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Antología V Caballos de medianoche


Enviado por   •  7 de Abril de 2024  •  Resúmenes  •  4.532 Palabras (19 Páginas)  •  39 Visitas

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EL CABULIWALLAH:

CABALLOS DE MEDIANOCHE:

Esta historia se basa en un padre y su hija en la que en el primer acto el padre intenta bañar a su hija pero esta le dice que el agua estaba muy fría y seguía poniendole pretextos para no hacerlo, luego de cumplir con el propósito que era bañar a su hija los dos van a dormir, pero antes la niña le dice a su papá que quiere dormir con él, ella le apuesta a su papa que si le da un beso como en las películas ella se dormiría, el padre le concede el beso pero luego la niña le pide ir a dormir con el porque tenia miedo, el padre acepta, luego ya la niña dormida el padre se levanta sigilosamente y va al baño, este se ve en el espejo un hombre desañilado, este al verlo se arroja sobre el espejo y se corta la frente, luego va y cierra todas las ventanas y puertas, luego abre la llave del gas y va a dormir con su hija, el sudor se mezcla con la sangre de su frente, luego se da cuenta que todo empieza a desboronarse, y ve a los fauces furiosas con el resplendor helado como una manada de caballos blancos.

NO OYES LADRAR A LOS PERROS:

Este relato comienza con la petición de un padre para que su hijo Ignacio le avise si oye algo o ve algo a la distancia. Ignacio responde que no, y el padre dice que deben estar cerca. De a poco, el lector se da cuenta de que Ignacio es cargado sobre los hombros de su padre.

El padre señala que pronto deberían llegar al pueblo de Tonaya, que según les dijeron está más allá del cerro que cruzaron hace unas horas, y le pide a su hijo que esté atento por si oye el ladrido de los perros. También le dice que está cansado, e Ignacio le dice que lo baje, pero el viejo elige apoyarse en un paredón, pues teme que si lo baja no podrá volver a subirlo. El hijo dice que se siente mal y el narrador observa que habla muy poco, cada vez menos, y que a veces empieza a temblar como si tuviera mucho frío. Así, el lector entiende que a Ignacio le pasa algo, aunque no se sabe qué. Sus pies se clavan en los costados de su padre y sus manos las traba en su pescuezo.

Ignacio entonces le dice al padre que se siente mal y le pide que lo deje ahí, que él luego lo alcanzará en cuanto se reponga. Pero el padre le dice que no lo dejará ahí tirado, para que acaben con él, sino que lo llevará hasta el pueblo para que lo atienda un doctor. Así y todo, el padre aclara que aquello no lo hace por Ignacio, sino por su difunta madre, quien nunca le habría perdonado que dejara a su hijo tirado donde lo encontró. Para él, en cambio, Ignacio solo le ha causado problemas, humillaciones y vergüenzas, y desde que se enteró de que es un ladrón y que incluso ha asesinado gente, ya no lo considera su hijo. El lector se entera entonces de que el hijo ha matado al compadre de su padre y quien lo bautizó a él de niño, Tranquilino.

Entonces el padre vuelve a preguntarle si ve u oye algo, y él vuelve a repetir que no. El padre aclara que quizás el pueblo ya ha apagado sus luces, pero al menos deberían escucharse los ladridos de los perros. Sin embargo, el hijo solo dice que tiene sed, y el padre le dice que debe aguantarse porque no puede bajarlo, ya que luego no podría volver a alzarlo. Esto lleva al padre a hablar de la madre de Ignacio, que murió cuando su hijo era un bebé. El padre nota entonces que su hijo se afloja y llora encima suyo, y le dice que, sin embargo, él nunca hizo nada por su madre ni por su padre, como si en lugar de haberlo criado cariñosamente, lo hubieran hecho con maldad. Por fin, el padre revela qué es lo que ha sucedido: han herido a su hijo y, al mismo tiempo, han asesinado a todos sus amigos, aunque ellos no tenían a nadie que los cuidara, como sí Ignacio.

Finalmente, los dos hombres llegan a Tonaya, y al llegar a la primera casa, el padre se apoya contra la pared y destraba, con dificultad, los dedos con los cuales su hijo venía aferrándose a su cuello. Al quedar libre, el padre nota cómo por todas partes ladraban los perros. Así, el padre le pregunta a Ignacio si no había escuchado que los perros ladraban y le reprocha así ni siquiera haberlo ayudado dándole esa esperanza de cercanía al pueblo.

EMMA ZUNZ:

CALIXTO GARMENDIA:

ANGEL DE OCONGATE:
El texto describe a un personaje que se encuentra en un estado de desconcierto y desapego de su identidad. Se siente como una sombra en el atrio de una capilla en ruinas, vestido de manera extraña y sin memoria de su pasado. Aunque es percibido como un danzante enajenado y mudo por los habitantes locales, él mismo se cuestiona quién es y por qué se encuentra en esa situación. A pesar de su aparente locura, su presencia provoca más compasión y respeto que burla entre la comunidad. El protagonista reflexiona sobre su estado, se observa en las fuentes y se pregunta si alguna vez fue un danzante o si perdió la razón y la memoria. A pesar de la duda, se aferra a la certeza intuitiva de que nunca estuvo loco ni fue un bailarín. Sin embargo, su vida errante y su incapacidad para recordar su pasado le hacen cuestionarse su propia identidad. Finalmente, un encuentro con un hombre anciano lo lleva a descubrir una pista sobre su verdadera identidad y lo motiva a emprender un viaje hacia la capilla de la Santa Cruz en busca de respuestas. Allí, observa un friso con figuras danzantes que se asemejan a su vestimenta, lo que le hace reflexionar sobre su conexión con ese lugar y su posible origen.

ROSAMUNDA:

AUSENCIA:

LA VIDA ES SUEÑO:

En este cuento se habla sobre el delito de un hombre que es haber nacido, Segismundo es castigado y pide saber para d apurar a sus desvelos. Se compara con otros animales que al nacer obtienen más cuyos privilegios en el que él los supera y de igual manera tiene menos libertad. El ave con galas que le dan belleza suma en el que él tiene más alma. El bruto con piel que dibujan manchas bellas en el que él tiene mejor instinto. El pez que no respira y él con más albedrío. La culebra que entre flores se desata y él teniendo más vida.

LOS FUGITIVOS:

UN HOMBRE LLAMADO ZIEGLER:

LA AGONIA DE RASU-ÑITI:

EL BÚHO QUE SE CONVIRTIÓ EN SER HUMANO:

Esta historia se basa en una mujer que había dado a luz a una niña después que su esposo se había ido a cazar, ella vió al buho y dijo que si fuera humano le ayudaría a traer leña para que pueda calentarse, las palabras se hacen realidad, el buho se convierte en mujer y le entrega la leña, pero no quería dormir afuera y le dice que si podía dormir con ella, durante la noche el buho le mete el dedo al ojo de la bebé, y al despertarse la mamá le pregunta del porqué lloraba, esta le dice que le había sacado un insecto del parpado, cosa que no era verdad, y después que se duermen le saca el ojo a la bebé y a la madre, estas personas mueren y el hermano que esta viendo todo desde el techo se va a decirle a su padre, cuando vuelve el buho le dice que había dado a luz a una niña y que se iba a recoger agua para cocinar la carne, cuando la mujer llega al rio el hombre le dice que meta sus uñas en una tabla doble y que le  iba a pintar la cara, en ese momento que el buho cerro los ojos, el hombre le avienta agua hirviendo, y enseguida quema la casa, al morir el buho pronuncia sus ultimas palabras referiendos a tuberculos.

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