APORTACIONES CIENTÍFICO - FILOSÓFICAS DEL PENSAMIENTO DE AUGUSTO COMTE CON SU LEY DE LOS TRES ESTADÍOS EN SU OBRA CURSO DE FILOSOFÍA POSITIVA
Abraham TrejoEnsayo15 de Mayo de 2017
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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIOS SUPERIORES ACATLÁN
TREJO HERNÁNDEZ ABRAHAM EMMANUEL 06/JUNIO/2016
FILOSOFÍA MODERNA III GRUPO: 2651 RAMOS ARGOTT ARTURO
APORTACIONES CIENTÍFICO - FILOSÓFICAS DEL PENSAMIENTO DE AUGUSTO COMTE CON SU LEY DE LOS TRES ESTADÍOS EN SU OBRA CURSO DE FILOSOFÍA POSITIVA.
A lo largo de la historia, se ha considerado a Augusto Comte como el máximo exponente y representante del postivismo. La importancia de las ciencias para Comte es indispensable para estructurar gran parte de sus ideales con respecto a la creación de leyes y sistemas que en algún tiempo fueron predominantes histórica, filosófica, social y científicamente. Cabe mencionar, que para tener una óptima comprensión sobre lo que se quiere abarcar con este trabajo, es fundamental situarnos en su contexto histórico, es decir, en su época.
Por ello, con este breve ensayo, tengo la intención de profundizar en los puntos más destacables de su pensamiento y las aportaciones que éste ha brindado vistas desde las prespectiva científica y filosófica. Históricamente, es evidente el legado de su doctrina. Para lograr tal objetivo, me baso en una de sus principales obras: La Filosofía Positiva[1] o también conocida como Curso de Filosofía Positiva, de la cuál, hechámos un vistazo en el recién concluido curso de Filosofía Moderna III.
Considero necesario hacer un pequeño recuento de lo leído en tal curso, comenzando con su Plan de los trabajos científicos necesarios para reorganizar la sociedad y posteriormente seguir con algunas partes importantes que proceden dentro de la misma obra.
Partícularmente, algo que me ha llamado mucho la atención y lo valúo con gran importancia, es su ley de los tres estadíos del conocimeinto, que es en lo que más me centraré en esta investigación.
Entrando ahora de lleno, con lo que atañe a mi objetivo, en este principal apartado[2], básicamente, Comte hace un llamado para reformar la vida social. Donde también hará una crítica al respecto. Dice Comte, que la formación de un plan cualquiera de organización social, debe componerse necesariamente de dos series de trabajos:
- una teórica o espiritual, la cual tendrá como objetivo, el desarrollo de la idea principal del plan, es decir, del principio nuevo según el cual deben estar coordinadas las relaciones sociales, y la formación del sistema de ideas generales determinado a servir como guía a la sociedad, y
- práctica o temporal, la cual determinará la manera de repartirse el poder y el conjunto de las instituciones administrativas más en relación con el espíritu del sistema, tal y como han sido fijados por los trabajos teóricos.
Es evidente la distinción constante que hace Comte entre el quehacer teórico y el práctico. Menciona el punto se separación de estos dos trabajos, a medida que se desarrolla la inteligencia colectiva e individual de la especie humana, esta separación, se pronuncia y se generaliza cada vez más, y se convierte en fuentes de nuevos progresos.
Desde una visión filosófica, puede medirse el grado de civilización de un pueblo, por el grado en que se encuentra desarrollada la división de la teoría y la práctica, combinado con el grado de armonía que exista entre ellas, pues según Augusto, el gran medio de la civilización es la separación de los trabajos y la combinación de esfuerzos.
Posteriormente, hace un breve análisis sobre la utilidad de la historia y sus experiencias, para Comte es apreciable que la sociedad está desorganizada, nuevamente, tanto en el aspecto espiritual, como en el temporal.
Es absurdo, para el autor, el pretender verificar la organización concibiéndola como un asunto puramente práctico y sin que se ejecute previamente ninguno de los trabajos teóricos necesarios. Más adelante también hace hincapié en la crítica sobre la organización europea.
