Amor. ¿El ser humano está condenado a amar?

“El amor no es sino la acuciante necesidad de sentirse con otro, de pensarse con otro, de dejar de padecer la insoportable soledad del que se sabe vivo y condenado. Y así, buscamos en el otro no quien el otro es, sino una simple excusa para imaginar que hemos encontrado un alma gemela, un corazón capaz de palpitar en el silencio enloquecedor que media entre los latidos del nuestro, mientras corremos por la vida o la vida corre por nosotros hasta acabarnos.”

- Rosa Montero

El amor es una palabra bastante repetida en obras literarias, canciones, televisión, cine, redes sociales, exposiciones gráficas y otros distintos sistemas de expresión, sin embargo, es una palabra con acepciones tan diversas y, en ocasiones, tan inconsistentes entre sí, muchas personas comentan que el amor no existe. La frase “el amor no existe” es tan común como la misma palabra “amor”, en mi caso, no es con ánimos pesimistas, sino lo contrario, el amor no existe, porque el amor se crea, se hace, se produce, se inventa, se reinventa, se practica, el amor se transforma, muchas veces en tristeza, felicidad, odio, imaginación, entre otros.

¿El ser humano está condenado a amar? Nos encontramos en una constante búsqueda de sentirnos “realizados”, y a la vez de satisfacer necesidades. Para que las cosas existan debe de haber una contraparte de ellas, es decir, para que exista el odio a estas cosas que no nos ayudan a sentirnos realizados debe existir el amor, amor que puede ser dirigido a cosas, lugares, personas, a la vida o hasta la muerte, el amor es la fuente de muchas acciones, por eso mismo el hombre está condenado a amar, para poder vivir, o más claro, para poder sobrevivir. Personas lo reprochan o lo niegan sin darse cuenta de que nos ayuda con la vitalidad de nuestra existencia y nos permite seguir en nuestro presente. El amor tiene una gran similitud con querer poder, ya que éste es el origen de las acciones del humano y del empuje necesario para poder perdurar a través del tiempo.

Para que algo pueda ser perfecto debe de ser proporcionado y equitativo, el amor es perfectible, es de decir, que no es perfecto. El enamoramiento está lejos de ser innocuo, nos lleva a idealizar a la otra persona, no vemos sus males, no vemos sus errores o los vemos, pero no los aceptamos, el estar enamorado implica realizar acciones que de ninguna otra manera se llevarían a cabo, las locuras que se hacen en nombre del amor, amor a la patria, amor a una persona, amor a una cosa, etcétera; desde la mitología hasta la historia reciente, hay un exagerado conteo de ejemplos que lo demuestran. Es un estado de ensueño. Muchas de las veces cuando termina, termina en una melancolía asfixiadora y en varios casos, abrumante.

El amor es tan bueno como malo, puede ser el origen de acciones que se dirigen hacia el éxito, o el odio mezclado con amor, puede dar lugar a los crímenes más terribles. Una conclusión viable es que no es inofensivo, sino la emoción más peligrosa existente, la falta de amor, condena a la locura o a la frialdad y tosquedad social.

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