ANÁLISIS DE LA COLMENA

ANÁLISIS DE LA COLMENA

En la colmena las abejas tienen una estructura y cada uno tienen su rol y todos están enterados del objetivo general y de su aporte, además confían unas en otra, reconocen a su líder, tienen sus propios códigos entre ellas, y una muy buena comunicación. Cada quien sabe cuál es el trabajo de la otra y lo aprecia, y trabajan voluntariamente.

Podemos aprender de las abejas muchas cosas, una de ellas, es que nos dan un ejemplo de no complicarse ni cuestionarse los roles de trabajo que toman por su género, ya que ambos géneros cumplen roles fundamentales dentro de la sociedad, es decir, en la colmena no se detienen a preguntarse si está bien que su líder sea femenina o masculina, para ellos es mucho más importante velar por el interés colectivo.

Hay varias similitudes del modelo de la colmena con las situaciones de los equipos de trabajo humanos, tienen una estructura en la organización, existe un líder y unas unidades de apoyo, tienen objetivos y un interés en común, que se trabaja con sinergia, se apoyan entre ellas para cumplir con sus responsabilidades y realizar sus actividades.

Los lazos sociales mantienen juntas a las abejas en la colmena y a pesar de todos se defienden unos a otras al igual que en los equipos humanos en especial en aquellos en los que se crearon lazos afectivos fuera de las asignaciones del equipo de trabajo.

En el caso de los grupos humanos con altos rendimientos tienen mucha similitud con las abejas, por ejemplo que un equipo mantiene la comunicación, tiene confianza en su líder y en cada uno de sus miembros, los diferentes individuos se aceptan y se aprecian, y en especial que los equipos se componen de individuos con características, valores y habilidades con las que aportan al equipo y ayudan a que el equipo trabaje mejor.

Sin embargo las diferencias entre la colmena y los equipo de trabajos humanos radican en la naturaleza humana, la cual tiende al egocentrismo y la búsqueda del reconcomiendo propio, es decir, tienden a imperar los sentimientos individuales sobre los colectivos, sumado a la resistencia al cambio, un constante cuestionamiento del liderazgo, además de subestimar la importancia de los roles por complejos o frustraciones personales y no lograr ser claros y oportunos a la hora de comunicarnos.

Esto dificulta que se pueda trabajar bien en conjunto, ya que las abejas funcionan en sincronía como uno solo, y nosotros como individuos que dependen emocionalmente del colectivo.

En la colmena no existe un miembro que no ejerza una función definida, mientras que en los equipos de los humanos existe la tendencia a delegar, evadir trabajos, recargar al otro e improvisar.

Por lo tanto siempre hay que tener presente que tanto la organización, comunicación y objetivos del equipo son lo más importantes.

Para hacer y fomentar equipos de

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