La importancia de la Ética para construir paz y el compromiso de los ciudadanos en escenarios de posconflicto
Andrés DiazEnsayo25 de Noviembre de 2020
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LA LUCHA QUE NOS QUEDA:[pic 1]
La importancia de la Ética para construir paz y el compromiso de los ciudadanos en escenarios de posconflicto
Introduccion[pic 2]
Colombia es un pais lleno de victimas marcadas por las cicatrices del conflicto armado en donde un posconflicto, con perdon es inconcedible para algunos, la venganza mal llamada justicia es un comun denominador en un gran numero de colombianos, en el presente escrito por medio de tres ejes argumentativos pretendo exponer al lector el porque es necesario un marco etico en base del perdon para que colombia deje atrás un capitulo de violencia que aun no se cierra.
Como primer paso se define que es la etica para la paz, asi mismo un fundamento argumentativo para la construccion de la paz y convivencia en un escenario de posconflicto, en el segundo eje argumentativo se exploran los factores de violencia y su influencia dentro del conflicto armado, de igual manera el porqué la disminucion de estos factores ayudara a la sociedad a avanzar en materia de paz; como punto final se explora el papel de los ciudadanos y el compromiso Etico que deben asumir para hacer de la Paz un hecho en un pais de conflicto constante.
¿Existe La Ética para la paz?[pic 3]
Sergio de Subiria Profesor de Filosofia de la universidad de los andes en su conferencia “Etica del posconflicto”, define está etica como: “la transformacion del conflicto en virtudes, que nos conduscan a la paz,por medio de la tramitacion del conflicto sin acudir a la eliminacion, agresion o abolicion del contradictorio” (DeSubiria, 2016). Es decir que esta etica del posconflicto se basa en la eliminacion de todo tipo de violencia como eje sistematico de la construccion de paz.
Conciderando que no solo la violencia armada debe ser sustituida como medio de conciliacion, del mismo modo todo tipo de violencia deben eliminarse (la violencia politica, la violencia racial, la violencia ideologica y la violencia psicologica), ya que un pais en paz, conyeva la reconciliacion de todos sus habitantes, en temas como creencias religiosas, politica e ideologias. La etica del posconflicto se debe fundamentar en la libertad de pensamiento, y en el pacto de no reprecion a las minorias, asi mismo otro eje fundamental debe ser la inclucion de todas las partes del conflicto, grupos armados, victimas, grupos politicos etc.
Sin embargo para la conciliacion de los integrantes del conflicto, debe haber un concenso unico de justicia transicional; Este tipo de justicia es la clave para encontrar una paz estable en cualquier territorio victima de grupos armados.
Como lo define el centro internacional para la justicia, la justicia transicional es:
“La justicia transicional es una respuesta a las violaciones sistemáticas o generalizadas a los derechos humanos. Su objetivo es reconocer a las víctimas y promover iniciativas de paz, reconciliación y democracia. La justicia transicional no es una forma especial de justicia, sino una justicia adaptada a sociedades que se transforman a sí mismas después de un período de violación generalizada de los derechos humanos.
En algunos casos, estas transformaciones suceden de un momento a otro; en otros, pueden tener lugar después de muchas décadas.” (ictj, 2011)
Ahora bien, está justicia por si sola no garantiza una paz estable y duradera, ya que la poblacion vulnerada durante el conflicto desarrolla sentimientos hacia el proceso de paz que el posconflicto propone, el sociologo Michel Wieviorka brinda dos aportes claves del concepto anterior.
Wierviorka dice que la melancolía y el olvido son dos puntos contradictorios, el primero funciona como un ancla que estanca el proceso, y el segundo es la clave fundamental para la integración de todas las partes. En palabras del autor “la melancolía es la incapacidad de hablar de otra cosa fuera del pasado y de los sufrimientos que lo caracterizan, el olvido es entierro en el fondo de las memorias de la violencia para hablar únicamente del presente y del futuro.” (Wieviorka).
Llegado a este punto aun no es claro que significa el término ética para la paz, sin embargo, sintetizaré todas las ideas presentadas y conformare un concepto clave, tomando como base la ética Kantiana, la cual está basada en la postura, qué la única cosa intrínsecamente buena es una buena voluntad; por lo tanto, una acción solo puede ser buena si su máxima “el principio subyacente” obedece a la ley moral.
