ANTHONY GIDDENS,”SOCIOLOGÍA”
israelmedina01Apuntes15 de Agosto de 2017
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UNIDAD I
ANTHONY GIDDENS,”SOCIOLOGÍA”
El ámbito de la sociología: un primer ejemplo
La sociología es el estudio de la vida social humana, de los grupos y sociedades. Esta disciplina tiene como objeto de análisis nuestro propio comportamiento como seres humanos. El ámbito de la sociología es extremadamente amplio y va desde el análisis de los encuentros efímeros entre individuos en la calle, hasta la investigación de los procesos sociales globales.
Giddens propone, como un primer ejemplo para comprender el ámbito sociológico, un análisis del fenómeno denominado “Amor”. Solemos pensar que enamorarse es una experiencia procedente de los sentimientos humanos, algo natural pero sin embargo se trata de algo inusual. No todas las personas experimentaron el amor y, a lo largo de la historia, el amor, no fue algo existente en todas las culturas. Aunque en la actualidad el amor y la sexualidad se encuentran íntimamente ligados, en otros tiempos el amor romántico se consideraba una debilidad e incluso, una enfermedad. El amor romántico no es más que una concepción resultante de diversas influencias sociales y culturales.
La sociología demuestra que es necesario utilizar un punto de vista más amplio para saber por qué somos como somos y por qué actuamos de la forma en que lo hacemos. Lo que consideramos natural, inevitable, bueno o verdadero puede no serlo, y las cosas dadas de la vida están influidas por fuerzas históricas y sociales.
El desarrollo de un punto de vista sociológico
Pensar sociológicamente requiere el uso de un enfoque más amplio que significa cultivar la imaginación sociológica. También requiere de la capacidad de liberarse de las circunstancias personales para poner las cosas en un contexto más amplio.
El estudio de la sociología
La imaginación sociológica nos permite darnos cuenta de que los acontecimientos que parecen preocupar solo al individuo, en realidad están relacionados con asuntos más generales, por ej.: El divorcio, el cual se trata de una situación personal pero puede convertirse en un asunto público si varias parejas se separaran en los primeros diez años de matrimonio. Otro ejemplo: el desempleo, el cual es una tragedia individual pero si miles de personas están en la misma situación, se convierte en un asunto público.
Las decisiones personales de un individuo reflejan su posición en el contexto social. El ambiente social del que procedemos influye en nuestras decisiones. Pero aunque estamos influidos por nuestro contexto social, nuestro comportamiento no está completamente condicionado por ellos. Tenemos nuestra propia individualidad y la creamos.
La sociología investiga la conexión que existe entre lo que la sociedad hace de nosotros y lo que hacemos de nosotros mismos. Nuestras actividades estructuran (dan forma) al mundo social que nos rodea y, al mismo tiempo, son estructuradas por el. La estructura social se refiere al hecho de que los contextos sociales de nuestra vida no solo están compuestos de acontecimientos y acciones, sino que, están estructurados o siguen una pauta.
ANTHONY GIDDENS - AMOR ROMANTICO Y OTRAS FORMAS DE AFECTIVIDAD
El amor apasionado o amour passion implica una conexión genérica entre el amor y la atracción sexual. El amor pasión, desde el punto de vista del orden social y del deber, es peligroso puesto que desarraiga al individuo de lo mundano.
A lo largo de la historia el amor pasión no resultó reconocido como necesario ni suficiente para contraer matrimonio, en la mayoría de las culturas era considerado un elemento subversivo.
Matrimonio, sexualidad y amor romántico
En la Europa premoderna las muestras afectivas, como besos y caricias, eran poco habituales en los matrimonios. La atracción sexual mutua quedaba en un segundo plano ya que los matrimonios se realizaban en relación a las circunstancias económicas.
El amor romántico comenzó a notarse a finales del S.XVIII e introdujo un elemento novelesco dentro de la vida individual. La novela se convirtió en una potencial influencia del surgimiento de este amor romántico.
En el amor romántico, los afectos y lazos, el elemento sublime del amor, tienden a predominar sobre el ardor sexual. El amor rompe con la sexualidad a la vez que, la incluye. La virtud cobra un nuevo sentido, ya no hace referencia solo a la inocencia, sino también a cualidades observadas como especiales en las otras personas.
Papeles de los sexos y el amor
Las novelas inundaron las librerías a inicios del S.XIX hasta nuestros días.
El amor romántico puede ser comprendido a partir de las influencias que afectaron a las mujeres a finales del S.XVIII. Una de esas influencias fue la creación del hogar, una segunda influencia tiene que ver con las relaciones entre padres e hijos y, por último, la tercera fue descrita como la “invención de la maternidad”.
