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Descartes, Hume y Kant Del racionalismo y el empirismo a su síntesis en el constructivismo

Tomás ChaveroDocumentos de Investigación2 de Julio de 2016

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Descartes, Hume y Kant

Del racionalismo y el empirismo a su síntesis en el constructivismo

 Las ideas de Descartes guardan gran relación con la época en la que le tocó vivir: se sitúa en el renacimiento, consecuencia de la crisis del siglo XIV que significó el fin del feudalismo y el comienzo del mundo burgués. Surge una crisis social por epidemias de peste. La gente se refugia en los burgos: la población se concentra en ellos, se reduce la mano de obra para la agricultura y el antes señor feudal se ve obligado a comprar la mano de obra. La nobleza se devalúa, y el hombre comienza a pensar entonces que la condición social es un producto que hay que ganar. Hacia el siglo XV surge una revolución tecnológica, de la mano de inventos tales como la brújula, el telescopio, la pólvora y la imprenta, y con ellos florecen las nuevas industrias, al tiempo que de forman nuevos mercados en África y con el descubrimiento de América. Todos estos cambios desatan consecuencias económicas, políticas e ideológicas, pero lo que más nos interesa para tema a tratar es el cambio de la actitud del hombre frente al mundoAparece el naturalismo, que valora la naturaleza y la vida sensible. Se dinamiza el trabajo para poder luego gozar de la naturaleza. Se piensa en la muerte como un proceso que iguala a todos los hombres, y antes de ese final debemos gozar lo máximo posible de la vida. La fama será la forma de sobrevivir tras la muerte en el renacimiento. La cultura se descristianiza, la suerte guía al hombre y el azar vuelve a ocupar un lugar importante.

La persona se valoriza: la vida no es seguir un modelo, como el del cristianismo, sino afirmar la propia personalidad. En síntesis, el núcleo ideológico del renacimiento es el humanismo, que se centra en el hombre y tiene en él su finalidad (es antropocéntrico y antropotélico). Entra en juego la consideración del hombre como un ser capaz de hacer el bien por si mismo, y que es autónomo, elige libremente su destino

 Es en este contexto que surge la figura de Descartes: se había planteado una ruptura con la filosofía medieval, pero no había surgido aún una nueva forma de entender la verdad. Había surgido una tendencia al escepticismo, que él trata de romper.

La religiosidad del período anterior estaba ya sumida en una gran crisis, y la garantía de las certezas para este pensador no provenía del pensamiento divino, sino que derivaba de la mente humana.

Los cambios en la sociedad implicaban la necesidad de elaborar un conocimiento acorde a los nuevos tiempos.  Descartes piensa que los silogismos de Aristóteles, utilizados hasta la época, no permitían avanzar y crear. 

 Su filosofía hace mucho hincapié en la relación entre la mente humana (CC), la razón y el entendimiento, con la naturaleza vista como un mecanismo (ya no como un organismo, como antes se concebía). Un mecanismo posee componentes materialmente homogéneos entre sí, con interacción de fuerzas externas a ellas. El método más adecuado para estudiar la naturaleza será entonces el matemático, a través de la geometría analítica que él crea. Pero antes de conocer la naturaleza, debemos conocer nuestra propia razón, para saber cuán fiable serán nuestros conocimientos. Este estudio sobre la razón lo realiza a través de sus meditaciones, planteando la duda sobre todo conocimiento, aquellos sensibles, aquellos racionales, y llegando a la salida del escepticismo a través de la primera certeza indudable: el cógito: aquello que busca comprender el orden racional del mundo. El pensar determina al ser. Puedo dudar de todo, pero nunca de que pienso: es la condición de existencia. Estamos compuestos de res cogitant y res extensa, siendo la primera pura libertad de pensamiento, sólo condicionada por el contenido de las ideas innatas que nos provee un Dios racional, y la segunda pura pasividad ante las leyes de la física, ligada al espacio, el mundo de los cuerpos. Las impresiones sensoriales, no pertenecen al yo, porque lo que constituye al hombre es el alma, y por consiguiente no nos llevan a verdades. Por ello hablamos de Descartes como racionalista: Todo el conocimiento verdadero proviene de la razón, y Dios, causa innata en nosotros, es el fundamento metafísico del orden racional del mundo, y la razón de ser que nos permite el conocer. A través de estas conclusiones, elabora un método para producir verdades.

 IDEAS: Innatas, facticias, adventicias.

