La escuela se condena a la injusticia

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CONSIGNA

¿Por qué la escuela se condena a la injusticia al dar a todos las mismas oportunidades?

INFORME

Para empezar, no resulta extraño pensar la escuela relacionada con la palabra injusticia, cuando en la actualidad, sigue imperando el dogma normalizador y hegemónico, de la llamada escuela tradicional o conservadora, donde no importa lo que pase afuera; en la escuela todos aprenden simultáneamente, de la misma forma y con los mismos métodos. Es decir, los cientos de alumnos que asisten a la escuela, deben adaptarse a las exigencias de la escuela, como si fuesen idénticos unos a otros, como si no existieran contextos sociales diversos, singularidades, diferencias o como si simplemente y por arte de magia, todas sus historias desaparecieran al atravesar la puerta de ingreso a la escuela.  

Por consiguiente, la escuela que plantea tremenda abstracción de la realidad del alumno, se encuentra con historias que siempre se hacen visibles en las aulas, los niños nunca logran despojarse de lo que los constituye,  pero en vez de tomar la individualización para construir a partir de ella los saberes, se la considera un desajuste, un problema, un niño o una niña más, que simplemente no llega a cumplir los objetivos educativos. (-Meirieu, Philippe: “Recuperar la Pedagogía” (2016) Buenos Aires. Paidós.Cap:3 “La individualización: de “La escuela a medida” a la Pedagogía diferenciada).

En relación a lo expresado anteriormente, si se consideraran las cifras del INDEC que alegan que a fines del 2021 más del 50% de los niños de 0 a 14 años son pobres y que de ese total más del 12% es indigente en Argentina, queda claro que en estas cifras hay un sinfín de historias y derechos violentados. Es entonces cuando se hace más visible el papel injusto de la escuela como institución y la impericia del Estado como garante del derecho a la educación. Así podríamos realizar una lista infinita de interrogantes que postularíamos de forma retórica ¿Cómo llegan estos niños a la escuela? ¿Qué aprende? ¿Cómo aprenden? ¿Cuándo aprende? ¿En qué condiciones aprenden? ¿Qué se les enseña? ¿Quién les enseña?

Existen realidades diversas y condiciones adversas en las sociedades. Sin embargo, la ideología dominante vende la escuela como un simple lugar de instrucción, totalmente apolítico y neutral. Cuando en realidad, la enseñanza misma en su asimetría con el alumno, establece un posicionamiento y representa una forma de vida social de relaciones de poder, conflictos y acuerdos entre las partes. (-Mc Laren, Peter: Pedagogía Crítica y Cultura Depredadora. Barcelona. Paidós. Cap.: 1. La pedagogía radical como política cultural más allá del discurso de la crítica y el antiutopismo).

Tal es así, que la pedagogía crítica, considera prioridad lo social, lo cultural, lo político y lo económico, para comprender la enseñanza. Ya que, existe un vínculo entre conocimiento y poder, si la escuela no educa para la emancipación, la justicia social, la democracia y el trabajo colaborativo,  entonces, seguirá perpetuando concepciones arcaicas de dominación, que reproducen el etnocentrismo, el androcentrismo y acentúan y legitiman las desigualdades. Incluso aunque desde el discurso se establezca que existe un cambio de paradigma, que promueve la igualdad, la multiculturalidad o la tolerancia; será importante posicionarse e interpelar dichos discursos, para analizar si verdaderamente existe una ruptura de las formas tradicionales de dominación.        

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