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ESPIRITU SANTO


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  2.575 Palabras (11 Páginas)  •  257 Visitas

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ESPIRITU SANTO

Es verdad que Jesús se refirió al espíritu santo como un “ayudante” o consolador y dijo que tal ayudante ‘enseñaría’, ‘daría testimonio’, ‘daría evidencia’, ‘guiaría’, ‘hablaría’, ‘oiría’ y ‘recibiría’. Además, según el griego original, Jesús usó a veces el pronombre personal masculino para referirse a ese “ayudante” (paráclito). (Compárese con Jn 14:16, 17, 26; 15:26; 16:7-15.) Sin embargo, no es raro que en las Escrituras se personifique algo que en realidad no es una persona. En el libro de Proverbios (1:20-33; 8:1-36) se personifica a la sabiduría, y en el hebreo original, así como en las traducciones españolas, se le da el género femenino. La sabiduría también está personificada en Mateo 11:19 y Lucas 7:35 y se dice que tiene “obras” e “hijos”. Cuando el apóstol Pablo habla del pecado, la muerte y la bondad inmerecida, los personifica como “reyes”. (Ro 5:14, 17, 21; 6:12.) Dijo que el pecado ‘recibía incentivo’, ‘obraba codicia’, ‘seducía’ y ‘mataba’. (Ro 7:8-11.) Sin embargo, es obvio que Pablo no quería decir que el pecado fuese en realidad una persona.

De igual manera, las palabras de Jesús registradas en Juan con respecto al espíritu santo deben considerarse teniendo en cuenta el contexto. Jesús personificó al espíritu santo cuando dijo que era “un ayudante”, que en griego es el sustantivo masculino pa•rá•klē•tos. Por lo tanto, es apropiado que cuando Juan menciona las palabras de Jesús, utilice pronombres personales masculinos para referirse al espíritu santo en su función de “ayudante”. Por otro lado, cuando, también con referencia al espíritu santo, se utiliza la palabra griega pnéu•ma en el mismo contexto, Juan emplea un pronombre neutro, ya que pnéu•ma es neutro. Por consiguiente, el uso del pronombre personal en masculino con pa•rá•klē•tos es un ejemplo de conformidad a las reglas gramaticales, no de doctrina. (Jn 14:16, 17; 16:7, 8.)

Falta la identificación personal. Como Dios mismo es un Espíritu y es santo, y como todos sus hijos angélicos fieles son espíritus y son santos, es lógico que si el “espíritu santo” fuese una persona, de algún modo las Escrituras permitirían identificar y distinguir a tal persona espíritu de todos los demás ‘espíritus santos’. Se esperaría que, al menos, el artículo definido se usase con esta expresión en todos los casos donde no se le llamase “espíritu santo de Dios” o no estuviese modificado por alguna expresión similar. Por lo menos esto lo distinguiría como EL Espíritu Santo. Pero, por el contrario, en muchos casos la expresión “espíritu santo” aparece en el griego original sin el artículo, lo que indica que no se trata de una persona. (Compárese con Hch 6:3, 5; 7:55; 8:15, 17, 19; 9:17; 11:24; 13:9, 52; 19:2; Ro 9:1; 14:17; 15:13, 16, 19; 1Co 12:3; Heb 2:4; 6:4; 2Pe 1:21; Jud 20, Int y otras traducciones interlineales.)

¿Qué significa bautizarse en su “nombre”? En Mateo 28:19 se hace referencia al “nombre del Padre y del Hijo y del espíritu santo”. La palabra “nombre” puede significar más que solo un nombre personal. Cuando en español decimos “en el nombre de la ley” o “en el nombre de la justicia”, no usamos “nombre” para referirnos a una persona, sino a ‘lo que la ley representa o a su autoridad’ y ‘lo que la justicia representa o exige’. El término griego para “nombre” (ó•no•ma) también puede tener este sentido. Por lo tanto, aunque algunas traducciones (Mod, Besson) traducen literalmente el texto griego en Mateo 10:41 literalmente y dicen que el que “recibe a un profeta ennombre de profeta, galardón de profeta recibirá; y el que recibe a un justo ennombre de justo, galardón de justo recibirá”, otras leen: “Recibe a un profetaporque es profeta” y “reciba a un justo porque es justo”, o algo similar (BJ, RH,Val, NM). Así, la obra Imágenes verbales en el Nuevo Testamento (de A. T. Robertson, 1988, vol. 1, pág. 254) comenta sobre Mateo 28:19: “El empleo de nombre ([griego] onoma) aquí es común en la LXX y en los papiros para denotar poder o autoridad”. Por consiguiente, el bautismo ‘en el nombre del espíritu santo’ implica reconocer que ese espíritu proviene de Dios y obra según la voluntad divina.

Otra prueba de su naturaleza impersonal. Otra prueba de que el espíritu santo no es una persona es que se le equipara a otras cosas impersonales, como el agua y el fuego. (Mt 3:11; Mr 1:8.) Por otra parte, se dice que los cristianos son bautizados “en espíritu santo”. (Hch 1:5; 11:16.) Se exhorta a que las personas se ‘llenen de espíritu’ en lugar de vino. (Ef 5:18.) También se habla de personas que se ‘llenan’ de espíritu y de cualidades como la sabiduría y la fe (Hch 6:3, 5; 11:24) o el gozo (Hch 13:52), y el espíritu santo se intercala entre varias de tales cualidades en 2 Corintios 6:6. Es muy poco probable que se dijera esto del espíritu santo si fuera una persona divina. En cuanto a que el espíritu ‘da testimonio’ (Hch 5:32; 20:23), puede notarse que lo mismo se dice del “agua y la sangre” en 1 Juan 5:6-8. Aunque en algunos textos se afirma que el espíritu ‘testifica’, ‘habla’ o ‘dice’ cosas, en otros se aclara que hablaba a través de personas, que no tenía ninguna voz personal propia. (Compárese con Heb 3:7; 10:15-17; Sl 95:7; Jer 31:33, 34; Hch 19:2-6; 21:4; 28:25.) Por lo tanto, puede comparársele a las ondas de radio que transmiten un mensaje de una persona que habla por un micrófono a otras personas que están a gran distancia, en realidad, ‘hablando’ el mensaje por medio de un altavoz de radio. Mediante su espíritu, Dios transmite sus mensajes y comunica su voluntad a la mente y el corazón de sus siervos en la Tierra, quienes a su vez pueden transmitirlos a otros.

Ooo y respecto a lo que dice en el video de que la salvación es x fe no por obras mira lo que dice la biblia en Santiago 2:26

Y el espíritu santo no es un Dios como lo menciona ahí yo creo si sabes bien lo que dice la biblia de la idolatría

El espíritu santo nos consuela

11 Durante la última noche que pasó con sus apóstoles antes de su muerte expiatoria, Jesús les habló de otra fuente de consuelo provista por su Padre celestial. Dijo: “Yo pediré al Padre, y él les dará otro ayudante [o consolador; griego, pa•rá•kle•tos] que esté con ustedes para siempre, el espíritu de la verdad”. Además les prometió: “El ayudante, el espíritu santo, [...] les enseñará todas las cosas y les hará recordar todas las cosas que les he dicho” (Juan 14:16, 17, 26). Pero ¿de qué maneras concretas los confortó

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