BANCO DE REACTIVOS FILOSOFIA DE LA EDUCACION

UNIVERSIDAD VERACRUZANA

REGIÓN VERACRUZ – BOCA DEL RÍO

AREA DE HUMANIDADES

FACULTAD DE PEDAGOGÍA

“BANCO DE REACTIVOS DEL SEGUNDO EJE”

ALDAHIR DE LA CRUZ GUZMÁN

“FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN”

JUAN DE DIOS MARTÍNEZ GÓMEZ

BOCA DEL RÍO, VER. MARTES 25 DE ABRIL DEL 2017

UNIDAD 2: LA FIOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN

1. ¿Qué preguntas se plantea –y cuáles no- la filosofía de la educación?

La filosofía formula preguntas peculiares, hasta impertinentes. Una pregunta normal es: ¿Cómo andas de salud?; un interrogante singular, en cambio, es: ¿Qué es la salud?, o bien, ¿para qué es la salud? Otra pregunta coloquial puede ser: ¿Cuánto espacio ocupa este aeropuerto?, mientras que constituye una pregunta casi caprichosa: ¿Qué es el espacio? Los interrogantes peculiares, tan alejados de los emitidos por el hombre de la calle, son como mínimo parientes del quehacer filosófico. Las preguntas filosóficas impertinentes e indecorosas apuntan de lleno, o por el flanco, a la intransferible vida de los hombres. Que sea la salud, o el espacio, o el tiempo, o la existencia, etc.; tiene siempre que ver con nuestras biografías: con nuestra angustia y con nuestra alegría, con nuestra calamidad y nuestra dicha, con nuestra vida y con nuestra muerte. La filosofía no será existencialista, pero difícilmente dejara de ser existencial.

1. Explicita las tareas de la filosofía de la educación:

1. Analizar el lenguaje educativo:

El análisis del lenguaje constituye una forma filosófica de enfrentarse con el objeto educacional. No se reduce la filosofía, según creemos, a tales análisis, pero estos le son indispensables. Al fin y al cabo, filosofar es inquirir que se dice con las palabras sintácticamente organizadas que alguien profiere. “El derecho a la educación es un derecho natural”; es necesario precisar semánticamente tal enunciado para saber que nos ha querido decir; den otras suerte nos quedamos despistados. Sin entrar en el significado de “derecho”, la palabra “natural” puede significar una prescripción moral o un mero sentimiento del hablante y hasta podría referirse a una constatación fáctica. Si no se reflexiona sobre el uso del vocabulario, el discurso emitido puede caer en el plano de la pura interjección so capa de grandilocuencia.

Los hombres hablan y comunican sus pensamientos a los semejantes. El lenguaje es específico de los seres humanos, constituyéndose en síntoma de la vida interior, del espíritu, de la racionalidad, del “logos” que designa a la vez palabra y razón. Cada pieza del lenguaje es un signo que deja al descubierto cierto sentido, el cual transciende la materialidad del mismo signo.

Tratándose del lenguaje educativo, el tipo de análisis filosófico más pertinente es aquel que labora en lenguajes comunes. Al fin y al cabo, el lenguaje de la educación coincide con el de la vida corriente. Sin embargo, se mezclan a tales expresiones coloquiales no pocos elementos de lenguajes científicos, pertenecientes a la psicología, a la biología, a la estadística, etc.

1. Indicar el sentido general del proceso educador:

La tarea educativa se lleva a cabo con el objetivo de realizar algún proyecto ya sea explicito o implícito. Por eso la educación tiene cinco fines básicos que son: proporcionar las habilidades mínimas (depende del tema), fomentar la capacitación laboral, despertar el deseo por el conocimiento, desarrollar una perspectiva crítica y estimular el aprecio por las realizaciones humanas. Pero estas finalidades (según O’ Connor) no son la base para inspirar los sistemas educativos, sino que estas son las finalidades mas aceptadas por la mayoría de las personas interesadas en los temas de educación. Para que el proceso educativo resulte ser mas practico, este debe incluir elementos no científicos. Pues los elementos científicos y métodos tecnológicos como lo utópico deben cumplir el papel de enlazar y darle una forma definida a los varios procesos educativos.

El proceso educativo busca exponer tal y como son todos los elementos que se encuentran en la educación, ubicarlos por lo que deben representar y tratar, pues los elementos no científicos pueden atrofiar el proceso educativo si no se les miro como elementos no educativos. Lo metafísico resulta peligroso cuando no se trata como algo metafísico. Por lo demás resulta de hecho indispensable.

A pesar de lo que muchos creen, la educación no es un proceso que se aplica sobre la marcha, es todo lo contrario,  se enseña de manera medita y como una meta lejana. Suele educarse de manera objetiva para algo, aun si la consciencia subjetiva no llega al nivel esperado. Tanto el fenómeno educativo como la reflexión pedagógica implican nuestras creencias sobre la totalidad, pues al final el mismo escepticismo es parte de la creencia sobre la totalidad de las cosas. Es en este punto de se debe mencionarse el propósito de la “Weltanschauung” o mejor conocido como “una cosmovisión”, lo que la realidad viene siendo una vista panorámica sobre la realidad, que no siempre es igual para todas las personas. El filosofo que se encarga de estudiar la dirección de un proceso o hecho educativo tiene su propia cosmovisión para entender al hombre, y le basta con reflexionar un poco para encontrar un trasfondo de la concepción antropológica y formular todo lo que el ser humano puede llegar a ser. Emmanuel Kant estableció tres preguntas  que resumen los intereses de la razón especulativa y de la razón práctica, las cuales son: ¿Qué puedo saber?, ¿Qué debo hacer?, ¿Qué me cabe esperar?, lo que confirma que el sentido y el propósito general del proceso educador define de que es capaz el hombre y lo que podrá obtener a través de sus capacidades.

1. Mostrar la estructura educanda del hombre:

Siempre se educa “para”, se caiga en la cuenta de ello o bien desapercibido. La filosofía no solo se ocupa de lo que se quiere decir (análisis lingüísticos), más también de aquello que se quiere (teleología o finalidades). En el terreno educativo, los ciencias empíricas (biología, psicología, sociología, economía e historia) estudian al educando en su naturaleza, en su medio ambiente, en su pretérito; la pedagogía se preocupa de los medios educativos; la filosofía tiene, en cambio, como una de sus tareas principales, la de ocuparse de los fines de la educación. En primer lugar, para mostrarlos aun allí donde se hallaban ocultos, con ánimo de hacer una presentación de los mismos; en un segundo plano, a fin de analizarlos.

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