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ANTROPOLOGIA FILOSOFICA

Marylgarcy5 de Octubre de 2012

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INDÍCE.

Introducción……………………………………………………...…3

Antropología Filosófica.

1. El hombre como problema de la filosofía……………………………….4

1.1 La posibilidad y validez de la Antropología filosófica…………………..7

1.2 De la Cosmología a la Antropología…………………………………10

1.3 Panteísmo y Antropocentrismo: Baruch Spinoza y Kant……….……16

2. De los mitos a las imágenes.

2.1 Función del mito en la génesis de la concepción del hombre…………..…26

2.2 Recuperación y reinterpretación del mito: de Nietzsche y Freud………..31

3. El método dubitativo y sus consecuencias antropológicas.

3.1 El código cartesiano: de la concepción del hombre como sujeto racional…..36

3.2 El hombre y su relación con la divinidad……………………………....40

4. Lenguaje y Sujeto.

4.1 Un sujeto sin esencia: el existencialismo de Meraluponty y Sartre…….44

4.2 El hombre: ser, sujeto o persona……………………………….…...47

4.2.1 Heidegger y su rechazo a la antropología: Aristóteles y el

Zoon Polithikon………………………………………………....…50

4.2.2 Eduardo Nicol y el ser de la expresión……………………………..56

4.2.3 Platón y el Hombre como símbolo………………………………….59

5. Muerte del sujeto.

5.1 Los“Roles”de la persona como ausencia de unidad: Niklas Luhmann……63

5.2 Dios ha muerto y el hombre también: Gilles Deleuze…………………...65

Bibliografia………………………………………………….……...68

INTRODUCCIÓN.

La antropología filosófica (del griego άνθρωπος, ánthropos, "hombre", y λόγος, logos, "razonamiento" o "discurso") puede entenderse de varias maneras. Una sería el estudio filosófico del ser humano elaborado a lo largo de los siglos y actualmente objeto de atención de los filósofos. Otra manera de entender la expresión sería más restringida, y se aplicaría a un movimiento o escuela de pensamiento fundada en Alemania en los años 1920 y 1930, de filósofos, antropólogos y sociólogos; este movimiento tuvo una influencia decisiva en el panorama intelectual alemán del siglo XX. La antropología filosófica marca un punto de inflexión en la filosofía por medio de la crítica de la tradición idealista y del dualismo cartesiano, con una concepción del hombre como una unidad física y psíquica. Fue también una respuesta a la teoría del historicismo alemán.

La base de su planteamiento consistía en utilizar las enseñanzas de las ciencias naturales (biología, zoología, etología, paleoantropología, etc.) y las ciencias humanas para tratar de identificar las características de la especie humana, su posición específica en el mundo en el entorno natural. Pero las ideas que plantea la antropología filosófica, toda esa búsqueda de respuestas que el hombre se han venido planteado a lo largo de la historia, sin embargo seria hasta mediados del siglo XIX que nace la antropología como ciencia aunque la idea Antropofilosofica se ha dado todo el tiempo.

Lo distintivo de este periodo es que el hombre comienza a reflexionar sobre sí mismo y deja momentáneamente de prestarle atención a la realidad exterior. Ahora el punto central de su preocupación es el objeto y la naturaleza de la vida humana, en lugar del mundo que lo rodea. La reflexión propiamente filosófica sobre el hombre mismo se inicia con Sócrates, pero antes que él y aunque de una manera meramente incidental, no filosófica, quienes se ocuparon de dicha problemática fueron los sofistas.

Diversos factores hicieron posible el surgimiento de un grupo de pensadores como los sofistas. Originalmente la palabra sofista significa sabio, pero mas tarde la palabra habrá de adquirir un sentido peyorativo debido a aquello en lo que habrán de convertirse estos pensadores. Los sofistas no forman una escuela propiamente dicha, sino más bien constituyen una profesión. Eran maestros ambulantes que pretendían saberlo todo, relacionados con la vida práctica y la democracia griega, como son: la dialéctica, la retórica, la ética y la política.

ANTROPOLOGÍA FILOSÓFICA.

