Analisis De Socrates
andreafbogado28 de Octubre de 2012
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LA CONDUCTA DE SOCRATES EN EL TRIBUNAL
Sócrates toma en cuenta otro posible motivo de irritación en sus jueces: él no ha recurrido a ningún de las artimañas usuales, en este tipo de juicio, como la de lamentarse, traer a los hijos como futuras victimas de la condena, y otros recursos para tocar la sensibilidad de los jueces. Sócrates tiene conciencia de haber ganado alguna reputación, respecto de su entereza, y aún piensa que ella puede servir de modelo a las nuevas generaciones. El juez tiene que hacer justicia y no hacer favores: su juramento lo obliga a ser objetivo en sus sentencias. Por respeto a la sociedad Sócrates no incurrirá en las habituales artimañas que se apela para salvarse de un castigo.
EXAMEN DE OTRAS PROPUESTAS DE PENAS POSIBLES
La abundante cantidad de votos a favor sorprende a Sócrates, que esperaba una condena casi unánime. Ahora bien, al parecer, frente a la pena propuesta a los acusadores (muerte), el acusado tiene derecho a contraponer otro castigo (esto es lo que se denomina antimímesis). En principio Sócrates no parece tomar muy en serio esta posibilidad, y su actitud, aunque pueda estar respaldada por una sólida creencia, es puramente irónica y alejada de toda maniobra política. Dice que lo que se merece es ser sostenido por el Estado. Esta proposición parece irritar a los jueces. Pero está conciente de que ellos prefieren que elija el exilio, y abiertamente rechaza tal posibilidad. Queda la de pagar una multa, para lo cual, también, irónicamente, ofrece su magra fortuna: una mina de plata. Tardíamente ofrece sumas mayores, que le garantizan sus amigos, entre ellos Platón.
ALOCUCION A LOS QUE HAN VOTADO POR LA CONDENA
Los jueces votan y el resultado es la sentencia de muerte para Sócrates. Duras palabras dirige Sócrates a los que han votado por su condena, Estos que lo han votado han procedido con bajeza, y esto es un mal peor que la muerte. Pronostica a estos condenadores que su muerte multiplicará la cantidad de preguntas molestas, de jóvenes filósofos que lo acosan con el mismo procedimiento que él ha usado.
LA MUERTE COMO BIEN
A los que han votado por la absolución de Sócrates los considera verdaderamente jueces, y usa por primera vez este título (en vez de atenienses) para dirigirse a ellos.
Amistosamente, les hace una confidencia: en ningún momento, se le ha opuesto el signo demoníaco. Esto significa que obraba bien, y que sin duda, el desenlace, la muerte, es para él un bien. Razona en torno a dos alternativas: o bien tras la muerte no hay nada, o bien hay otra vida. Si el caso es el primero, se asemeja a la paz de que disfruta un hombre que ha dormido profundamente una noche, sin sueños ni visiones: sería como un sueño plácido, y por ende un bien. En el segundo caso, estima que en el Hades – reino de los muertos bajo tierra- ha de encontrase con los célebres jueces legendarios y con famosos poetas y héroes.Allí el incurable Sócrates podrá practicar su inagotable tarea de escrutar a los hombres para ver si son sabios de verdad o simplemente lo parecen, con el beneficio de que, puesto que allí es inmortal, no se ha de correr el peligro de ser condenado a muerte por tal proceder.
El pasaje está tan teñido de ironía y picardía que inspira serias dudas de que Sócrates lo eligiera como alternativa. Pero la otra tampoco aparece definida: queda, pues, flotando la duda: Más, en ambos casos, el resultado es un bien. La divinidad dirá quienes tendrán mejor futuro: si Sócrates, que va a morir; o los jueces que continuarán viviendo.
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