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Cartas A Quien Pretende Enseñar


Enviado por   •  1 de Junio de 2015  •  1.831 Palabras (8 Páginas)  •  126 Visitas

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CARTAS A QUIEN PRETENDE ENSEÑAR PAULO FRAIRE

Introducción:

En este presente ensayo se describirá el libro “Cartas a quien pretende enseñar” de Paulo Freire. Inicialmente se enfocara en la descripción y posteriormente al estudio y análisis de los diez escritos del autor, las cuales están dirigidos a los educadores. Con la intención de aportar a favor de una escuela democrática.

Desarrollo:

Paulo Freire nace en 1921 en Recife (Brasil). Se interesó por la educación de las poblaciones pobres de su región. Tras haber realizado estudios jurídicos, desarrolló un “sistema” de enseñanza para todos los niveles de educación. Los fundamentos de su sistema se basan en el entorno de los alumnos. Freire supone que los educandos tienen que entender su propia realidad como parte de su actividad de aprendizaje. No basta con suponer que un estudiante sabe leer la frase “Eva ha visto un racimo de uvas”. El estudiante debe aprender a entender a Eva en su contexto social, descubrir quién ha trabajado para producir el racimo y quién se ha beneficiado de este trabajo. Fallece en Sâo Paulo, a los 75 años, de un infarto de miocardio.

Deja un legado de ideas y prácticas. Para introducirnos a las ideas de Freire, primeramente aclarare que Paulo Freire interpreta a la escuela democrática.

“Como una escuela centrada en el educando y a través de una práctica pedagógica. Se plantea pasar de la conciencia mágico-ingenua a la conciencia crítica fomentadora de transformaciones sociales.”

• Primera Carta: Enseñar-aprender. Lectura del mundo-lectura de la palabra.

En el mismo tiempo en el que educador enseña, el educando enseña al educador y ambos aprenden, la verdadera enseñanza se interrelaciona con el aprendizaje.

El educador debe estar dispuesto a enseñar tanto igual dispuesto a aprender, es la verdadera actitud que un educador debe tomar “el profesor no es una computadora que lo sabe todo, sino es un ser programado para aprender” y este verdadero sentido de enseñar y aprender debe hacerse de forma abierta y critica.

Ya que al estudiar es una preparación y a su vez implica una lectura, Pero leer y el estudiar no es un ejercicio de memorización mecánica de ciertos fragmentos de texto.

Si no que se trata de un estudio y una lectura crítica, porque si no estaríamos repitiendo lo mismas ideas de todos los autores, no seriamos humano si solo repetimos, seriamos maquinas en la que se almacenan solo conocimiento de una manera pasiva.

Al estudio-lectura crítica y la escritura. Implica una enseñanza crítica que necesariamente requiere una forma crítica de comprender y de realizar la lectura de la palabra y la lectura del mundo, la lectura del texto y la lectura del contexto.

Según Freire:

“Leer un libro no es pasear por las palabras. Es releerlo, es reescribirlo. No enseñar a los niños que leer y escribir son casi la misma cosa desde el punto de vista del ejercicio intelectual y humano es un gran error”

• Segunda Carta: No permita que el miedo a la dificultad lo paralice.

Cerremos los ojos y pensemos en el miedo que alguna vez temimos en el pasado, por ejemplo nuestro primer día de clases como educador, la cuestión de lo difícil, y el miedo que nos provoca.

La cuestión que aquí se planteada no es en negar el miedo, aun cuando el peligro que lo genera sea ficticio. El miedo en sí, sin embargo es concreto.

La cuestión que se presenta es la de no permitir que el miedo nos paralice o nos persuada fácilmente de desistir de enfrentar la situación desafiante sin lucha y sin esfuerzo.

El miedo es provocado por alguna dificultad que tengamos, pero la dificultad esta siempre relacionada con la capacidad de respuesta del sujeto que teme.

El peor error más terrible es retroceder al primer obstáculo que se nos presente, el miedo es un derecho, que nos exige valentía. Pero no debemos dejar que nos paralice en nuestra labor como educadores.

• Tercera Carta: “Vine a hacer el curso de magisterio porque no tuve otra posibilidad”.

Escuche una vez que decir en una reunión de padres de familias de una promoción escolar. Cual decía, que si mi hijo no logra ingresar a la universidad, entonces estudiara para profesor.

Muchas veces hemos escuchado decir estas palabras de la misma forma u otra, pero siempre con el mismo sentido.

La práctica educativa de la que hablamos no puede ser tomada como última opción para una persona que pretende iniciar una carrera profesional, por el contrario el ser educador es serio. Por qué tratamos y trabajamos con gente, con niños, que son seres humanos, en el que participamos en su formación como persona. Podemos ayudar al educando o perjudicarlo,

Podemos contribuir a su fracaso con nuestra incompetencia e irresponsabilidad. Pero también podemos ayudar con nuestra constante preparación y con el gusto de enseñar tomándolo con mucha seriedad y compromiso.

Por eso no se puede formar a una persona como docente solo porque no tuvo otra oportunidad, de raíz estamos formando un exterminador de educando.

Me atrevo a decir que la carrera de ser educador es subestima por la sociedad y sus políticas, con el injusto salario. Preguntándome a mí mismo: ¿La tarea de un profesor (da) es importante?, ¿El salario que percibe es digno? ¿La sociedad reconoce la importancia de esta profesión?.

• Cuarta Carta: De las cualidades indispensables para el mejor desempeño de las maestras y los maestros progresistas.

Las cualidades para un profesor progresista están sujetas con las prácticas coherentes con la opción política de una naturaleza crítica del educador, por eso mismo las cualidades no algo con la que nacemos.

