CIVILIDAD Y DEMOCRACIA

Introducción:

Civilidad y democracia palabras con un fuerte sentido de responsabilidad, ya que la democracia nos ínsita a la participación, eligiendo a nuestros representantes políticos mediante un movimiento social-político como lo son las votaciones electorales. La democracia es definida por la sociedad como “poder del pueblo”, a su vez organiza a un conjunto de individuos mediante reglas de conducta para la convivencia ordenada, social y políticamente, para que la democracia sea real debe tener: soberanía popular, libertad e igualdad, asegurando a los ciudadanos con derechos y obligaciones dando el poder de respuesta que puede ser una respuesta positiva (aceptación a la propuesta) o negativa (rechazo a la propuesta). Por su parte la democracia no existiera sin la civilidad ya que está regida por la sociedad civil; la civilidad está definida como la conducta del buen ciudadano, el estado la protege siendo un fundamento para las virtudes cívicas reconociendo a las personas como miembros de la sociedad civil y, como tal sufre modificaciones porque es una cualidad hereditaria que pasa de generación en generación a través de los valores que engloba la civilidad, así, concibiendo una nueva sociedad activa. La apatía de la sociedad deja a un costado tanto a la democracia como a la civilidad provocando una aristocracia (estructura política vertical donde los derechos y obligaciones se dan en función del estatus social) aunque sea antónimo de democracia, y dejando una civilidad a medias con desinterés social haciendo de estas actitudes teorías que no llegan a concretarse en la práctica completa. Orillando al ciudadano a desentenderse de toda responsabilidad social y política. Según Aristóteles decía que la sociedad armónica consistía en una asociación armónica y equilibrada pero solo era totalmente completa cuando era reciproca entre los ciudadanos, mientras que Locke y Rousseau la expresan de una manera más pujante, describieron que la democracia y la civilidad no son algo natural sino que se va construyendo históricamente ya que ambas tienden a revolucionar y evolucionar pensamientos y actos de ciudadanos, reglamentando no impidiendo, aconsejando mas no imponiendo.

Hablando de civilidad, esta palabra que nos lleva a reflexionar sobre las cualidades sociales y conductas de buen ciudadano; es decir, la civilidad evoluciona y se hereda mediante la práctica de generaciones y su modificación se va construyendo en un acto paulatino, llegando a la práctica por revoluciones liberales siendo la contrapuesta de la sociedad política, haciendo referencia a los derechos y obligaciones entre las personas de manera reciproca. Por su parte está regida por valores morales y éticos, proponiendo una sociedad armónica pero sin dejar de lado las responsabilidades que se tienen ante el estado, nos hacen libres dentro del margen normativo de las leyes del estado que vienen en la constitución política de la republica porque esta cualidad no tiene barrera ni idioma, es para todos, creada por todos ya que es creada por nosotros mismos, siendo transmitida por los antepasados de cada familia en cada rincón del mundo haciendo cada día un mejor mundo, más organizado, menos violento y capaz de salir adelante, con una mejor organización y sentido de solidaridad donde todos seamos participes de tal acontecimiento mundial.

Sin dejar de lado la democracia que social y políticamente nos rige y nos invita a ser parte de las decisiones del pueblo que como su definición dice, sistema de gobierno donde el pueblo ejerce la soberanía mediante la elección libre de sus dirigentes o como en Atenas se definía “poder del pueblo” (demos –pueblo y kratos- poder o gobierno) ya que en Atenas fue donde comenzó a emplearse en el siglo V a.c. Este concepto se entiende como conjunto de reglas que determinan la conducta para convivir ordenadamente de una forma política y social que en su práctica es una forma de gobierno y organiza un estado.

La democracia en esencia tiene parte de filosofía

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