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Concepción De Dios De Spinoza


Enviado por   •  7 de Octubre de 2014  •  2.254 Palabras (10 Páginas)  •  382 Visitas

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LA CONCEPCIÓN DE DIOS DE BARUCH DE SPINOZA:

Spinoza, como bien conocemos, era un filósofo de tendencias panteístas, mismas tendencias fueron las que hicieron que haya sido excomulgado por los rabinos de su tiempo. Baruch (o Baruj) fue criticado y poco comprendido por su teoría y su explicación de la sustancia, que era refutada por la escolástica. Ésta decía que las cosas partían de una sustancia que las sostenía y que dicha sustancia estaba dentro de estas cosas. Ahora bien, existían múltiples sustancias, pues estaban las que sostenían a las cosas en su razón de ser, pero a su vez existía otra sustancia dentro de ellas que sostenía a la sustancia anterior. Esta problemática se extendía hasta la sustancia principal, la que sostenía a todas las demás, pero al mismo tiempo había otra detrás de ésta, y en seguida había otra antes de ésta, y tendríamos que pensar en la sustancia de la sustancia de la sustancia de la sustancia, y así sucesivamente hasta el infinito. Spinoza declaraba contundentemente que no podemos alargar una cadena de causalidades hasta el infinito. Él planteaba que había una única sustancia que, por su razón de existir, no era sostenida por nada sino por sí misma, ya que ésta era la “sostenedora” de todas las cosas. Ésta sustancia es causa de sí misma: Dios.

Pero, ¿qué es Dios para Spinoza?

Spinoza concebía a esta única sustancia como Naturaleza o como Dios, la naturaleza en su estado de perfección.

“Por Dios entiendo un ser absolutamente infinito, esto es, una sustancia que consta de infinitos atributos, cada uno de los cuales expresa la esencia eterna e infinita.”( Ethica, def. 5ª)

Como se menciona arriba, esta sustancia posee una cantidad infinita de atributos, de los cuales sólo conocemos dos: el pensamiento y la extensión. El primero, genera una cadena de ideas unidas entre sí que sintetizan una única idea de Dios. Las extensiones son todas aquellas manifestaciones físicas de la gracia divina, que en conjunto forman la totalidad y la perfección del Universo. Las ideas y las mentes habitan en el mundo del pensamiento, mientras que los objetos físicos y todos los demás cuerpos se encuentran en el rango de la extensión. Para ejemplificar esto, las ideas y ocurrencias de una persona entrarían en el campo del pensamiento, y las creaciones a partir de esas ideas, serían las extensiones. Los seres humanos hemos sido dotados con estas cualidades. Entre estos dos atributos existe una correspondencia y una reciprocidad, no una subordinación. Todo lo que hay es cuerpo e idea, y todo forma parte de la inmanencia de la Naturaleza.

Para Spinoza era imposible concebir una mente independiente del cuerpo, que a diferencia de Descartes, postulaba 3 tipos de sustancia. Una de estas sustancias era la mente. De hecho, Spinoza no podía concebir a algo independiente de otro algo, para él, todas las cosas funcionaban como parte de un todo. Esto nos dice que también tenía inclinaciones holísticas. Sin embargo, René Descartes y Spinoza comparten una definición casi idéntica de lo que es Dios: “Bajo el nombre de Dios entiendo una substancia infinita, eterna, inmutable, independiente, omnisciente, omnipotente, por la cual yo mismo y todas las cosas que existen (si existen algunas) han sido creadas y producidas” Descartes.

Spinoza es un heredero crítico del racionalismo legado por Descartes, y un elemento que retoma de su herencia es las ideas innatas. Éstas que decían que los seres humanos llegábamos al mundo con un cierto tipo de conocimiento predeterminado. Dicho concepto lo dirige a sus enfoques panteístas, pues afirma que la idea de Dios es una idea innata, ya que no es una idea abstraída por los sentidos ni por la razón, está ahí en nuestra conciencia porque es también un atributo de Naturaleza. Dicho lo anterior, el humano tiene la conciencia de que hay un Dios que todo lo puede, sin embargo, en su libro “Ética”, trató de responder a la interrogante: ¿cómo lograr ser adecuadamente consciente de sí mismo, de la totalidad de Dios y de todas las cosas? Es muy probable que la respuesta a la pregunta no haya llegado a nuestras mentes, pero sabemos que si esto se logra, el humano, consciente de su realidad, habría de quedar en un estado de lucidez y de perfecto entendimiento, y nuestros temores y deficiencias nunca más serían manipulados.

Los seres humanos somos modos de manifestaciones de Dios que estamos dotados con una razón y una gran cantidad de pasiones, ideas, decisiones, emociones, cuestiones, etc. Todas estas características que definían al humano tendían a ser consideradas como problemáticas por otros autores como Thomas Hobbes, pero para Spinoza eran simplemente características naturales que definían al hombre y que Dios mismo nos había inmiscuido. Dentro de estas características naturales, se hace mención de un concepto al que Spinoza llama: el conato o conatus. Lo define como el esfuerzo que cada cosa hace por prevalecer y por oponerse a todo aquello que le prive de su derecho de la existencia. Es decir, “cada cuerpo tiene la tendencia a permanecer o a mandarse en la existencia. De alguna manera, el conato es la esencia de toda cosa singular.”1

El susodicho conato bien se podría entender bajo el nombre de instinto de vida, o incluso, también podría ser un equivalente a la libido de Freud. Para Spinoza, una sociedad o una comunidad es un perfecto potenciador de las capacidades del conato. Él afirmaba que cada hombre completa a los otros, pues una comunidad es un hombre colectivo que permite la supervivencia, las posibilidades y los derechos de los individuos que lo conforman.

Spinoza llega a publicar “Tratado teológico-religioso” donde proclama que la religión y la política manipulan a la población por medio del odio y del miedo, y éstos se tienen que eliminar por medio de la razón. A partir de esta afirmación, Spinoza lanza severas críticas y trata de desmentir ciertos principios que las religiones se han encargado de construir, por ejemplo, el de que el alma y la esencia son inmortales. Para él, la biblia está plagada de errores y contradicciones que no fueron escritos más que por los hombres, y que ésta debe ser interpretada por cada individuo a manera de exégesis. Piensa que las ideas establecidas de Dios eran absurdas y criticaba a la ineficacia de las religiones en su intento por resolver los problemas humanos.

Tales afirmaciones fueron determinantes para que fuese excomulgado por medio del “herem”, que es la mayor censura eclesiástica e implica la exclusión de una persona de la comunidad a la que pertenece. Dicha excomunión le obligó a Spinoza permanecer en un estado de aislamiento, y también se les prohibía a todos los miembros de la comunidad

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