Como primer paso para la construcción del concepto, tenemos que la eliminación de todo tipo de violencia es eje fundamental de la paz, así mismo que la aceptación de una justicia transicional es y debe ser el medio que brinde tranquilidad a las víctimas, y qué una herramienta para esta paz debe ser el entierro de los rencores y el perdón incondicional de las actuaciones de todas las partes.
En resumen, La ética para la paz se fundamenta en el compromiso de perdón y no venganza, integración de todos los actores en una sociedad sin resentimientos internos con respeto y tolerancia hacia las ideas de sus habitantes, en donde todas las actuaciones estén encaminadas a hacer el bien independientemente de hacia quien van dirigidas esas acciones, hacer el bien y actuar bien sin importar el pasado, cuando propongo el bien me refiero a las actuaciones que no interfieren en la felicidad ni en el bienestar de un tercero.
Factores generadores de violencia[pic 4]
Es importante señalar que el homicidio no es un único evento. Por el contrario, es un acto que toma diversas formas y depende del contexto, de la víctima, del homicida, y esto hace imposible generalizar en cuanto a su definición y, por tanto, en cuanto a su tratamiento desde una perspectiva de política pública. De igual manera, no hay una causa única y establecida que pueda explicar este comportamiento delictivo. Estos son elementos fundamentales, pues determinan la necesidad de abordar el fenómeno en el contexto específico en el que se presenta en términos de análisis y, en segundo lugar, determina la necesidad de estructurar políticas públicas integrales que traten de controlar y prevenir el fenómeno delictivo.
Algunos estudios concluyen que comunidades que han sido víctimas de la violencia, como consecuencia de conflictos civiles, tienen más probabilidades de continuar con este ciclo. Esto se demuestra al comparar las tasas de homicidio en países antes y después de su participación en los conflictos armados, de manera independiente al resultado del mismo, es decir, a si resultaron victoriosos o no, o a si sus economías mejoraron o decayeron. De igual manera, no existe un único elemento que pueda explicar y ser el responsable de la violencia en América Latina. Por el contrario, la violencia es el resultado de factores como la edad, el sexo, el nivel socioeconómico, el uso de sustancias sicoactivas, la inequidad de ingreso, la historia de guerras o conflictos armados, la debilidad del Estado, el impacto de los medios.
“En el caso colombiano no existe ningún consenso frente a las causas generadoras de violencia” (Montes, 2008). Algunos análisis comprueban la relación entre el incremento en la tasa de homicidios como consecuencia de la erosión de las normas sociales o en casos de prolongado conflicto armado interno, como en el caso colombiano41. Otros autores señalan que en Colombia no existe una relación positiva entre pobreza y crimen, o entre inequidad y delincuencia, al realizar un estudio de las zonas más violentas del país y comprobar que son precisamente las zonas más ricas del país42. Acorde con lo anterior, otros autores señalan que la violencia en Colombia no puede explicarse solamente como consecuencia de la pobreza, la fragmentación social y el tráfico de drogas. También parece estar relacionada con la falta de capital social y la "incapacidad de las personas para el desarrollo de organizaciones colectivas capaces de transferir las demandas sociales al campo político".
Es importante que el país, de alguna manera, trascienda los ciclos evidentes de incrementos y descensos en la tasa de homicidios. Experiencias como el caso de Bogotá muestran la necesidad de desarrollar políticas a largo plazo y con la suficiente flexibilidad para realizar ajustes. Asimismo, el descenso del homicidio a nivel nacional como consecuencia de la aplicación de la Política de Seguridad y Defensa Democrática es ilustrativo del éxito de políticas estructuradas a largo plazo. Finalmente, es importante subrayar la importancia de desarrollar políticas públicas integrales, para el control del crimen, que estén fundamentadas no solo en el aspecto punitivo, sino involucrando elementos preventivos y de disuasión, partiendo de la historia de cada sociedad. Después de todo como afirmó Winston Churchill "Los pueblos que no conocen su historia, están condenados a repetirla".
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