ARISTOTELES
jireheh2212 de Septiembre de 2012
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ARISTÓTELES
Nacido en la colonia de Estagira, pequeña ciudad de la costa de Tracia, al pie del monte Atos. Dos hechos fueron decisivos en su juventud: la situa¬ción social de su padre, médico del rey de Macedonia Amintas II, y la vecindad de su ciudad con el mundo no heleno, cosas ambas que iban a proporcionarle en sus años de plenitud sólidos elementos para juzgar su mundo. Es muy probable que escuchara a Isócrates, y quizás a él le deba su invariable interés por las materias de la retórica. Al poco tiempo de su estancia en Atenas, regresó Platón de Sicilia. Aristóteles se hizo discípulo suyo y permaneció siéndolo hasta su muerte, acaecida el 347 a.C. Su admiración y devoción por el maestro fueron muy grandes, aunque esto no le impi¬diera examinar críticamente sus obras. El aforismo umicus Plato, sed matas amicus vertías cobra, en el Estagirita, un sentido literal. Aristóteles estaba en Atenas desde 335, adonde había vuelto tras 13 años de ausencia. El mismo año de su retorno comenzó a dar clases sistemáticamente, pero no en la Academia, regida por su amigo Xenócrales, sino en un lugar llamado Liceo. Según el temperamento sistemático y ordenado del maestro, éstas se daban de conformidad con ciertas nor¬mas de horario y tipos de estudiantes; por las mañanas, los temas más difíciles, con poca asistencia, y por las tardes se trataban temas en for¬ma «exotérica», es decir, más comprensible, para un público más nume¬roso y menos avezado. Estas enseñanzas, con tener mucho de doctrina platónica, ofrecían a los estudiosos un acercamiento a la verdad que descansaba mucho más en la inducción y en la observación que en cual¬quier otro método anterior.
Es necesario destacar que la característica primordial del pensamien¬to aristotélico es la de proceder —en la medida de lo posible— por el camino de la generalización de observaciones concretas, por el camino de la prueba lógica, de la comprobación sensorial y la razón como sustitutivo de la intuición. si por un lado había recibido de Platón la pre-paración teórica que ella requería, por otro, desde su infancia había co¬nocido el método experimental; es muy probable que ya en ella conociera algunos rudimentos de anatomía. En su pensamiento político no dejó de comparar el estado con el cuerpo humano, y esta metáfora, por simplis¬ta que parezca, había de perdurar por muchos siglos en la filosofía so-cial occidental.
En este sentido, el papel de sus trabajos de tipo social es sobresa¬liente, y ello por dos cosas: primero, porque al integrar la sociedad den¬tro de un sistema de conocimientos científicos coadyuva a dar a la socio¬logía —que había de surgir siglos más tarde— un lugar entre las ciencias; segundo, porque inicia el estudio objetivo de los fenómenos humanos, abandonando el énfasis en los contenidos de la conciencia individual y poniéndolo en cambio sobre las instituciones, la conducta y las situacio¬nes sociales observables. De modo que Aristóteles tuvo que huir de ella, tanto por amenazas como por el ejemplo de la muerte de Sócrates, víctima también de un ramalazo de opinión pública. El sabio murió un año más tarde, en Caléis, en 322.
ÉTICA Y POLÍTICA.
La moral es una ciencia de la acción humana, y ésta se suele realizar ante todo con respecto a otros hombres, es decir, que su dimensión social le viene ya dada de raíz. El estado heleno era, en teoría, un supuesto garantizador y fomentador de la felicidad humana y de la vida buena. Aristóteles considera que el estado debe establecer un alto sistema moral y que su poder ejecutivo debe estar ordenado a la puesta en vigor de tal sistema.
Lo particular no podía... ser separado de lo universal: lo particular existía sólo en cuanto «imitaba» o «participaba de» lo universal. Estudiarlos separadamente era no estudiar nada. Pero el hombre es lo particular y el estado lo universal del que participa; tampoco puede el hombre ser estudiado sin relación con el todo que le da sentido y existen¬cia. Era inevitable que el aspecto ético del yo individual debía recibir un tratamiento independiente en [sus] manos... Así, escribe una obra sobre Ética, En la Ética, la moralidad se examina en conexión con la psicología, como un estado del alma: se ve como conjunto de partes del alma que entran en un hábito de acción deliberada, en la cual la supremacía de la parte ra-cional queda reconocida. En la Política, la moralidad se estudia en cone¬xión con el ambiente: es observada como creada por la influencia educativa de la autoridad política, como acción en su propio campo de rea¬lización.
LA NATURALEZA HUMANA Y EL ORIGEN DEL ESTADO.
