Debate Sobre El Estado Moderno
fale7721 de Mayo de 2012
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DEBATE SOBRE EL ESTADO MODERNO
La historia social de la administración española encontró su renovación, a finales de los setenta, principios de los ochenta, en paralelo al proceso de la instauración de la democracia, y el nacimiento de las comunidades autónomas. Durante estos años nacieron diferentes tendencias para el estudio de la administración, por un parte las propuestas que llevaba a cabo Molas Ribalta, que consolidarían en un titulo ciertamente expresivo, historia social de la administración española, donde se recuperaba la figura de Vicens Vives como antecedente directo de este tipo de estudios. En su prologo se asentaban las líneas que seguirían las investigaciones subsiguientes. La labor fue continuada, en la década de los ochenta por los estudios de Bernardo Ares que inauguraban diversas propuestas metodológicas para el estudio de la administración local. Estas, eran deudoras de los estudios de Amelang para la formación de la clase dirigente en Barcelona, y los estudios de Fayard aplicando un método prosopográfico para los consejeros. Con el paso de los años los estudios de historia de la familia, que iban en paralelo a la renovación de la historia social, nos ofrecerían un nuevo punto de vista para el estudio de las elites en la edad moderna, para ello partíamos de una recomposición de los estudios de familia, sobre todo en la consecución de los estudios de estrategias familiares. Estos encontrarían su consolidación en el libro de Lambert Gorges, sobre las elites locales en España. Lejos de nosotros queda intentar realizar aquí una síntesis historiográfica sino más bien analizar los discursos que subyacen a los estudios de oligarquías urbanas, y los problemas que ello plantea a la hora de comprender un sistema político, que se nos queda lejano.
Los estudios de oligarquías locales partían en todos sus casos de una definición operativa, que se basaba en mostrar al regimiento como un centro de poder, que permite, al privilegiar la exposición institucional del mismo, olvidar las excepciones particulares en favor de las tendencias que descubre, que nos ayudaban a dar carácter a un grupo social, mediante bases estadísticas, que se nos escapaba en cuanto a sus características generales. Pero, hemos caído en la trampa, que ya nos avisara Stone al indicarnos que debíamos de prestar atención a los controles estadísticos del grupo en general pues, podíamos estar favoreciendo los éxitos a expensas de los fracasos, atraídos, quizás, por las inmensas posibilidades que ofrece la movilidad social ascendente, olvidando situar a los elementos dentro de las tensiones generadas en el interior de los conjuntos.
Las lógicas de inclusión se convirtieron entonces en el motivo principal de las monografías dedicadas al tema que aun no han contestado de manera clara las siguientes cuestiones: ¿Cuántos elementos conforman la oligarquía? ¿Todos los hidalgos son parte de la oligarquía, y por tanto, pertenecen al grupo dirigente? ¿Todos los regidores forman parte del grupo dirigente, o en cambio existe una gradación en el interior del concejo? Los estudios obviaban los lazos que unen a estos con la sociedad, que le rodea, en tanto, esta es una sociedad corporativa regulada por la pertenencia a diversos sub-conjuntos, enfrentados o unidos por lazos de solidaridad horizontal y vertical entre los mismos permitiendo un orden social basado en la jerarquización de estos conjuntos. Dichos conjuntos eran a su vez centros de relación social de donde se derivaban las alianzas familiares. Las alianzas provienen de un espacio social de relación cercano que podemos denominar para – institucional en tanto se generan alrededor de una institución. Casos como estos eran evidentes en las más diversas instituciones, pues, siendo como eran los matrimonios dirigidos por la familia, y definiendo a las oligarquías por su temprana edad de acceso al matrimonio, por las relaciones económicas generadas entre ellos, la pertenencia a las mismas instituciones, y por el factor geográfico y social es lógico, que los matrimonios entre las oligarquías se inserten en una de las lógicas en las que se relacionan
Por otra parte este tipo de estudios han estado ligados directamente al incremento del poder real y, su expresión en los municipios, a través del otorgamiento de gracias y mercedes con los pobres datos que tenemos. Situándonos directamente en las posibilidades de ascenso social, para las que nos basábamos en la patrimonialización de los oficios, en manos de algunas familias, ligadas directamente al servicio de la corona. Junto con esta y a lo largo del XVI, se produce el nacimiento de la hidalguía en el interior de los regimientos configurándose el nacimiento de un ideal de nobleza local que basa su idea de dominio; en el ejercicio, y la posesión de estos oficios públicos.[12] Transmitidos de una generación a otra conjuntamente con una serie de derechos culturales y simbólicos.