CONTENIDO DE LAS IDEAS: formal, objetivo

SUSTANCIA: Pensante finita, material, sustancia pensante infinita

 Enjuiciar es para Descartes, simplemente unir ideas sujeto con ideas predicado.

  HUME critica a los racionalistas, como Descartes, bajo el supuesto de que la razón no tiene por sí misma fundamento y que funciona a partir del supuesto. Por lo tanto, sólo consideran válidos los conocimientos adquiridos por la experiencia. Lo sensible es el límite de todo lo que podemos conocer. Entiende por Idea todo aquello que es objeto de conocimiento. Admite un subjetivismo del conocimiento y sostiene que no conocemos realmente la realidad, sólo las ideas sobre ésta. Afirma que nuestro conocimiento se basa en impresiones, adquiridas mediante los sentidos, e ideas, copias o representaciones de las impresiones. Por lo tanto, una idea será “verdadera” cuando pueda vincularla con las impresiones correspondientes, que de todos modos serán más intensas e inmediatas.

Entonces no tenemos certezas sobre ideas futuras, porque no contamos aún con las impresiones correspondientes. Podemos hacer predicciones, basadas en la causa-efecto fundamentada por una sucesión de impresiones anteriormente repetidas, pero no es comprobable que vuelvan a resultar de la misma manera.

Al no tener impresión, del YO, DIOS, o EL MUNDO, no podemos tener certeza de que existan.

No podemos percibir la esencia de un objeto, su sustancia. Un objeto no es la suma de sus cualidades sensibles, y sin embargo imaginamos que hay una estructura, igual para todos los objetos de la misma clase, que les da unidad y es la causa de sus cualidades sensibles.

Hume no acepta las nociones de idea y casualidad, por lo que concibe como indemostrable la existencia de la sustancia.

 

Hace una distinción entre dos modos de conocimiento:

  • Relaciones entre hechos: se expresan mediante juicios sintéticos: lo que se predica del sujeto no está contenido en él.
  • Relaciones entre ideas: Se expresan mediante juicios analíticos: lo que se predica del sujeto está contenido en el concepto mismo.

 

Todas las ciencias formales (lógica, matemática) están formadas de juicios analíticos. Siendo que rechaza las sustancias y el principio de casualidad (asignar a todo efecto una causa), sólo podemos captar la continuidad de las impresiones a través de la memoria, y conocer fenómenos que no mantienen entre sí una conexión real. La ciencia de la casualidad es negada, y reducimos nuestro conocimiento de la realidad a meras impresiones aisladas (fenomenismo).

 

INMANUEL KANT comienza a dudar del valor de la razón al leer a Hume, se preocupa por los límites de ésta. Procede a un estudio de cómo es posible la construcción de la ciencia, reflexionando sobre el problema de las relaciones de la razón con la realidad. Su teoría constituye una síntesis entre el racionalismo y el empirismo.

Fue el máximo representante de la Ilustración, movimiento cultural europeo que se desarrolló –especialmente en Francia e Inglaterra– desde principios del siglo XVIII hasta el inicio de la Revolución francesa. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces.

Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época.

Una de las preguntas que se hace kant es “¿qué puedo conocer?”

Distinguió 2 grandes facultades dentro del conocimiento humano.

  • La sensibilidad: es pasiva, y se limita simplemente a recibir impresiones sensibles (como las “Impresiones” de Hume). Para Kant, todo  conocimiento proviene de la experiencia, pero no necesariamente proviene de ella. Hay dos tipos de condiciones que hacen posible la relación entre el sujeto y el objeto de conocimiento:
  • Condiciones empíricas: aquellas que hacen posible la sensibilidad, y que poseen un carácter concreto, práctico e individual
  • condiciones universales, siendo éstas el espacio y el tiempo

Dice que ambas son fomas a priori de la sensibilidad, e intuiciones puras. Formas en tanto que no son el producto ni el contenido de impresiones concretas, sino que son la manera en que nosotros percibimos.  A priori, en tanto que son independientes de la experiencia y necesarias para ordenar los hechos y posibilitar la experiencia; e intuiciones puras en tanto que distintas a las impresiones y las ideas o conceptos. No son impresiones ya que toda impresión es a posteriori (mientras que las intuiciones son a priori), ni conceptos porque carecen de contenido, son en cierta forma indefinidas y sin características (ya que no todos los individuos tienen la misma noción de espacio y tiempo)

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