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Anaximandro


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2013  •  7.635 Palabras (31 Páginas)  •  394 Visitas

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Anaximandro

Anaximandro de Mileto (en griego antiguo Ἀναξίμανδρος) fue un filósofo jonio considerado el primer científico, al usar la experimentación como método demostrativo. Nació en los años 610 a. C. en la ciudad jonia de Mileto (Asia Menor) y murió aproximadamente en el 546 a. C.1 2 Discípulo y continuador de Tales, compañero y maestro de Anaxímenes; se le atribuye sólo un libro, que es sobre la naturaleza, pero su palabra llega a la actualidad mediante comentarios doxográficos de otros autores. Se le atribuye también un mapa terrestre, la medición de los solsticios y equinoccios por medio de un gnomon, trabajos para determinar la distancia y tamaño de las estrellas y la afirmación de que la Tierra es cilíndrica y ocupa el centro del Universo.

La respuesta dada por Anaximandro a la cuestión del arché puede considerarse un paso adelante respecto a Tales (del que Anaximandro probablemente fue discípulo). El arché es ahora lo ápeiron (de a: partícula privativa; y peras:, ‘límite, perímetro’), es decir, lo indeterminado, lo ilimitado, que es precisamente, según hemos dicho, el concepto de lo que vamos buscando. Lo que es principio de determinación de toda realidad ha de ser indeterminado, y precisamente ápeiron designa de manera abstracta esta cualidad. Lo ápeiron es eterno, siempre activo y semoviente. Esta sustancia, que Anaximandro concibe como algo material, es «lo divino» que da origen a todo. De Anaximandro se conserva este texto, que es el primero de la filosofía y el primer texto en prosa de la Historia:

El principio (arché) de todas las cosas es lo indeterminado ápeiron. Ahora bien, allí mismo donde hay generación para las cosas, allí se produce también la destrucción, según la necesidad; en efecto, pagan las culpas unas a otras y la reparación de la injusticia, según el orden del tiempo.

Anaximandro

¿A qué se refiere esta «injusticia"? Puede tener dos sentidos. Primero, que toda existencia individual y todo devenir es una especie de usurpación contra el arché, en cuanto que nacer, individuarse, es separarse de la unidad primitiva (algo parecido se encuentra en las doctrinas budistas, que ven el mal en la individualidad). Y segundo, que los seres que se separan del arché están condenados a oponerse entre sí, a cometer injusticia unos con otros: el calor comete injusticia en verano y el frío en invierno. El devenir está animado por la unilateralidad de cada parte, expresada ante las otras como una oposición (Esta idea se volverá a ver más tarde en Heráclito). En Anaximandro se encuentra ya una cosmología que describe la formación del cosmos por un proceso de rotación que separa lo caliente de lo frío. El fuego ocupa la periferia del mundo y puede contemplarse por esos orificios que llamamos estrellas. La tierra, fría y húmeda, ocupa el centro. Los primeros animales surgieron del agua o del limo calentado por el sol; del agua pasaron a la tierra. Los hombres descienden de los peces, idea que es una anticipación de la teoría moderna de la evolución.

Contenido

Homero

Homero (en griego antiguo Ὅμηρος Hómēros; c. siglo VIII a. C.) es el nombre dado al aedo griego antiguo al que tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas — la Ilíada y la Odisea—. Desde el periodo helenístico se ha cuestionado si el autor de ambas obras épicas fue la misma persona; sin embargo, anteriormente no sólo no existían estas dudas sino que la Ilíada y la Odisea eran considerados relatos históricos reales.

No cabe duda que es el pilar sobre el que se apoya la épica grecolatina y, por ende, la literatura occidental.

El nombre de Hómēros es una variante jónica del eólico Homaros. Su significado es rehén, prenda o garantía. Hay una teoría que sostiene que su nombre proviene de una sociedad de poetas llamados los Homēridai, que literalmente significa ‘hijos de rehenes’, es decir, descendientes de prisioneros de guerra. Dado que estos hombres no eran enviados a la guerra al dudarse de su lealtad en el campo de batalla, no morían en éste. Por tanto se les confiaba el trabajo de recordar la poesía épica local, para recordar los sucesos pasados, en los tiempos anteriores a la llegada de la literatura escrita.

También se ha sugerido que lo que podría contener el nombre Hómeros es un juego de palabras derivado de la expresión ho me horón, que significa el que no ve.

Biografía

En la figura de Homero confluyen realidad y leyenda. La tradición sostenía que Homero era ciego y varios lugares reclamaban ser su lugar de nacimiento: Quíos, Esmirna, Colofón, Atenas, Argos, Rodas, Salamina, Pilos, Cumas e Ítaca.

Datos biográficos recogidos por la tradición

El Himno homérico a Apolo delio menciona «que es un ciego que reside en Quíos, la rocosa».1 El poeta lírico Simónides de Amorgos atribuye al «hombre de Quíos el siguiente verso de la 'Iliada, «¿Por qué me preguntas mi linaje? Como el linaje de las hojas soy», convertido en proverbio en la época clásica.2 Luciano de Samósata dice que fue un babilonio enviado a Grecia como rehén, (griego antiguo ὅμηρος, homêros), y de ahí su nombre.3

Pausanias transmite una tradición de los chipriotas, quienes también reclamaban para sí a Homero:

Dicen que Temisto, una mujer del lugar, era su madre, y que Euclo profetizó el nacimiento de Homero en estos versos:

Y entonces en la costera Chipre existirá un gran cantor,

al que dará a luz Temisto en el campo,4 divina entre las mujeres,

un cantor muy ilustre lejos de la muy rica Salamina.5

Dejando Chipre mojado y llevado por las olas,

Cantando él solo el primero las glorias de la espaciosa Hélade

Será inmortal por siempre y no conocerá la vejez

Pausanias, Descripción de Grecia x.24.3.

Sin embargo, también se conserva el siguiente epigrama, atribuido al poeta helenístico Alceo de Mesene, en el que Homero protesta sobre su origen salaminio, y niega que se erigiera una estatua suya en esta ciudad y que su padre fuera un tal Demágoras:

Ni aunque el martillo surgir como Homero de oro me hiciera entre rayos flameantes de Zeus, soy ni seré salaminio ni el hijo de Meles lo será de Demágoras; ¡tal la Hélade lo vea! Con otro poeta probad; y mis versos vosotros

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