La ética y las relaciones interprofesionales de los médicos
palolokitusInforme26 de Octubre de 2018
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Índice
Índice 1
La ética y las relaciones interprofesionales de los médicos 2
La colegiación medica como comunidad profesional 2
Tradición y vigencia de la solidaridad medica 2
Los principios éticos inspiradores de las relaciones profesionales entre médicos 2
La asistencia profesional entre colegas 4
Critica de las actuaciones profesiones del colega 6
Las relaciones más relevantes entre colegas 7
El desacuerdo profesional entre colegas 12
La denuncia del colega por razones profesionales 12
La relación profesional entre médico y paciente 14
Consideraciones éticas 14
Aspectos de una interacción ética 14
Modelos de interacción 14
Hacia un modelo integrador 16
Anexo 18
La ética y las relaciones interprofesionales de los médicos
La colegiación medica como comunidad profesional
La colegiación medica origina una comunidad profesional organizada y necesaria en la que opera un sentimiento de solidaridad entre sus miembros por estar estos unidos por intereses comunes inherente al ejercicio de la misma profesión.
Están ligados por una relación orgánica y jerárquica, democráticamente establecido, con el colegio profesional , que ejerce el poder de vigencia control y disciplina al efecto de salvaguardar el bien común del grupo, que consiste en la independencia, dignidad, prestigio, honor y solidaridad de la profesión de médico.
Tradición y vigencia de la solidaridad medica
La solidaridad médica es un valor ético de honda y larga tradición que viene del juramento hipocrático.
Los principios éticos inspiradores de las relaciones profesionales entre médicos
La confraternidad o el compañerismo entre médicos es un deber moral y una necesidad práctica. Los médicos han de relacionarse y trabajar en equipo para atender mejor a sus enfermos. La enemistad entre médicos es causa inevitable de perjuicio a los pacientes.
La confraternidad profesional es universal. Las relaciones entre colegas deben estar marcadas por la concordia y predisposición a la mutua cooperación con el específico propósito de servir mejor a los pacientes.
Los principios éticos inspiradores de las relaciones profesionales entre médicos han de ser:
- La deferencia: con el compañero señala una disposición anímica a condescender, a mostrarse de acuerdo con el dictamen de otro. Por deferencia con su colega el médico no desautorizara ante el paciente la opinión de su compañero sino que tratara más bien de hacer la suya o de justificarla.
- El respeto: hacia el colega consiste algo más que en respeto social que obliga a reconocer a cada uno su valor como persona y a tratarle con corrección y cortesía. Se manifiesta en reconocerles su derecho a tener y mantener sus personales convicciones científicas y profesionales y en contribuir a crear un ambiente de tolerancia para la diversidad ideológica que permita la convivencia pacífica y fructífera.
- La lealtad: favorece el cumplimiento de los compromisos comunes y confiere fuerza vinculante a los deberes mutuos. La lealtad con el colega queda delimitada por el logro de los elevados límites de la profesión. Nunca podrá utilizarse como razón válida para encubrir la conducta incompetente de un compañero que conlleva daño para el paciente la sociedad o el compañero.
- La asistencia mutua: es la consecuencia de un afecto propenso a procurar el bien de quienes están unidos por una formación común, una común dignidad, tradiciones comunes e intereses comunes.
- La asistencia moral entre colegas: los médicos están obligados a una ayuda reciproca en asuntos de naturaleza moral. Las ocasiones en los que debe presentarse la ayuda moral al colega no faltan en la vida profesional ordinaria. Cuando un colega pide consejo a otro para resolver una situación deontológica difícil o tomar alguna decisión que afecta a su trabajo profesional. Cuando por inadvertencia o ignorancia comete errores repetidos y debe advertírsele fraterna pero convincentemente. Hay ocasiones en la que se debe ejercer con el compañero una discreta e insustituible labor de consejo y apoyo moral.
El deber moral de ayudar al compañero cobra particular vigor cuando este es víctima de una denuncia sin fundamentos o cuando se le somete a un trato laboral o psicológico discriminatorio. La ayuda debe tomar la forma de defensa del compañero injustamente denunciado. En esta defensa se incluye la comunicación al colegio profesional. Los médicos que gozan de reputación, están particularmente obligados, si así se les solicita, a actuar por medio de su influencia en la opinión pública o interviniendo como peritos, en defensa del colega injustamente acusado. La defensa del compañero ha de realizarse dentro de la más estricta justicia.