La humildad no es una cualidad vinculada a la falta de respeto por uno mismo o cobardía, más aun nos exige valentía confianza en nosotros mismo.

La humildad nos ayuda a reconocer que no lo sabemos todo, sin humildad difícilmente podremos escuchar a nuestros alumnos. Ser humilde significa estoy abierto a enseñar y aprender.

La morosidad una cualidad que si no está presente en el educador su labor pierde significado. Se habla de tener una morosidad no solo por los alumnos sino por el proceso de enseñar.

La tolerancia no significa ser tolerante con algunos, si no saber convivir con los que son diferentes, estar abierto a aprender cosas diferentes, aceptarlos y respetarlo tal como es.

• Quinta Carta: Primer día de clase.

El educador estará sometida constante mente al miedo, y la mejor opción no es ocultarlo. De hecho el miedo no es un derecho más que corresponde el deber de educar, se debe iniciar primero por asumirlo y superarlo. Por qué asumiendo el miedo podremos lograr su superación.

Lo que nos plantea en este escrito Paulo Freire:

Que lo mejor es decirle a los educados lo que estamos sintiendo en una demostración de que somos humanos y limitados. Hablándoles que todo ser tiene miedo y es un derecho que nos exige valentía.

Y demostrarle que el educador no es un ser invulnerable, tiene emociones y sentimientos como el educando. En vez de tratar de esconder nuestro miedo con autoritarismo.

Un punto muy importante que menciona Freire en este escrito, estoy de acuerdo al a hacer saber que el educador es un ser humano, frente al educando.

Por qué no podemos educar a niños con mentiras, que piensan que su maestra no tiene emociones. La educadora debe despertar el humanismo del educando como parte de un proceso de formación.

• Sexta Carta: De las relaciones entre la educadora y los educandos.

En este sexto escrito abarcaremos las relaciones entre la educadora y los educandos.

Las relaciones que se tiende en cuesta en la hora de hablar de estas relaciones: la enseñanza, el aprendizaje, el proceso de conocer-enseñar-aprender, la autoridad la libertad.

Referidos al discurso que transmite el docente hacia los alumnos las cuales deben ser coherente y permanentes. Entre el decir y el hacer siendo el ultimo el más fuerte.

Tienes que ser abierto a cambios como la participación de los educandos en un ámbito democrático y con respeto.

Un maestro debe ser una imagen de autoridad, firmeza y seguridad y orden sin sobre pasar los limites en respeto mutuo en el aula. El maestro debe inclinarse siempre al lado de la justicia, la libertad.

• Séptima Carta: De hablarle al educando a hablarle a él y con él; de oír al educando a ser oído por él.

Debemos vivir en un contexto equilibrado y armonioso entre hablarle al educado y hablar con él.

Esto quiere decir que hay momentos en los que la maestra, como autoridad, le habla al educando, dice lo que debe ser hecho, establece límites sin los cuales la propia libertad del educando se pierde en la permisividad, pero estos momentos se alternan, según la opción política de la educadora, con otros en los que la educadora habla con el educando.

El hablar con el educado ayuda a preparar el oído del educando, el hablar con él también le enseñamos a escuchar. En la que formamos cuídanos crítico y respetuoso y abierto ante la diversidad.

• Octava carta: Identidad cultural y educación.

En este noveno escrito se aclara la importancia de la identidad de cada uno de nosotros como sujeto, ya sea como educador o educando, en la práctica educativa.

Ya que la identidad de los educando tiene que ver con las cuestiones fundamentales del plan de estudios, tanto el oculto como el explícito, y obviamente con cuestiones de enseñanza y de aprendizaje.

Cabe mencionar que debemos ser humildad para aceptar y vivir en la interculturalidad y diversidad. Respetando y aceptando a las personas y su cultura.

Y para iniciar el respeto a la identidad cultural de los educandos, él primer paso a dar en dirección a ese respeto es el reconocimiento de nuestra identidad.

• Novena carta: Contexto concreto-contexto teórico. (Relación teoría y práctica)

Estos dos elementos se asumen como una interacción capital, en la que la práctica adquiere un papel relevante, por lo que debe ser sabida y debe ser objeto de saber.

De tal forma, plantea una ciencia de la práctica, lo cual le lleva a afirmar que la ciencia descubre verdades acerca del mundo. La práctica y la teoría, deben entablar una relación de diálogo, no de oposición, pues son complementarias.

Pero no solo debemos estar abierto a la realidad teórica, que ella ofrece si no que también el educador debe estar dispuesto a que los alumnos aprendan las relaciones que encuentra en el contexto concretos de ellos mismos.

• Décima Carta: Una vez más, la cuestión de la disciplina.

Es importante que las cualidades del docente que se comentaron en las anteriores cartas se desarrollen para que exista disciplina.

Para que haya disciplina es preciso que exista una libertad pero no una libertad en decir que no. Sino una libertad con autoridad.

Cuando nosotros respetemos a la persona independientemente de sus sexo, color, o cultura. Estaremos forjando en nuestro mismo la disciplina intelectual.

Ya que la disciplina juega un papel importante para que aprendizaje se logre alcanzar a su mayor éxito.

Conclusión:

Los siguientes aportes se deben de ser una propuesta que se debe aplicar en la práctica educativa.

• Respeto al educando y su saber.

• Reconocer su realidad como parte de partida para su enseñanza.

• Es importante escuchar al educando y saber hablar al educado.

• Demostrar que somos seres humanos con emociones y sentimientos.

• Educar al miedo y no esconderlo con autoritarismo.

• Identificar primero nuestra identidad cultural como educador par luego educar al educando.

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