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CAFÉ FILOSOFICO: DE SOCRATES A JUAN VALDEZ


Enviado por   •  1 de Mayo de 2021  •  Trabajos  •  729 Palabras (3 Páginas)  •  76 Visitas

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CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS - UNIMINUTO SP

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA

CAFÉ FILOSOFICO: DE SOCRATES A JUAN VALDEZ

           TEXTO: Pendergrast M. (2001). El Café. Historia de la semilla que cambió el mundo. Editorial B Argentina, S.A.

 

Elaboró: Johan Esteban Castillo Chamorro

Fecha: 21/02/2021

CATEGORÍAS[1]

Hermenéutica textual (Interpretación)

Un mundo desconocido

“El historiador Gibbon afirmó: <<Rodeados por todas partes por los enemigos de su religión los etíopes durmieron durante casi mil años, sin pensar en el mundo que los había olvidado.>> Igualmente olvidada—o aún no descubierta—estaba la bebida que ahora llamamos café” (pág. 25/26)

Aquí se hace una comparación entre lo olvidados que estaban los etíopes, con lo olvidado que estaba el café, el cual posteriormente sería un gran descubrimiento.

Rompiendo las reglas para bien

“Debido a que el comercio de café se había convertido en una importante fuente de ingresos, los turcos guardaban celosamente su monopolio sobre el cultivo de cafetos en Yemen. Las únicas semillas que podían salir del país eran remojadas previamente en agua hirviendo o parcialmente tostadas para impedir su germinación. Estas precauciones fueron burladas, por supuesto.” (pág. 29)

Menciona que las reglas que habían estipulado para evitar la germinación del café en otros lugares fueron burladas, algo que de cierta manera era inevitable y que ayudó a que el café se expandiera hacia otros lados del mundo, inclusive al mundo occidental.

Beneficio

“El papa Clemente VIII, que murió en 1605 supuestamente probó la bebida musulmana a instancias de sus sacerdotes, que querían que la prohibiera. <<Vaya—dijo—, esta bebida satánica es tan deliciosa que sería una pena dejar que los infieles tuvieran su uso exclusivo. Embaucaremos a Satán, bautizándola y convirtiéndola en una bebida auténticamente cristiana.>>” (pág. 29/30)

“El historiador francés Michelet describió la llegada del café como <<la prometedora revolución de los tiempos, el gran acontecimiento que creó nuevas costumbres e incluso modificó el temperamento humano>>. El café disminuyó el consumo de alcohol y las cafeterías proporcionaron un maravilloso caldo intelectual que definitivamente dio origen a la Revolución francesa.” (pág. 30/31)

Una bebida con todos los beneficios que menciona Michelet y de un sabor tan delicioso, no podía ser satánica, por ello el papa Clemente VIII la declaró una bebida auténticamente cristiana, para que todos los creyentes la pudieran tomar sin remordimiento.

La amabilidad en una bebida

“Las cafeterías proporcionaron a Inglaterra el primer lugar de reunión igualitario, donde se suponía que un hombre podía dialogar con sus vecinos de mesa, los conociera o no.” (pág. 34)

“Cincuenta años más tarde, otro comentarista señalaba que <<la costumbre de beber café ha originado una mayor sensatez entre las naciones; porque antes los primeros aprendices y los empleados solían recurrir a la cerveza o el vino para el trago de la mañana, lo cual debido al mareo que causan, los volvía poco aptos en el desempeño de su trabajo. En cambio, ahora suelen hacer el papel de buenos compañeros en esta civilizada manera de beber>>.

No puede decirse que las cafeterías fueran precisamente antros de exaltación espiritual sino más bien lugares caóticos hediondos llenos de actividad y de capitalistas.” (pág. 35)

Con esto podemos observar que el café y las cafeterías principalmente volvían a las personas más aptas en cuanto a la capacidad de socializar y de tener una comunicación amena con otra persona, la conociera o no. Aunque Por otra parte el texto menciona que en las cafeterías era muy común el caos ya que estaba lleno de actividad y de capitalistas.

El café como una bebida capitalista

“La creciente popularidad del café complementó y sustentó la revolución industrial, que se inició en Gran Bretaña durante el siglo XVIII y se fue extendiendo a otros lugares de Europa y Estados Unidos a principios del siglo XIX. El desarrollo del sistema de fábricas transformó vidas, actitudes y hábitos alimenticios. La mayor parte de la gente había trabajado anteriormente en su casa o en oficios rurales. No habían dividido su tiempo tan estrictamente entre el trabajo y el ocio coma y en buena parte eran sus propios patrones.” (pág. 38)

Con esto podemos concluir que el café de cierta manera es una bebida capitalista, ya que como lo menciona el texto, fue una pieza clave en la revolución industrial. También cabe aclarar que gracias a la revolución industrial muchas vidas de trabajadores dieron un giro drástico, ya sea para bien o mal, y esto de cierta forma fue producto del café.

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