La asistencia profesional entre colegas
Constituye un deber de confraternidad en virtud del cual los médicos ayudan entres si, sustituyendo al compañero, cuando es necesario, en su actividad profesional o atendiéndole profesionalmente cuando este así lo requiere.
La sustitución profesional del colega
Los problemas éticos ligados a las sustituciones se presentan con diferentes características según el medio profesional en el que surgen.
Son muy distintos en un hospital bien dotado de personal médico que en el ejercicio rural, donde a veces, pueden existir dificultades objetivas, por exceso de trabajo o dificultades de comunicación, que hacen imposible que un médico pueda sustituir a un colega.
La sustitución del compañero se puede dar por una enfermedad o necesidad, lo cual es diferente de la situación de compañero por mutuo acuerdo.
- Sustitución del compañero por mutuo acuerdo
La deontología de la sustitución del compañero insiste que todos tienen los mismos derechos y las mismas obligaciones éticas. Ningún médico puede someter a otro a un trato discriminatorio en las prerrogativas profesionales u en la remuneración económica.
El médico sustituto debe estar capacitado, tener títulos legales y tener la competencia exigida para desempeñar el trabajo que se le encomienda. La atribución de los honorarios al médico sustituto y la prohibición de dividirlos con el medico sustituido, es la primera manifestación de que el trabajo del sustituto es igual de digno que el del médico sustituido.
Transcurrido el tiempo pactado, el sustituto cesara en su actividad y comunicara al compañero sustituido todas las observaciones. Se prohíbe al médico sustituto aprovechar la situación para atraerse la clientela del otro médico ya que esto es un acto de grave reproche ético.
- La sustitución del compañero por necesidad o enfermedad
Esto se justifica éticamente, como recurso necesario para servir los legítimos intereses de los pacientes. Es esta la razón primordial que determina la buena disposición del médico para sustituir al colega enfermo o ausente por causa razonable. Entre las causas se encuentra, además de la enfermedad, la necesidad para cumplir con ciertos deberes importantes o indiscutibles de carácter familiar, social, laboral o de formación profesional.
Los conflictos éticos de tipo general, se refieren por una parte, al abuso en el que incurre un médico que se hace sustituir por causas no justificadas. No es ético solicitar y obtener la sustitución temporal cuando no se dan impedimentos razonables y se invocan razones fingidas o inexistentes. Es injusto abusar de una posición jerárquica superior para obtener una sustitución que ahorra los trabajos más molestos o proporciona al sustituido ventajas de diversos tipos con el consiguiente perjuicio para el sustituto.
Una sustitución nunca puede provocar menos cabo de calidad de los servicios que se dan en los pacientes. No es ético negarse a sustituir al colega enfermo o que deba ausentarse por necesidad cuando dicha negativa nace de la pereza o de la mala voluntad.
La atención medica al colega
Ambas partes deben actuar con extremada delicadeza, pero también con toda naturalidad. La naturalidad consiste en aceptar que el médico enfermo o sus allegados enfermos tienen derecho a recibir, aunque no satisfagan los honorarios, una asistencia médica normal y ordinaria en todo, es decir, de la misma calidad y competencia que se presente a los demás enfermos.
El hecho de no pagar honorarios no puede suponer que se sienta incómodo el médico que solicita la atención del colega.
No es razonable el retraso en llamar al colega para solicitar de su ayuda por pensar que puede molestar, esto puede retrasar, peligrosamente, la debida atención. La responsabilidad sobre el enfermo le incumbe plenamente al médico de quien sea requerida la asistencia y no permitirá, por ningún concepto bajar la calidad de su prestación asistencial. Este debe evitar prejuicios al enfermo, se exigirá del médico solicitante la práctica de una consulta formal tanto si es éste el enfermo como si lo es alguno de los allegados. El ámbito de aplicación de la exención de honorarios está constituido por el colega y familiares allegados que dependen de él. Solo los honorarios del médico son objetos de exención.
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