Dice Aristóteles que cuando varias aldeas se unen en una comunidad completa y única, lo bastante amplia para ser autosuficiente o casi autosuficiente, surge el estado, originándose en las meras necesidades de la vida, y continúa su existencia para que ésta sea mejor. Por ende, es evidente que el estado es creación de la naturaleza y que el hombre es en su virtud un animal político.
O sea que el estado, la organización política, es sencillamente una dimensión más de lo humano. Pero Aristóteles da a este aspecto de la actividad humana una verdadera categoría ontológica. Se es hombre en cuanto que se es animal sociable, político. Eso no consiste sólo en la capacidad de orga¬nizarse; Por otra parte, el estado no es una consecuencia posterior al hecho de que existieran individuos o familias de ellos, sino que es anterior. El problema es lógico, no histórico, y su argumentación bien sencilla: si el todo es necesariamente anterior a sus partes y el individuo aislado es sólo una parte en relación con un todo, el estado será una categoría an¬terior a la del individuo. Prueba de ello, y prueba de que éste es parte nada más, es que el individuo aislado no es autosuficiente y sin una comunidad no puede subsistir.
En primer lugar existen dos relaciones que pueden conside¬rarse fundamentales: la de hombre a mujer y la de amo a esclavo. El primer tipo de relación cubre una serie de necesidades tales como la sexual, la de la procreación, la del hogar, y la segunda da lugar a la es¬tructura política de la casa: el amo es el rey de su familia. Pero esta pequeña unidad no satisface todas las necesidades. Hay que adquirir bienes que la economía familiar no puede por sí sola producir, de modo que la aldea es la prolongación lógica de un conjunto de unidades fami¬liares. Es conveniente tener en cuenta que Aristóteles no distinguía entre estado propiamente dicho y sociedad.
ESTÁTICA SOCIAL : TIPOLOGÍA DE LOS ESTADOS.
Se sabe que llegó a coleccionar y a redactar 158 constituciones, cosa que le permitió luego hacer generalizaciones a todas ellas y clasificarlas dentro del sistema al que ahora vamos a volver nuestra atención. Así, por ejemplo, se rechaza la idea de que el ciudadano pueda definirse por su residencia en un te¬rritorio, ante la vaguedad que esto tiene frente al hecho de los derechos del ausente o a la existencia de extranjeros en el territorio de una polis. Tampoco los derechos y deberes jurídicos son un buen criterio, ya que, volviendo a la instancia de los extranjeros, éstos tienen el mismo privi¬legio que los nacionales de recurrir a los tribunales para sus pleitos y querellas. En contraste con esto se puede definir al ciudadano diciendo que es «quien tiene el poder de tomar parte en la administración judi¬cial o en la actividad deliberativa del estado».
El estado será entonces «un cuerpo de ciudadanos que satisfaga todos los fines de la vida». A Aris¬tóteles no se le oculta que estas definiciones no coinciden con las dadas corrientemente; éstas dicen, por ejemplo, que un ciudadano es quien sea hijo de padre y madre ciudadanos, pero las de esta índole práctica no son suficientes para explicar el origen de ciertos derechos de ciuda¬danía de gentes que habían constituido un estado nuevo o que habían sido esclavos anteriormente.
Sin embargo, la práctica de la ciudadanía es un arte que requiere toda la atención de un hombre educado, de modo que las embrutecedoras faenas manuales deben ser eliminadas de la vida del ciudadano. De no ser así, dice Aristóteles, desaparecerá toda distinción entre amo y esclavo. Y hemos de ver, más adelante, que tal distinción es importante para el sistema social propugnado por el Estagirita, así como para el justo funcionamiento de la polis griega, para la que la esclavitud, al igual que en muchos casos, la democracia entre los ciudadanos, era un elemento imprescindible de su propia existencia. Ahora bien, ¿cómo pueden organizarse esos ciudadanos para constituir un estado?
En general, todas las divisiones seguían el esquema monarquía-aristocracia-democracia, que las investigaciones de Aristóteles no van a desmentir. Por otra parte, ya se había comenzado a distinguir entre ellas y sus contrapartidas, las constituciones corruptas, por ejemplo, entre monarquía y tiranía, con lo cual la división tripartita se convertía en una división en seis.
CONSTITUCIONES NORMALES Y CORROMPIDAS.
Las normales buscan —mediante un gobierno altruista— el bien de la comunidad. Cada una de ellas, sin embargo, busca un tipo de bien que le es peculiar. Así la monarquía será una constitución cuyo fin será la virtud, pues ha de ser el gobierno de un solo individuo, reputado como el mejor entre todos los demás. La aristocracia, al ser el gobierno de los pocos, pero de los mejores, estará enfocada hacia la práctica de la vida noble y educada. La politeya significa el predominio de los muchos,
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