En el sistema propuesto por Comte, el poder deberá estar en manos de los sabios y el poder temporal corresponderá a los directores de los trabajos industriales. Según entiendo, cuando Comte se dirige a los sabios, se refiere a los científicos.
La necesidad de encargar a los sabios los trabajos teóricos indispensables para la reorganización de la sociedad, se encuentra fundamentada sobre cuatro consideraciones:
- Los sabios, debido a su capacidad cultural e intelectual, son los únicos competentes para ejecutar estos trabajos.
- Ésta función les está destinada por la naturaleza de las cosas, en relación al poder espiritual del sistema a organizar.
- Poseen la autoridad moral necesaria (para su época) para determinar la adopción de la doctrina orgánica.
- De todas las fuerzas sociales existentes, la de los sabios, según Augusto, es la única europea.
Dice también, que por naturaleza misma del espíritu humano, cada rama de nuestros conocimientos está obligada a pasar por tres estados teóricos distintos: el estado teológico o ficticio, el estado metafísico o abstracto, y el estado científico o positivo.
Es precisamente aquí cuando observamos el punto central de esta pequeña investigación, y de los cuáles definiré a continuación, según la obra, pero más adelante, se profundizará en cada uno de estos tres estados o estadios, con el objetivo de analizarlos más exhaustivamente.
En el primero de dicho estados, los hechos observados son explicados, es decir, vistos a priori, según hechos inventados.
El segundo tiene por objetivo, el servir de medio de transición del primero al tercero, estas ideas son abstracciones personificadas en las que el espíritu puede ver a su voluntad o el nombre místico de una causa sobrenatural, o la enunciación abstracta de una simple serie de fenómenos, según esté más cerca del estado teológico o del estado científico.
Y por último el tercer estado, no es mas que el modo definitivo de una ciencia cualquiera.
Enfatiza también, que la doctrina científica de la política considera el estado social, en el cual la especie humana ha sido siempre hallada por los observadores como la consecuencia necesaria de su organización.
Ya concluyendo dicho apartado, reafirma la intención que tiene el programa que propone, este programa se compone de tres series de trabajos:
- La primera tiene por objetivo la formación del sistema de observaciones históricas sobre la marcha general del espíritu humano, confinado a ser la base positiva de la política, de tal modo que le haga perder completamente el carácter teológico y metafísico, y le plasme el carácter científico.
- La segunda tenderá a fundar el sistema completo de educación positiva, el cual es conveniente para la sociedad regenerada, constituyéndose para actuar sobre la naturaleza.
- La tercera consistirá en la exposición general de la acción colectiva que, en el estado presente de todos sus conocimientos, pueden ejercer los hombres civilizados sobre la naturaleza para reformarla a su favor.
Con base a lo anteriomente plasmado, puede decirse, con seguridad, que la doctrina de Augusto tiene su matríz en esta la ley de los tres estadios del pensamiento, y dicha ley pudo haberse visto como un habilitador del progreso social, cultural y científico que posibilitaba también la evolución del pensamiento humano como individuo.
En ella se adminitra su crítica a la religión y a la metafísica, y pero lo más importante es notable la declaración de su positivismo. Como consecuencia de esta ley propone un nuevo sistema de las ciencias en ésta misma obra.
Según entiendo, para Comte, tanto el hombre visto como individuo,como la historia humana han de alcanzar un grado de perfección <
De acuerdo con lo anterior, ahora proseguiré a analizar más minuciosamente cada uno de los estadios y haré hincapié en las primera menciones de los mismos en el apartado La ley de los tres estados, basándome también en un artículo escrito por María Ángeles Vitoria, que es de gran utilidad para la comprensión de este tópico.
Dice Comte:
«Esta ley consiste en que cada una de nuestras concepciones principales, cada rama de nuestros conocimientos, pasa sucesivamente por tres estados teóricos diferentes: el estado teológico o ficticio; el estado metafísico o abstracto; el estado científico o positivo (…) De ahí resultan tres clases de filosofía o de sistemas generales de concepciones sobre el conjunto de los fenómenos, que se excluyen mutuamente: la primera es el punto de partida necesario de la inteligencia humana; la tercera, su estado fijo y definitivo; la segunda sólo está destinada a servir de transición»[3]
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