1. EL HOMBRE COMO PROBLEMA DE LA FILOSOFÍA.

Reflexión filosófica que considera al hombre (þ<2DTB@H, anthropos) como objeto de estudio en una perspectiva global. Como reflexión filosófica no es una ciencia, sino un análisis de los fundamentos de la misma noción de ser humano, y de la consideración de éste como punto de partida de todo conocimiento sobre sí mismo y sobre el mundo. En este sentido es, como dice Max Scheler, un puente entre las ciencias y la metafísica. Por ello, no es una disciplina filosófica que trate de establecer apriorísticamente las características de una pretendida esencia humana inmutable, sino que parte de las ciencias humanas, tales como la antropología física, la antropología cultural, la psicología, la lingüística, la sociología, etc., para elaborar una reflexión sobre el ser humano en su globalidad, capaz de explicar cómo este ser humano es la condición de posibilidad de tales ciencias y, en general, de la conducta humana: lenguaje, arte, ciencia, religión, mitos, acción moral, agresividad (ver texto ). Por ello, no se trata de un estudio particular sobre las características humanas, sino una reflexión filosófica y holística acerca del ser humano. El énfasis que se ponga en el carácter de sujeto trascendental del ser humano(Kant, Husserl), o en su historicidad (Hegel, Marx), o en su carácter de ser social definido esencialmente por el trabajo (Marx), o en su carácter de ser carencial para la acción (Gehlen), o en su carácter de homo faber (Bergson), o en su carácter de ser simbólico (Cassirer); el énfasis que se ponga en considerar la existencia como prioritaria, por encima de una hipotética esencia (Heidegger, Sartre y el existencialismo), etc., determinará las distintas orientaciones de la antropología filosófica.

La antopología filosófica apareció en la época moderna, ya que sólo a partir del siglo XVII pudo empezarse a considerar el hombre independientemente de la teología, y desde sus inicios estuvo fuertemente marcada por el dualismo cartesiano y por el enfoque kantiano. No obstante, aunque moderna como disciplina filosófica, la reflexión sobre el hombre es tan antigua como la filosofía misma, razón por la cual la antropología se ha contagiado de la anfibología que presenta este término. En cierto sentido, enlaza con el ideal socrático del «conócete a ti mismo» y de la concepción aristotélica del hombre entendido como «animal racional», como «animal político» y como «animal que habla», y surge del esfuerzo constante de la filosofía -con dos momentos particularmente antropocéntricos: el Renacimiento y la Ilustración- por aclarar el concepto que el hombre tiene de sí mismo, y su situación en el mundo, (momentos en los que también se pone en duda el carácter naturalmente político del hombre, como en el caso de Hobbes, por ejemplo. Si la filosofía antigua giraba fundamentalmente alrededor de la noción de «cosmos» y reflexionaba sobre el hombre en relación con la naturaleza, y la filosofía medieval entendía al hombre como una parte del orden divino, solamente la filosofía moderna ha permitido desatar al hombre de estas ligaduras a la vez que, con ello, crecía la noción de sujeto y de individuo (no en vano la filosofía moderna nace con la afirmación del «yo» cartesiano). En definitiva, pues, si es cierto que en toda filosofía hay una reflexión sobre el hombre (que puede provenir de rasgos mítico-religiosos o ser fruto de la reflexión filosófica propiamente dicha), solamente a partir de la época moderna se abre una nueva perspectiva: el hombre ya no se entiende solamente desde su hipotética naturaleza, ni desde una perspectiva sobrenatural, sino que se liga a su acción: a sus producciones, a sus obras y a sus relaciones con los otros hombres. El tema del hombre aparece en la filosofía moderna entendido como «sujeto» o como «razón» y como último eslabón de todo preguntar filosófico. Las preguntas de Kant al respecto hacen clásico el planteamiento y señalan este giro antropológico: «¿Qué puedo saber? ¿Qué puedo hacer? ¿Qué puedo esperar? ¿Qué es el hombre? A la primera cuestión, responde la metafísica; a la segunda, la moral; a la tercera, la religión y, a la cuarta, la antropología. Sin embargo, en el fondo, se podría poner todo esto a cuenta de la antropología, porque las tres primeras cuestiones se refieren a la última». Pero Kant, a pesar de su distinción entre una antropología fisiológica y una antropología en sentido pragmático, distinción que señala las dos grandes direcciones de la antropología física y de la antropología cultural y social, no llega a tematizar una antropología filosófica, aunque abre las puertas a esta disciplina. Las primeras reflexiones pertenecientes a una antropología filosófica se sitúan en el último Schelling, en Feuerbach, en Kierkegaard, en Marx y en Nietzsche.

Especialmente relevante es la posición de Feuerbach, para quien el hombre es el único objeto universal de la filosofía, razón por la cual la antropología deviene la única ciencia universal a la que deben reducirse tanto la teología como la

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