El centro del hogar se trasladó de la autoridad patriarcal al afecto maternal. La imagen de la “madre y esposa” reforzó un modelo de “dos sexos” de actividades y sentimientos diversos.
Esencialmente, el amor romántico se trataba de un amor feminizado en el que el deber de amar era mutuo y debía ser cumplido por ambos esposos. Las ideas sobre el amor romántico estaban claramente amalgamadas con la subordinación de las mujeres al hogar y con su relativa separación del mundo exterior.
el amor romántico se hizo diferente del amour passion, aunque al mismo tiempo contuviese residuos del mismo. El amour passion no fue nunca una fuerza social genérica, en la forma en que el amor romántico lo fuera desde finales del siglo XVIII hasta tiempos relativamente recientes. El amor romántico crea un “historia compartida” que ayuda a separar la relación marital de otros aspectos de la organización familiar y a darle una primacía especial.
Desde su origen, el amor romántico presupone una comunicación psíquica, un encuentro de espíritus. En algún sentido, el individuo imperfecto de completa. Se produce una búsqueda en la que la identidad del yo espera su validación del descubrimiento del otro.
MARI LUZ ESTEBAN - CRITICA DEL PENSAMIENTO AMOROSO
Vivimos en una sociedad donde el amor romántico o apasionado se ha convertido en la base predominante de la vida doméstica y social.
El amor ha adquirido en Occidente un gran valor simbólico y cultural, convirtiéndose en uno de los motores principales de la acción individual y colectiva. El amor influye en la organización general de la vida cotidiana.
El amor se presenta como algo desinteresado en un mundo conflictivo y lleno de desigualdades, el cual se encuentra gobernado por los intereses económicos de grupos minoritarios.
El amor como categoría cultural, de género, de clase, de etnia
El amor como un complejo modelo de pensamiento, emoción y acción, nos conduce a diferenciar dos niveles de la realidad, estos son: el amor como un potencial humano universal y la construcción cultural que en un contexto geográfico, histórico y social determinado se hace del amor o de las emociones.
El amor como capacidad universal sería una forma de interacción y vinculación que comporta la idealización y erotización del otro, y el deseo de intimidad y de durabilidad de la relación. Una interacción que involucra al cuerpo, ya que se compone de sensaciones, percepciones, expresiones, movimientos, gestos, actitudes, sentimientos, miradas, que articulan tiempos pasados y presentes, y hablan de futuro. Una vinculación amorosa adquiere configuraciones concretas y diversas según los contextos geográficos, históricos, culturales.
La erotización está potencialmente presente en cualquier vínculo afectivo, relaciones paterno-materno/filiales o de amistad incluidas.
Un concepto habitual cuando hablamos de amor es el de amor romántico o romanticismo. El romanticismo tiende a enfatizar el amor por delante de otras facetas humanas y subrayar el amor-pasion frente al resto.
La configuración romántica jerarquiza las distintas interacciones amorosas, el amor sexual o de pareja adquiere una importancia elevada en relación a otros tipos de amores (p.ej.: el materno/filial, de amistad) y entra en tensión con los mismos.
Lutz y Abu-Lughod, ofrecen una clasificación de las diferentes aproximaciones científicas a las emociones, diferenciando cuatro estrategias analíticas: esencialización, relativización, historización y contextualización. La esencialización lleva un estudio de las emociones entendidas como estados biopsicológicos, que deja en un plano absolutamente secundario el carácter social y lingüístico de las mismas. Las otras tres estrategias, por el contrario, se centran en la dimensión socio-cultural.
Las emociones son consideradas desordenes corporales, y las mujeres hacen alusión al control y a la gestión de las emociones. La emoción es construida como relativamente caótica, irracional y antisocial, su existencia reivindica autoridad y legitima la necesidad de control.
La autora denomina el Pensamiento Amoroso como una ideología cultural, una forma particular de entender y practicar el amor que surge en la modernidad y va transformándose y reforzándose continuamente. Esta ideología influye directamente en la producción de símbolos, representaciones, normas y leyes, y orienta la conformación de las identidades sociales y genéricas, los procesos de socialización y las acciones individuales, sociales e institucionales. En este modelo emocional hegemónico y concreto, hoy día, tiende a enfatizar el amor por delante, no solo de otras emociones, sino también de otras facetas humanas (p.ej. solidaridad, justicia, libertad) y que se convierte en una forma dominante de representar lo humano.
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