Convivencia Y Dialogo Intercultural

Titulo: convivencia y diversidad cultural

Tema: la inmunidad en relación al diálogo intercultural

Problema: ¿Cómo se puede lograr un dialogo y practicas interculturales que no nieguen los fundamentos de afirmación de la vida de una cultura al encontrarse con otra diferente?

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Partiendo de la categoría propuesta por Roberto Esposito (la inmunidad) y los escritos de Fournet-Betancourt y de Adriana Arpini sobre las posibilidades de dialogo e integración entre las culturas diversas, se me hizo muy difícil sortear la pregunta de: ¿cómo se logra mantener el equilibrio propio de una cultura cuando choca con otra o queda circunspecta en otra distinta? Si se produce un contagio de los valores, costumbres, saberes de una a otra ¿Hasta que punto se puede sostener lo propio sin que ese “efecto contagio” lo modifique o derrumbe? ¿Como evitar la posibilidad de dominación de una cultura sobre otra en pos de la integración intercultural?

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No es mi intención dar una respuesta definitiva a la cuestión si no plantear cuales podrían ser los riesgos a evitar en la búsqueda de la “unión en la diversidad”, es decir, el choque de una cultura con otra puede significar por un lado muy benéfico para ambas, por compartir sus saberes e integrarse en un marco de respeto mutuo, que proporcione un intercambio beneficioso. Pero por otra parte no se puede evitar reflexionar concienzudamente sobre el riesgo de que se produzca una situación de dominio que niegue la identidad de una de las dos culturas. Como puede significar la perdida de progresiva de costumbres, de vocablos propios de su idioma, de sus saberes reemplazados por otros. Como sucede en cierta medida en la sociedad de consumo que impone necesidades y costumbres artificiales (no eran originariamente necesarias en verdad) que reemplazan a las propias, ejemplo grande de esto sucede con las modas musicales que han desplazado a la música local del folklore.

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Esto representa un desafío socio-político, antropológico, etnológico, y filosófico que no se reduce a una cuestión meramente jurídica o teórica; es una empresa con muchos riesgos y ambigüedades donde nos vemos en la situación de tener que renunciar a ciertas seguridades y prepararnos incorporar perspectivas diferentes. Se trata de lograr un equilibrio en estas relaciones en donde exista una dignidad equitativa en cuanto a sus idiosincrasias y saberes.

Por ejemplo en ciertas colectividades aborígenes se niegan a usar métodos medicinales occidentales de las grandes ciudades en defensa de su idiosincrasia, pero la comunidad “civilizada” de hospitales y farmacias también es reticente a los remedios naturales con hierbas y almizcles, este es un ejemplo inmunidad especialmente de la segunda, pues en definitiva sus medicinas son derivados de plantas y hongos en gran parte descubiertas en cuanto sus propiedades curativas por pueblos aborígenes.

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Volviendo a la perspectiva desde la inmunidad, Esposito plantea la significación más actual y urgente del dispositivo inmunológico, en que sea la heterogeneidad, y no la semejanza, la que favorece la aceptación de lo otro por parte del sistema inmunitario, que lo inmune no sea el enemigo de lo común, sino algo más complejo que lo implica y lo solicita. Nos vemos entonces ante el desafío de encontrar la manera de evitar el contagio de nuestras costumbres y creencias sobre los pueblos aborígenes sin que afecte los pilares en que afirman su vida. Es decir que las grandes culturas se integren con otras más pequeñas, de menos recursos y poder, sin destruirlas ni corromperlas, o crear una colonización cultural y a la vez valorar dignamente lo que estas nos puedan ofrecer desde sí. Como podría ser el evitar introducir conceptos patriarcales de nuestra cultura en pueblos de costumbres y organización matriarcal como algunas tribus que veneran a deidades femeninas.

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