EL ESTADO PLATÓNICO

EL ESTADO PLATÓNICO: TOTALITARISMO-EUGENESIA-CENSURA

El estado Platónico representa no sólo el interés de buscar una justicia (diqué) en el estado (polis) y en el hombre, sino también la urgente necesidad de restablecer el orden de una nación desgastada por la guerra (Peloponeso) y de una democracia cada vez más tiranizada (“los 30 tiranos”), ante estos y otros problemas surgidos en la Atenas del siglo IV a.c. (la derrota frente a los espartanos, el pronto asedio macedónico, la corrupción) nace en Platón un estado totalmente estratificado que busca un equilibrio entre las clases que lo componen, fundamentado bajo parámetros rigurosos, que intente rescatar la polis de los tiempos de Pericles: “Una polis considerada por los atenienses como la comunidad humana por excelencia” Frente a este estado totalmente cerrado y riguroso ¿No estaremos ante un Platón que pretenda establecer un estado totalitario basado en la censura? ¿Se justifica su postura frente a los hechos sociales por las que atravesaba Atenas?

Platón vivió en una Atenas totalmente corrompida, el ideal de una democracia instalada por Pericles ha decaído, ya no eran los tiempos en que la Hélade gozaba no sólo de una prosperidad económica sino también social. Desde el triunfo en contra de los personas en el año 479 a.c. y hasta la guerra del Peloponeso en el 431 a.c. La ciudad desarrolló una vitalidad excepcional. La mayor fuerza de este desarrollo fue la forma democrática de gobierno, iniciado desde Clístenes en 507 a.c. con el despojo de privilegios a los aristócratas, pero fue hasta el gobierno de Pericles cuando alcanzó su máximo esplendor: el avance de un comercio exterior y la apertura de la polis al mar. Esto permitió el crecimiento de su riqueza y su equilibrio económico y social. Platón verá, años más tarde, en esta apertura el antecedente de la ruina de la polis ya que “rompe con su esquema de un estado totalmente cerrado, ordenado y alejado del mar”

A la muerte de Pericles y a la derrota sufrida le sucedieron dos personajes que con mucho esfuerzo trataron de recuperar la soberanía de Atenas: Cleón y Alcíbiades. Durante la regencia de este último personaje la polis fue cada vez más en decadencia. Alcíbiades calificaba a la democracia de una reconocida tontería, esto provocó que se preocupara más por la autoridad que por la libertad de los ciudadanos, lo que ocasionó graves daños en su conciencia. “Carentes de sentido, las gentes ya no actuaban honorablemente, sino que enmascaraban su comportamiento con bonitas palabras. El antiguo amor, sentido por la argumentación sería rebajado a la disputa ingeniosa, por medio de la cual las acciones más viles se hacían aparecer como excelentes”

Aunado a esto, el establecimiento de los “30 tiranos” en el 403 a.c. apareció como una medida desesperada de Esparta para tratar de establecer un orden en Atenas,

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