ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Bautismo Del Espiritu Santo


Enviado por   •  20 de Abril de 2015  •  3.219 Palabras (13 Páginas)  •  249 Visitas

Página 1 de 13

LA ADORACIÓN EN LA IGLESIA CRISTIANA

Yo sé tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente!

Así por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, voy a vomitarte de mi boca.

Porque dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad: y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo.

Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para que te cubras, y no quede al descubierto la vergüenza de tu desnudez: y unge tus ojos con colirio, para que veas.

Yo reprendo y corrijo a todos los que amo: sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Al que venza, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:15-22

COMO IGLESIAS HEMOS llegado al peligroso tiempo predicho hace tanto tiempo. Es una época en la que nos podemos dar palmaditas en la espalda y felicitarnos unos á otros, unirnos al coro: «¡si somos ricos, nos hemos enriquecido, y de ninguna cosa tenemos necesidad!»

Hemos llegado a la tibieza

Hemos puesto nuestra fe en otras cosas: dinero, filosofía,

Hemos puesto las riendas o confiado la continuidad del trabajo de la iglesia en la capacidad de nuestros pastores de ser oradores, en la capacidad de nuestros músicos con canciones bien entonadas y detallistas, en nuestra capacidad de mantener a la gente nueva comodos, hemos llegado al punto de vernos a las caras con una falsa felicidad y sólo darnos palmaditas sin desafiarnos…

Pero nos hemos olvidado de algo… Estarnos carentes, nos hace falta la ofrenda genuina y sagrada de nosotros mismos y de maestra adoración al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

En el mensaje de Apocalipsis, el ángel de la iglesia de Laodicea recibe esta acusación y este llamamiento (3:17. 19):

Dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad... Yo reprendo y corrijo a todos los que amo; sé, pues, celoso, y arrepiéntete.

Mis propias lealtades y responsabilidades están y siempre estarán con las iglesias fuertemente evangélicas, creyentes en la Biblia y que dan honra a Cristo. Nos hemos proyectado adelante. Estamos edificando grandes iglesias y congregaciones. Nos jactamos de elevadas normas y hablamos mucho acerca del avivamiento.

Pero quiero hacer una pregunta, y no es mera retó¬rica: ¿Que le ha sucedido con nosotros? Con los adoradores que estamos llamados a ser?

Donde nos vemos nosotros mismos?? Donde esta nuestra actitud de adoradores, buscando constantemente, velando constantemente, pagando el precio constantemente, dejando que Cristo haga su obra en nosotros

La contestación de muchos es: "Somos ricos y no tenemos necesidad de nada. ¿No dice esto algo acerca de la bendición de Dios?»

¿Sabías que el célebre filósofo Jean-Paul Sartre que es tan citado, describe su dirigirse a la filosofía y a la desesperación como un apartamiento de una iglesia secularista? Dice: «No reconocí en el Dios atrayente que me enseñaban a aquel que estaba esperando por mi alma. Yo necesitaba un Creador: ¡me dieron un gran negociante!»

No estamos preocupándonos como deberíamos por la imagen que verdaderamente proyectamos a la comunidad que nos rodea. AI menos, no cuando profesamos pertenecer a Jesucristo y seguimos fallando en exhibir Su amor y compasión como debiéramos. O nos vamos al otro lado al ser permisivos y tener una actitud de irresponsabilidad en nuestro cristianismo y nos olvidamos que como nueva criatura tenemos que resistir al diablo, resistir la tentación!

Algunos hemos ganado la reputación de ser «tigres», grandes luchadores por la verdad. Nuestras manos están llenas de callos por los guanteletes de bronce que hemos llevado al golpear a los liberales. Por causa del significado de nuestra fe cristiana para un mundo perdido, estamos obligados a mantenemos por la verdad y a contender por la fe cuan¬do ello es necesario.

Pero hay un camino mejor, incluso en nuestros tratos con los liberales en fe y en teología. Podemos hacer mucho más por ellos asemejándonos a Cristo que lo que podemos hacer batiéndolos en la cabeza, en sentido figurado, con nuestros nudillos.

Los liberales nos dicen que no pueden creer la Biblia. Nos dicen que no pueden creer que Jesucristo fue el unigénito Hijo de Dios. Al menos, la mayoría de ellos son honrados acerca de ello. Por otra parte, estoy seguro de que no vamos a hacer que doblen la rodilla maldiciéndolos. Si somos conducidos por el Espíritu de Dios y si mostramos el amor de Dios que este mundo necesita, nos transformamos en «santos atrayentes».

Lo extraño y maravilloso acerca de esto es que los santos verdaderamente atrayentes y amantes ni siquiera conocen su atractivo. Los grandes santos del pasado no sabían que eran grandes santos. Si alguien se lo hubiera dicho no lo hubieran creído, pero los que estaban a su alrededor sabían que Jesús estaba viviendo Su vida en ellos.

Creo que nos unimos al grupo de los santos atrayentes cuando se nos hacen claros los propósitos de Dios en Cristo. Nos unimos a este grupo cuando comenzamos a adorar a- Dios por ser Él quien es,

A veces los cristianos evangélicos parecen confusos e inciertos acerca de la naturaleza de Dios y de Sus propó¬sitos en creación y redención. En tales casos, los pre¬dicadores son a menudo los culpables. Sigue habiendo predicadores y maestros que dicen que Cristo murió para que no bebiéramos, no fumáramos y no fuéramos al teatro, ¡No es para asombrarse que la gente esté confundida!

No es para asombrarse que se habitúen a recaer cuando tales cosas son las que se les presenta como la razón para la salvación.

¡Jesús nació de una virgen, sufrió bajo Poncio Pilato, murió en la cruz y resucitó de la tumba para transformar a los rebeldes en adoradores! Lo ha hecho todo de gracia. Nosotros somos los que recibimos de ella.

Puede que esto no suene a dramático, pero es la reve¬lación de Dios y el camino de Dios.

Otro

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (19.3 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com