Racionalismo Y Empirismo. Descartes Y Hume.
kikaa0822 de Enero de 2014
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En el sentido más amplio un filósofo racionalista es aquel confía en el uso de la razón y no recurre a intuiciones místicas ni a sentimientos. Lo que sucede es que este amplio sentido del término es enteramente insuficiente para distinguir, por ejemplo, los grandes sistemas racionalistas del siglo XVII y otros sistemas presentes tanto en la filosofía antigua y medieval. Es evidente que filósofos como Platón, Aristóteles, y, el mismo Tomás de Aquino, confiaban en el uso de la razón y filósofos modernos como Locke o Hume (filósofos no racionalistas) mantenían su confianza en el uso de la razón y rechazaban la utilización de la mística en la reflexión filosófica.
Otro uso común del concepto racionalista es el que se aplica a aquel pensador que niega lo sobrenatural y la idea de revelación divina. Lo que sucede es que, en esta acepción, el término racionalista no convendría, por ejemplo, a Descartes ya que no hay razón alguna para negar legitimamente, ni siquiera para dudar de su sinceridad, cuando elabora sus pruebas para demostrar la existencia de Dios.
Todas estas reflexiones nos obligan a utilizar el término racionalismo, aplicado a los siglos XVII-XVIII, con otro significado al señalado hasta ahora. Para aclarar tal significado es necesario tener presente las ideas siguientes:
1. A los filósofos racionalistas del siglo XVII les interesa, ante todo, analizar el problema del origen del conocimiento. En este contexto, filósofos como Descartes aceptaran, en el sujeto, la existencia de ideas innatas a priori. Pensaban que ciertas verdades eran naturalmente innatas al ser humano, en el sentido de que la experiencia no proporciona más que la ocasión para que la mente, por su propia luz, perciba la verdad.
2. Existe, sin embargo, una diferencia importante que separa a los racionalistas modernos de los filósofos de época anteriores. No se puede olvidar que lo que caracteriza la filosofia de Descartes es la intención de deducir, a partir de principios evidentes, un sistema de verdades que nos proporcionen información acerca de la realidad y del mundo. El ideal del racionalismo moderno (y en esto se diferencia con filósofías de otras épocas) es lograr un sistema deductivo de verdades, análogo a un sistema de rigurosidad matemática, que sea capaz de aumentar nuestra informacion factual. En este sentido, el racionalismo moderno, grandemente influido por el modelo de deducción de la matemática, intentará que la filosofía alcance tambien una objetividad y certeza parecidas a las que se encuentran presentes en las ciencias de la matemática y de la geometría.
RENE DESCARTES
1.- EL OBJETIVO DE DESCARTES
El logro de la verdad filosófica mediante el uso de la razón:
Descartes intentaba desarrollar un sistema de proposiciones verdaderas en el que no se diese por supuesto nada que no fuera evidente. Todo el edificio debía reposar sobre un fundamento seguro, de forma que el sistema fuera impermeable a los ataques corrosivos del escepticismo.
Su concepción de la filosofía: <<Filosofía significa el estudio de la sabiduría, y por sabiduría entiendo no solamente la prudencia en la acción, sino también un conocimiento perfecto de todas las cosas que el hombre puede conocer, tanto para orientar su vida y conservar su salud como para la invención de todas las artes>>.
Filosofía incluía en Descartes no sólo la metafísica, sino también la física o filosofía natural, de la que se derivan la medicina, la mecánica y la moral. Reconoce un gran valor práctico a la filosofía. Cree que debe <<abrir a cada uno el camino por el que pueda encontrar en sí mismo, y sin tomarlo de otro, todo el conocimiento que le es esencial para la dirección de su vida>>. Pero nunca elaboró una ciencia moral sistemática, de acuerdo con su propio plan. Es indudable que, al menos en cierto sentido, rompió deliberadamente con el pasado.
1) Decidió comenzar desde el principio, sin confiar en la autoridad de ningún filósofo anterior (el exceso de confianza en Aristóteles hasta ese momento había provocado muchos retrasos en filosofía y en la ciencia en general, sobre todo en astronomía y en física). Prefería confiar en su propia razón que en la autoridad.
2) Había resuelto evitar aquella confusión de lo claro y lo evidente con lo que es solamente una conjetura más o menos probable, de lo que acusaba a los escolásticos. Sólo admitiría el conocimiento cierto.
3) Pretendía alcanzar ideas claras y distintas, para trabajar sólo con aquellas y rechazar las que no tenían un sentido claro (por ejemplo, los escolásticos no decían nada claro al distinguir sustancia de extensión o cantidad de sustancia incorpórea).
