Definición e Historia del Turismo Religioso
JahirRodCast3 de Noviembre de 2014
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Definición e Historia del Turismo Religioso
Luego de mucho buscar por diversos lugares he llegado a la conclusión de que no existe una definición única sobre el turismo religioso. Sin embargo quisiera compartir con ustedes una reflexión de Rafael Esteve Secall que me pareció muy acertada:
“Reflexiones respecto al concepto de turismo religioso por el que entiendo una actividad turística a través de la cual quienes la realizan pretenden alcanzar gracias espirituales, buscando la proximidad, la inmersión o el contacto con lo sagrado. Por lo tanto es un tipo de turismo relacionado fundamentalmente con las creencias. ¿Incluye eventos religiosos singulares (canonizaciones, visitas papales, congresos eucarísticos, años santos…)? Este es un aspecto discutible y difícilmente precisable puesto que, en definitiva, el carácter religioso de un evento –creo- nos remite a una experiencia personal buscada por quienes asisten a tales eventos y, también, a los propios objetivos u oferta que hacen los organizadores. Sus manifestaciones fundamentales son el peregrinaje; visita a santuarios o lugares sagrados y tumbas de santos; asistencia y participación en celebraciones religiosas. Por consiguiente entiendo que el turista religioso busca vivir, sobre todo, “una experiencia religiosa”.
Pero una vez definido este segmento turístico creo importante realizar una serie de distinciones sobre otras actividades turísticas –igualmente denominadas turismo religioso que, en mi opinión, no lo son realmente.
En primer lugar habría que distinguirlo del turismo cultural-religioso, en el que enmarco las visitas y contemplación del patrimonio material de las religiones: catedrales, monasterios, conventos, museos de arte sacro, iglesias…, o incluso del disfrute del patrimonio inmaterial de las religiones: conciertos de música sacra –gregoriano u otras- o en lugares sagrados).
También habría que diferenciarlo del turismo ecológico-espiritual, es decir de los viajes a lugares de especial significación religiosa para el disfrute de sus valores naturales (caminos, ambientes, paisajes…), pues suele haber una gran coincidencia física entre la belleza del lugar y el carácter más o menos sagrado del mismo. Esto no quita que pueda producirse en los turistas una profunda conmoción espiritual, pero si no va ligada a las creencias religiosas queda fuera de nuestro concepto.
Por último también hay que diferenciar el turismo religioso del turismo del espectáculo religioso como es la asistencia a manifestaciones de religiosidad popular ligadas a festividades o celebraciones religiosas, procesionismo semanasantero y de los patronos, romerías… Fiestas o celebraciones que suelen atraer a muchos turistas, en las que la población autóctona es espectadora y protagonista al mismo tiempo, y donde puede ocurrir que mientras unos están experimentando una vivencia religiosa profunda otros son meros espectadores de la misma, y donde incluso se produce el cambio de los roles entre unos y otros a las pocas horas. Obviamente, la realidad es mucho más rica y compleja de lo que puede pensarse, siempre difícil y esquiva a los intentos teóricos de clasificación o encorsetamiento; y, además de la dificultad de distinguir unos tipos de turismo de otros, en muchas ocasiones, hay una clara superposición o con?fusión de diferentes tipos o segmentos turísticos, lo que acrecienta los problemas de teorización.”
Para concluir adjunto un documento del mismo autor respecto al tema “Turismo y Religión. Aproximación Histórica y Evaluación del Impacto Económico del Turismo Religioso”.
Fuente: Conferencia Episcopal Española
Palabras clave: turismo religioso/ patrimonio histórico/ peregrinación
Key words: religious turism/ historical heritage/ pilgrimage
Desde tiempos ancestrales, los desplazamientos por motivos de fervor y devoción religiosa han estado presentes en la humanidad, sin importar sexo, credo o estrato social. Actualmente millones de peregrinos anualmente realizan estos tipos de viajes a diversos y muy variados santuarios, los motivos que encierran son distintos, como pueden ser para ofrendar algo, pedir un favor o por cumplir con una tradición. Por lo que el turismo con motivos religiosos resulta ser un turismo fiel a los destinos de visita que los turistas tradicionales o con otras motivaciones. El turismo religioso, puede representar una oportunidad considerable para el desarrollo de actividades turísticas, ya que a diferencia del turismo tradicional, este es recurrente al sitio en un periodo de tiempo menor y por lo tanto resulta ser un turismo más fiel al sitio de visita.
