Contextos Kant

La filosofía de Kant responde a los grandes cambios políticos y sociales que sucedieron en su época, con el pensamiento ilustrado como protagonista principal. Kant constituye el pináculo de la filosofía Moderna y de la ilustración, y su máxima filosófica, enunciada en su texto “¿Qué es la Ilustración?”: “¡Sapere Aude!” es considerada como el cenit de la filosofía occidental, dado que es la consecuencia moral tanto del “Sólo sé que no sé nada” de Sócrates como “Pienso, luego existo” de Descartes. El pensamiento de Kant no siguió siempre una misma trayectoria, pues a finales del siglo XVIII su filosofía sufrió un vertiginoso cambio de sentido, paso del racionalismo a la filosofía crítica y a una combinación de los dos corrientes principales de la Modernidad: El empirismo y racionalismo.

La aparición de la Revolución francesa supuso el triunfo de los ideales de la Ilustración que él mismo defendía “fraternité, liberté y egalité”, y eso significó que la secularización del mundo había comenzado. Fue tal la grandeza del acontecimiento, que incluso, cuenta la leyenda, alteró la maniática rutina de Kant, pues ese día no dio su habitual paseo por los jardines anexos de la Universidad de Könisberg. Del mismo modo, antes habían sucedido otras revoluciones del mismo estilo, como la Gloriosa Revolución Inglesa (1688) y la Revolución de Independencia norteamericana (1766) que junto a una serie de cambios socio-económicos, dio lugar al ascenso de la clase burguesa y al comienzo del capitalismo actual, con sus exigencias de mercados abiertos y derechos políticos. De esta revolución económica, surgirá más tarde la revolución industrial y tecnológica, ejemplificada desde la imprenta hasta el telar mecánico de Edward Cartwright. En cuanto al marco político europeo, el absolutismo dejó paso al despotismo ilustrado en potencias como Rusia, Francia y Prusia, donde las reformas introducidas por su monarca, Federico II, despertaban gran admiración en Kant.

Sobre el contexto filosófico hay que destacar, aparte de los cambios en la propia filosofía, la revolución científica y religiosa. Lutero será el hombre decisivo en ésta última, proponiendo la democratización del sentimiento religioso y la traducción a “lenguas vulgares” de la biblia, además de la incorporación del libro sagrado a los hogares, con lo que se incentivaba la libre interpretación y por consiguiente la libertad de pensamiento, incendiando la doctrina de la Iglesia Católica. La ciencia empezaba a creer que había llegado a una verdad física absoluta, de la mano de Copérnico primero y Newton y Galileo después, produciendo un cambio de dirección sin precedentes. Esta visión reemplazaba la Tierra por el Sol en cosmología, lo que significó para la filosofía el traslado del concepto Dios por el Yo al núcleo de la reflexión mundial. La filosofía moderna se dividía en dos variantes:

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