Descartes concedió poco valor al saber histórico o libresco en general. Romper con el pasado no significaba rechazar todo cuanto otros filósofos habían tenido por verdadero. No pretendió ser nunca el primer hombre que descubriese proposiciones filosóficas verdaderas. Sólo quería encontrar y aplicar el método adecuado para la búsqueda de la verdad, un método que le capacitaría para demostrar verdades en un orden racional y sistemático, independientemente de que antes hubieran sido conocidas o no. Así podría construir una filosofía cierta y bien ordenada, con la que oponerse al escepticismo, más que al escolasticismo.
Su ideal: un sistema orgánicamente conectado de verdades científicamente bien establecidas, ordenadas de tal modo que la mente pase de verdades fundamentales evidentes por sí mismas a otras verdades evidentes implicadas por las primeras. Se trataba de hacer que las verdades se ajusten a un esquema racional, del mismo modo que lo hacían las matemáticas.
2.- RAZÓN Y MÉTODO
El modelo matemático de Descartes:
La reacción cartesiana contra el escepticismo sumada a su interés por la ciencia va a significar en Descartes el afianzamiento en el rechazo del error y en la búsqueda de la verdad. Tanto en la primera meditación como en la primera parte del Discurso del Método, Descartes insiste reiteradamente en la necesidad de rechazar el error, lo que va asociado inevitablemente a la búsqueda de la verdad. Reacio a aceptar los argumentos de los escépticos que afirman la imposibilidad de que haya algún conocimiento verdadero. Descartes se dispone a investigar con el fin de determinar algo con certeza: incluso si ese algo es que no puede haber conocimiento verdadero alguno.
Ya en su juventud, cuando abandona el colegio de la Flèche, se muestra descontento con lo aprendido, excepto con las matemáticas. Frente a todas las demás enseñanzas recibidas, Descartes sólo encuentra verdad en los conocimientos matemáticos. ¿Qué es lo que hace que los matemáticos sean capaces de demostrar la validez de sus proposiciones, que consigan un conocimiento cierto, mientras que los metafísicos se pierden en vanas disquisiciones y disputas escolares? La razón se ha equivocado en numerosas ocasiones hasta el punto de que Descartes considera necesario reconstruir el edificio del saber sobre bases firmes y seguras, si es que esto es posible. Descartes considera que lo que hace verdaderos los conocimientos matemáticos es el método empleado para conseguirlos.
A la idea de que es necesario un método para alcanzar el conocimiento, Descartes añade la precisión de que ese método tiene que elaborarse de acuerdo con el que utilizan los matemáticos en sus investigaciones. Y ello, porque lo que hace verdaderos los conocimientos matemáticos es el método utilizado. No es que las matemáticas sean un tipo de saber distinto del resto de los saberes. Si la razón es única, el saber es único, y debe haber un único método para alcanzar la sabiduría.
3.- EL MÉTODO CARTESIANO
¿En qué obra se encuentra el método que nos propone Descartes? El método lo encontramos en el "Discurso del Método", y en las "Reglas para la Dirección del Espíritu".
¿Qué es el método? Por método entiendo, dice Descartes, "una serie de reglas ciertas y fáciles, tales que todo aquel que las observe exactamente no tome nunca a algo por verdadero, y, sin gasto alguno de esfuerzo mental, sino por incrementar su conocimiento paso a paso, llegue a una verdadera comprensión de todas aquellas cosas que no sobrepasen su capacidad".
¿Sobre qué se construye, o a qué se aplica el método? Deberá aplicarse, lógicamente, al modo de funcionar de la razón. ¿Pero cuál es el modo de conocer de la razón? Descartes nos propone aquí la intuición y la deducción como los dos únicos modos de conocimiento y, por lo tanto, como aquellos elementos sobre los que se debe construir el método, ofreciéndonos su definición en la Regla III: "Entiendo por intuición no la creencia en el variable testimonio de los sentidos o en los juicios engañosos de la imaginación -mala reguladora-, sino un concepto de la mente pura y atenta, tan fácil y distinto que no queda duda ninguna sobre lo que pensamos; es decir, un concepto no dudoso de la mente pura y atenta que nace de la sola luz de la razón, y es más cierto que la deducción misma".
La intuición es pues el elemento básico del conocimiento; unas líneas más adelante nos dice que no puede ser mal hecha por el hombre. Efectivamente se reclama como característica de la intuición la sencillez que va asociada en Descartes a la claridad y distinción de lo conocido. La intuición
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