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DR. LEONARDO OLIVA


Enviado por   •  24 de Noviembre de 2015  •  Reseñas  •  1.270 Palabras (6 Páginas)  •  430 Visitas

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                                DR. LEONARDO OLIVA

 El 4 de noviembre de 1814 se bautizó en el pueblo de Ahualulco, Francisco Leonardo de la Trinidad, hijo de Don Juan de Oliva y de Doña Guadalupe Alzaga, a quien Ie puso el agua y los oleos el cura del lugar, presbítero Don Juan José Raya, y a quien tuvieron en brazos Don Manuel de Alzaga y Doña Micaela de Oliva. Tenía en Ahualulco el padre del futuro sabio, el cargo de subdelegado del partido y llevaba intimidad con los religiosos carmelitas, dueños de la entonces llamada Estancia de Miraflores, hacienda que después se llamó El Carmen de Ordaz. La familia Oliva era invitada por los monjes a pasar algunos días en tal finca de campo. En ella fue confirmado el niño Leonardo en abril de 1818 por el obispo de Sonora Fraile Bernardo del Espíritu Santo, que iba en camino a su diócesis. Habiendo hecho en su pueblo natal los estudios de instrucción primaria, Leonardo fue traído a Guadalajara a los 13 años de edad, para que siguiera estudiando en el Seminario Conciliar en calidad de externo, cursó las clases de Gramática Latina y el 20 de octubre de 1830 entró como pensionista. Al año siguiente, el 5 de julio, tuvo un brillante acto público, de las materias de Lógica y metafísica. Sus estudios de humanidades fueron dirigidos por el doctor don Ignacio Mateo Guerra, que murió siendo Obispo de Zacatecas, tomó un curso de artes con el señor Don Ignacio de la Cueva, canónigo del cabildo de Guadalajara. Recibió el grado de bachiller en filosofía el 26 de febrero de 1835, y el grado de bachiller en medicina el 8 de julio de 1837. Estudió la carrera de medicina y la de farmacia al mismo tiempo y el 6 de septiembre de 1839, previo examen profesional que Ie fue hecho por los doctores Don Ignacio Moreno, Don Pablo Gutiérrez y Don Pedro Vander Linden, obtuvo por unanimidad de votos el título de médico. Fue condecorado con la boria de Doctor el 25 de julio de 1841 por el claustro de la Universidad. Paso los primeros años que siguieron de su profesión en Guadalajara, hasta que en marzo de 1843, paso a radicarse a Autlán, donde, en septiembre del mismo año se casó con Doña Ramona Gómez. Poco tiempo después volvió a establecerse en Guadalajara, haciéndose notable entre sus compañeros por sus profundos conocimientos, la cátedra y la prensa fueron los dos teatros en que descolló el doctor Oliva. Obtuvo en 1848 por oposición, la cátedra de materia medica en la Universidad y luego desempeño las de Historia Natural en el Instituto de Ciencias del Estado de Jalisco, y es nombrado segundo médico del Hospital de Belén y Jefe del Departamento de Medicina en el mismo hospital. Le eran familiares los idiomas griego, latín, francés, mexicano y varios dialectos como el otomí, el tarasco. Siendo interno del hospital de Belén escribió un tratado médico legal sobre las heridas con definiciones de etimología griega. Una gran colección de plantas recogió en la región de Autlán de la grana, donde paso una corta época contratado por sus servicios médicos, para luego regresar a esta ciudad de Guadalajara como médico del hospital de Belén. Por los años de 1835 a 1837 recibió Leonardo Oliva los grados de Bachiller en Filosofía y Medicina se distinguió por su exactitud y constancia en el estudio; sus libros formaban su cortejo y eran sus más queridos amigos profeso la botánica gracias a la referencia donde su padre contribuyo a desarrollar la afición, donde Ie indico que la dedicación a este estudio era favorable para que un medico que se dedicase a adquirir tales conocimientos y conociese en particular las eficaces virtudes de las preciosas plantas que enriquecen nuestro suelo, podría aplicarlas con más acierto a las enfermedades. Con el tiempo el Doctor Leonardo Oliva se fue transformando en un naturalista celebre y un medico distinguido, en 1839 recibió el título de profesor en medicina, luego ingreso a la Sociedad Medica, que se había establecido en 1838. En 1840 se opuso a la cátedra de Clínica interna y en 1841 se le confirió por el claustro el grado de doctor en medicina. En 1848 se opuso a la cátedra de farmacología obteniéndola en propiedad y en 1855 se Ie expidió el titulo de farmacéutico por el Gobierno del Estado de Jalisco, cuyo primer puesto ocupaba entonces nuestro infortunado compañero Doctor Ignacio Herrera y Cairo, perteneció a todas las sociedades medicas creadas en Guadalajara, fue honorario y corresponsal de otras foráneas, como la Filo iátrica Mexicana, la de Geografía y Estadística de Jalisco, la de Historia Natural y otras en San Luís Potosí. En 1848 publico su farmacología, cuya obra es el más complete tratado en ese ramo de la ciencia médica en nuestro país, atendiendo a las dificultades que se oponen a la publicación de esta obras, otra de las obras especiales del Doctor es la de las propiedades medicinales y caracteres de las sustancias indígenas, también se publicaron en 1860 sus lecciones de terapéutica. Por carecer de suficientes recursos económicos tuvo necesidad de ocurrir al folletín de un periódico, donde se Ie dio acogida. Formo un extracto de la botánica de Richard para sus alumnos, y tradujo y comento parte de la obra del célebre Hernández. El doctor Oliva como medico era instruido eficaz y de finos modales, tenía buenas maneras para tratar a sus clientes y todo el miramiento y consideración que la urbanidad aconseja hacia los compañeros. Ejercía la medicina con caridad y desprendimiento rindiendo pruebas de su desinterés, al haber muerto sin dejar a su familia mas herencia que la buena reputación que por su saber y virtudes supo adquirir. Por las precarias e inseguridades que ofrecían las cátedras en la Universidad y en el Instituto de Ciencias del Estado, procuro darles orden buscando alternativas políticas que pudieran regir a las Instituciones, fue tachado de retrograda por sus adversarios y los excluían cuando se trataba de nombrar profesores considerándolo formador del grupo de los conservadores como si las ideas religiosas o las divergencias en cuanto a tendencias políticas, pudieran ser incompatibles con el merito científico o con el progreso de las ciencias naturales. En homenaje a él una calle en la plaza de la ciudad de Leipzig, Alemania, cuna de la industria química farmacéutica lleva su nombre, murió en la ciudad de Guadalajara el 6 de noviembre de 1872, con la satisfacción de haber cumplido su misión de apostolado que impuso para bien de la juventud y de la humanidad.

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