Olvidando que la patrimonialización, y la aplicación de manera directa de la resignatio in favorem, las dotan de una autonomía electiva que obedece más bien a las estrategias familiares de mantenimiento del poder loca.Mauro Hernández señala que dichos filtros actuaban cercenando la autonomía concejil. Nosotros creemos que ocurría lo contrario el respeto mostrado por la Corona a dicha autonomía permitía a las oligarquías locales su reproducción en el regimiento bajo los parámetros que ellos negociaban fortaleciéndose frente al poder de la corte, a la vez que su control les permitía la formalización de redes en el interior de una gradación en el interior del regimiento, que permitían la formación de redes de solidaridad, que irián cambiando con el tiempo.
La venta de oficios daría paso a la introducción de nuevos linajes, suscitando la generación de filtros sociales basados en la limpieza de sangre, o posteriormente, peticiones de estatus Nobiliar, buscando confirmar la distinción per se de los viejos regidores. Los filtros estarían sujetos a la negociación social, entre la oligarquía y sus nuevos miembros. Los intentos de la oligarquía de crear ámbitos de negociación autónomos a la venta de oficio propiciaban el uso de la violencia, o las instituciones exteriores- la inquisición- ligadas a la monarquía.
Uno de los problemas planteados es: ¿qué sucedía con aquéllos cuyas estrategias no daban resultado?, ¿qué ocurría entonces?, con el descenso social apreciable de estos hidalgos cercanos al regimiento. Pues, por la propia definición, los hidalgos basaban su poder en la posesión de estos oficios públicos. ¿que sucedían cuando estos se perdían.? ¿descendían socialmente?. Thompson nos indica que; “los oficios renunciados fuera de la familia del poseedor superaban a los vendidos por el rey en una proporcion de cuatro a uno”.Que sucedía con estas familias, que renunciaban al oficio ¿habían ascendido socialmente, o en realidad habían descendido? o habría que considerarlo como una estrategia más de integración en otro tipo de institución.
El origen de la teoría de Elites y su aplicación.
La generación de la teoría de élites se había producido a fines del siglo XIX, y provenía de una critica a la democracia realizada desde el liberalismo por sus principales fundadores: Pareto, Mosca y Michels en un intento de crear una nueva ciencia política por oposición al socialismo y a las teorías de Marx. La crítica al funcionamiento de la democracia provino en especial de Michels en su estudio sobre los partidos políticos donde proponía la llamada ley de hierro de las oligarquías. Una segunda vertiente de dicha doctrina fue recogida por los autores americanos en especial por Mills, y el que sería su principal critico, Dahl, en un famoso estudio sobre New Haven donde definió lo que él llamó la poliarquía que fue desarrollada en sus trabajos posteriores. Estas teorías definían la renovación de las élites como unos modelos de cambio social aproblemático, aunque reconocían la posibilidad de enfrentamientos, en el caso de competitividad entre dos élites, que eran solventados mediante la credibilidad del sistema. Bottomore señalaba, hace ya tiempo, que había que diferenciar entre élites en sentido amplio (grupos funcionales que poseen un rango elevado en una sociedad y cuyo estudio puede resultar fructífero en una sociedad; tamaño, número, relaciones), de la clase política en el sentido que le da Mosca, todos aquellos grupos que ejercen una influencia política y que acometen directamente pugnas por el mismo.
La idea se encuentra intuida en los estudios sobre élites aunque no fragua normalmente en la redacción, aunque existe su compresión en cuanto a concepto analítico, unido además a que los términos aplicados son distintos: Aranda Pérez emplea el concepto elite al modo de Bottomore y el concepto de oligarquía como clase dirigente (para él oligarquía). En cambio Burgos Esteban explica estos dos conceptos de dos maneras distintas aplica el concepto elite de manera restrictiva, (lo que en Bottomore es clase dirigente y en Aranda es oligarquía), y oligarquía en sentido amplio (lo que en Bottomore es elite). Por otra parte, si llevamos a cabo un análisis de los significados dado a estas dos palabras en las monografías dedicadas al tema, nos muestran que el termino oligarquía es empleado principalmente para definir a los regidores, y su grupo social cercano, normalmente familiar, y el termino elite es empleado fundamentalmente cuando nos referimos a la alta nobleza, o la que se encuentra cercana a la corte. Aunque, algunas monografías empleen también con igual valor semántico las dos palabras, en referencia a quienes ostentan el poder. Pero, cuando, dichas referencias se refieren a ámbitos específicos de
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