera un pequeño virus microscópico podría vivir. Pero cuatro personas habían estado expuestas al virus y, sorprendentemente, todos vivieron y luego se dieron cuenta de que el virus debía haber mutado para que no dañara a los humanos, pero si volvía a mutar y podría afectar a los humanos, sería devastador. Este nuevo virus se llamaba Ébola Reston.

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