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Cartas A Quien Pretende Enseñar


Enviado por   •  16 de Abril de 2015  •  1.072 Palabras (5 Páginas)  •  164 Visitas

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Cartas a quien pretende enseñar

Por Paulo Freire.

“Enseñar exige escuchar”

de Paulo Freire.

Primera carta: “Enseñar – aprender”

Para poder enseñar se necesita de varios autores de los cuales está el enseñante y el que aprende. El enseñar no podría existir sin el aprender, el cual lleva al acto de enseñar, exige la existencia de quien enseña y de quien aprende.

Por lo cual nos lleva a que siempre hay algo diferente para hacer en nuestra vida. Cada momento que vivimos vamos aprendiendo ya sea por medio del maestro, la experiencia o la curiosidad que cada individuo tiene. Pero el papel que juego el maestro es importante, ya que él se encarga se transmitir el conocimiento que el alumno va a adquirir pero por medio de diferentes métodos o estrategias. Además que por medio de las experiencias que los alumnos van teniendo a diario es para aprender algo nuevo y así poder ponerlo en práctica. La responsabilidad ética, política y profesional del educador le impone el deber de prepararse, de capacitarse, de graduarse antes de iniciar su actividad docente.

Segunda carta: “No permita que el miedo a la dificultad lo paraliza”.

"Miedo", según la definición del Diccionario Aurelio, es un "sentimiento de inquietud frente a la idea de un peligro real o imaginario". El miedo puede causar varios problemas en la personalidad, a nosotros como docentes el miedo podría significar el caos del futuro o simplemente el fin de algo que apenas va a iniciar. Por lo cual como docente no está preparado espiritualmente o no tiene todavía sus ideas claras.

De ahí deriva el pánico, el cual no estaría preparado para enseñar. No se sabe su contenido o simplemente no sabría cómo contestar una pregunta que uno mismo se la hace. De igual manera es aplicable cuando nos encontramos en situaciones difíciles para poder enseñar. Enseñar a un niño extranjero, con capacidades diferentes o laborar en una escuela unitaria. Nuestra zona de confort como docentes es muy cambiable, casi siempre estaremos sujetos a estas situaciones pero vale la pena intentar salir adelante y festejar nuestros logros.

Tercera carta: “Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad”

Muchas ocasiones el curso de magisterio se ha tomado como última opción o la única opción posible, ya que varios factores hay en juego por lo cual son: no me quede en otra carrera y ni modos me tengo que quedar con esta, no tengo dinero para costearte mucho, etc.

Pero aunque sea por obligación o simplemente económico o no, hay que dar siempre lo mejor de nosotros porque como dicen los maestro. “el futuro está en nuestras manos” lo que hagamos para bien o para mal será nuestra responsabilidad o nuestra culpa por haber ocasionado. No despreciar la carrera docente ya que si lo hacemos, incluiremos a la sociedad misma de igual manera al menosprecio y a la desvalorización.

Cuarta carta: “De las cualidades indispensables para el mejor desempeño de las maestras y los maestros progresistas”.

Para poder tener un mejor desempeño en nuestro grupo, nosotros como docentes tenemos que tener las siguientes cualidades: la humildad, la amorosidad, la tolerancia, la decisión, la seguridad, la tensión entre la paciencia y la impaciencia y la alegría de vivir. Daca uno de las cualidades juega un papel importante ya que es como nosotros como docentes nos desenvolvemos ante los alumnos.

Saber en qué momento usar estas cualidades es importante pues habrá ocasiones en las que tengamos que ser firmes con nuestros alumnos para el bien de ellos mismos. Sobretodo poner conjuntamente con los padres de familia qué es lo más importante; es decir, los niños.

Quinta carta: “Primer día de clases”

¿Quién no ha sentido nervios el primer día de clases? ¿Quién no ha tenido miedos el primer día de clases? El primer día de clases se experimenta muchas emociones de las cuales si no tenemos un control de ellas nos podrían ocasionar problemas o buenas cosas. La primera experiencia en frente a un grupo como olvidar ese día cuando experimentaste todas emociones.

Sexta carta: “De las relaciones entre la educadora y los educadores”.

Aquí implementa como se da la relación del educador(a) con los alumnos, como nosotros como docentes vamos a implementar dicha relación y no solo con ellos sino con los demás maestros, autoridades y padres de familia de la comunidad.

Séptima carta: “De hablarle al educando a hablarle a él y con él; de oír al educando a ser oído por él”.

Hablar a y con los educandos es una forma sin pretensiones pero altamente positiva que la maestra democrática tiene de dar, dentro de su escuela, su contribución a la formación de ciudadanos y ciudadanas responsables y críticos.

Hablar a y con los educandos es una forma sin pretensiones pero altamente positiva que la maestra democrática tiene de dar, dentro de su escuela, su contribución a la formación de ciudadanos y ciudadanas responsables y críticos.

Octava carta: “Identidad cultural y educación”.

"Estamos programados, pero para aprender", dice Jacob.

Sea como educador o educando, en la práctica educativa. Y de la identidad entendida esta relación contradictoria que somos nosotros mismos entre lo que heredamos y lo que adquirimos. Relación contradictoria en la que a veces lo que adquirimos en nuestras experiencias sociales, culturales, de clase, ideológicas, interfiere vigorosamente a través del poder de los intereses, de las emociones, de los sentimientos, de los deseos, de lo que se viene llamando "la fuerza del corazón”.

Novena carta: “Contexto concreto, contexto teórico”.

En el contexto concreto actuamos con una serie de conocimientos que tenemos pero no los usamos, ya que no tenemos conciencia de que realmente los tenemos (hábitos automatizados).

En teoría la escuela ofrece una relación democrática entre los participantes del aula que coarta la expresión de los alumnos, ya que muchas veces estos no pueden entregar opiniones por temor a ser castigados pasándose a llevar las libertades de expresión de los estudiantes.

Decima carta: “Una vez más, la cuestión es la disciplina”.

Los educandos debemos construir en sí mismos con la colaboración de la educadora. Disciplina sin la cual no se crea el trabajo intelectual, la lectura seria de los textos, la escritura cuidada, la observación y el análisis de los hechos, el establecimiento de las relaciones entre ellos.

¿Cuándo es bueno tener disciplina y libertad? ¿Cómo se pueden llevar al mismo tiempo sin afectar al niño en su conducta? Es en este movimiento de ida y vuelta como la libertad acaba por interiorizar la autoridad y se transforma en una libertad con autoridad, única manera de respetar la libertad, en cuanto autoridad.

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