En latín la palabra primitiva peregrinus se refería a la persona que viajaba por países extranjeros o a aquella que no tenía derecho de ciudadanía. Surgió como una composición de dos vocablos per-agros que describía a la persona que camina (pasa) a través del campo, fuera del lugar de su residencia, lejos de casa (peregre -"en el extranjero", "no en casa"). El término peregrinatio significa una estancia fuera del país, una andadura, un viaje, una visita a los países extranjeros. En realidad fue tan sólo en el siglo XII cuando el vocablo peregrinatio empezó a designar ya unívocamente la práctica religiosa de visitar lugares sagrados. (Neum 1999. Documento de la Santa Sede sobre el Peregrinaje del 2000 - Adalbert Rebic)
Se define como peregrinación un viaje emprendido por motivos religiosos a un lugar que se considera sagrado (locus sacre) por actuar allí de una manera especial Dios u otras deidades, para realizar allí unos determinados actos religiosos, de devoción y penitencia. (Neum 1999. Documento de la Santa Sede sobre el Peregrinaje del 2000 - Adalbert Rebic)
En el "Documento de la Santa Sede sobre el Peregrinaje del 2000", se estima que cada año los centros de culto religioso reciben entre unos 220 - 250 millones de personas, de las cuales aproximadamente 150 millones, es decir un 60 - 70 por ciento, son cristianos. Asimismo se estima que tan sólo en Europa, alrededor de 30 millones de cristianos, sobre todo católicos, dedican sus vacaciones (o una parte de ellas) a realizar una peregrinación. Tan solo en Polonia en las migraciones de peregrinación participan cada año unas 5 - 7 millones de personas (más del 15 por ciento de la población). Aparte de católicos del rito romano y oriental, peregrinan fieles de la iglesia ortodoxa, del judaísmo e islam. Ante eso Polonia puede contarse entre los países de una actividad de peregrinaciones excepcionalmente desarrollada.
A los centros de culto religioso más grandes en el mundo cristiano, que atraen en total a casi 25 millones de peregrinos (el 15 por ciento de los fieles migratorios de esta religión), pertenecen: Roma con el Vaticano (aproximadamente 8 millones), Lourdes (6 millones), Claromontana (4 - 5 millones), Fatima (4 millones) y Guadalupe, México (2 millones). Entre los santuarios cristianos, un papel importante lo desempeñan los santuarios marianos. Los santuarios marianos pertenecen - en la opinión del Santo Padre - a "la herencia espiritual y cultural de un pueblo dado y poseen una gran fuerza de atracción y radiación". La mayoría de los lugares de peregrinación del cristianismo está relacionada con el culto de la Virgen (alrededor del 80%).
Las peregrinaciones a los "lugares santos", son destinos de concentración de la expresión de sus creencias, siendo motivo del desplazamiento de cientos de flujos de visitantes. A estos grupos de visitantes, en diferentes santuarios, principalmente en Europa, se han agregado servicios diversos motivando una mayor estancia de los peregrinos en estos lugares, como son museos, recorridos especiales y actividades alternas.
En tanto otros santuarios, los servicios que se han implementado, muchos de ellos fueron sin planearse y solo atendiendo una necesidad inmediata o básica, pero los cuales no cuentan con estándares de calidad o son los servicios idóneos a los perfiles de los visitantes.
En los santuarios, donde se han desarrollado productos turísticos como Lourdes en Francia, han conformado una serie de servicios y en los cuales siendo el principal atractivo el santuario y en torno a él se han conformado diversos productos en base a sus recursos patrimoniales naturales como culturales. En sí han creado, pueblos o podríamos llamar como "mini ciudades santas", haciendo que el visitante tenga la sensación de estar en un sitio especial, así incrementa su estancia y derrama económica.
Entre los santuarios planificados podemos mencionar el caso del Santuario de Lourdes en Francia. Según información publicada en la página de internet del santuario. La ciudad que cuenta con 15,300 habitantes recibe cada año 5 millones de visitantes procedentes de 150 países. La oferta hospedaje que cuenta es de 270 hoteles y 13 zonas de campamento, haciendo de Lourdes la segunda ciudad de Francia en cuanto a oferta de hospedaje.
El santuario cuenta con una superficie de más de 50 hectáreas, se sitúan 48 complejos de edificios como los Centros de Acogida de enfermos, con una superficie de 42,000 m2, las Basílicas y las iglesias, por supuesto. Hay, además, dos comedores autoservicios para los empleados y los voluntarios, varios edificios de oficinas y salas de reunión, una imprenta, una central eléctrica, entre otras instalaciones.
Algunos otros datos importantes son: que hay 400 empleados, de los que 280 son fijos y 120 son de temporada, además hay que añadir unos 100,000 voluntarios durante la temporada de peregrinaciones, dedicados especialmente al servicio a los enfermos (médicos, enfermeras, camilleros, hospitalarios y hospitalarias). El Centro
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