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Si nos dijeran que pensemos en un personaje de la biblia que sea una especie de referente en cuanto a predicación (por decirlo de alguna manera), o un ejemplo que podamos tomar en cuanto al ministerio, probablemente el primero que se nos viene a la mente es el apóstol Pablo, ¿cierto?.

¿por qué? Porque realizo varios viajes misionales, predicó con Bernabé, Silas, Timoteo, envió cartas a las congregaciones, preocupándose por sus ministerios entre otras cosas, fue perseguido a causa de la predicación etc .

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Pero en la biblia encontramos un montón de otros personajes que también pueden ser un ejemplo para nosotros en cuanto al ministerio, ya sea por sus cualidades personales, por las acciones que realizaron o por cómo defendieron su fe.

Precisamente de eso se trata este tema, puntualmente veremos el caso de Nehemías y cómo puede llegar a ser un ejemplo para nosotros aplicándolo a la predicación, es con participación del auditorio, así que están todos invitados a participar con sus comentarios.

A modo de resumen de su vida y acciones podemos comentar que Nehemías sirvió en la corte del rey Artajerjes de Persia. Aunque estaba rodeado de paganos, se negó a “amoldarse” al “sistema de cosas” de sus días. Al comprender que era necesario reconstruir las murallas de Jerusalén, estuvo dispuesto a sacrificar su cómoda vida, emprender el largo viaje a Judá y dirigir aquella enorme tarea.

Iba a aportar su tiempo, energías y habilidades en las labores de reconstrucción además de contribuir con su tiempo, y no solamente eso sino que también puso sus recursos materiales personales a disposición de la adoración verdadera. A los pocos días de llegar, ya había trazado un plan para reparar las murallas completamente y pese a ser el gobernador de la ciudad, trabajaba todos los días junto a sus hermanos israelitas, desde primera hora de la mañana hasta el anochecer.

Así fue posible terminar la reconstrucción en tan solo dos meses. Como escribió Nehemías, hasta los opositores tuvieron que reconocer que “Dios [...] había hecho” aquella obra (Nehemías 4:21; 6:15) es decir, humildemente siempre le dio todo el mérito y reconocimiento a Jehová. Sin duda, fue toda una proeza, y más teniendo en cuenta que durante las obras los israelitas y especialmente Nehemías soportaron oposición de diversos tipos. Primero con burlas, calumnias y desprecio y luego con amenazas de guerra y muerte, además de tratar de engañarlo con trampas.

Pese a toda la oposición, Nehemías, siempre puso su confianza en Jehová hasta que pudo terminar con la monumental obra de reconstruir el muro de Jerusalén y dignificar la adoración al Dios verdadero. Sin duda es un tremendo ejemplo de fe y abnegación.

Entonces, teniendo en cuenta las obras que realizó Nehemías y sus cualidades ¿cómo podemos imitar su ejemplo, pero aplicado a la predicación?

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Como bien han comentado las acciones y vida de Nehemías son un tremendo ejemplo y podemos aplicar sus cualidades en nuestra predicación hoy día, con razón Nehemías expresó las palabras que se encuentran en Nehemías 13:31 B, acá pudo orar apropiadamente: “Acuérdate de mí, sí, oh Dios mío, para bien”. (Ne 13:31 parte B.), al igual que Nehemías podemos tener la certeza de que Jehová se acordará para bien de nosotros si nos ocupamos de lleno en la mejor y mayor obra posible, la de predicar las buenas nuevas por toda la tierra.

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