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EL HOMBRE


Enviado por   •  6 de Octubre de 2014  •  5.645 Palabras (23 Páginas)  •  176 Visitas

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El Hombre, las Herramientas y las Maquinas

"Nunca le será dado a la máquina reemplazar la capacidad de integración del cerebro humano el cual seguirá siendo el inspirador, el orientador, el que habrá de manejar (Kiberneter) el mundo de las máquinas que es el mundo del hombre".

NORMAN HILBERRY

Para internarnos por el mundo de las creaciones mecánicas y a través de él llegar a los lindes donde empieza el dominio real de la Cibernética, es indispensable aclarar otros conceptos. Todos creemos tener concretos y bien precisos conocimientos de lo que es una herramienta o una máquina. Aun los que poseen cierta educación básica de mecánica piensan que saben lo que es una máquina automática o un servomecanismo. Pero, generalmente, cuando nos ponemos ante la exigencia de describir estos dispositivos en una frase o en una sentencia, frente a alguien que no conoce el asunto, advertimos que éste es más complejo de lo que habíamos pensado.

Trataré de analizar, en forma retrospectiva y sencilla, cómo fueron apareciendo en la historia del hombre estas concepciones que le han permitido un tan extraordinario dominio sobre la naturaleza; y así iré precisando las ideas y las imágenes.

Las Herramientas.

El hombre primitivo se encontró frente a la naturaleza desguarnecido de elementos de defensa y de ataque. Ni dientes, ni uñas carniceras, ni piel fuerte, ni escamas, ni siquiera pelo suficiente para protegerse de los elementos. Una estatura desmedrada y un cráneo de poca resistencia por su excesivo volumen. Pero en el volumen desproporcionado de esa caja de hueso estaba el secreto: aunque recién erguido en dos pies, el Homo Sapiens tenía ya una lucecilla brillando dentro de ella.

Para golpear más fuerte tomó en su mano una piedra o un palo; después, al amarrar la piedra al extremo del palo había creado una herramienta, que también era un arma. Para suplir la debilidad de sus dientes y de sus uñas usó tal vez, manejados con sus hábiles dedos, dientes y uñas de otros animales más fuertes que él. Y así, poco a poco, fue creando una serie de avíos que aumentaban la eficacia de sus pies y de sus manos.

Primero un tronco de árbol que luego se hizo una embarcación; duras cáscaras de frutas o conchas o trozos de madera se convierten en remos; y así el largo camino del perfeccionamiento dio al animal pensante una posición activa frente a la naturaleza y señaló una actitud permanente destinada a satisfacer sus ambiciones de dominio y de progreso, con el concurso de su inteligencia, de su imaginación y de su habilidad que suplieron, sobradamente, sus debilidades físicas.

Conviene a esta altura que precise qué son las herramientas, para distinguirlas de las máquinas que, según veremos, corresponden a un proceso de creación muy diferente. Un martillo es una herramienta porque aumenta la fuerza del golpe del brazo de quien lo utiliza; un cuchillo es una herramienta porque le da filo y dureza a la mano; herramientas o instrumentos son los remos que multiplican el esfuerzo que contra el agua realiza el remero. Y herramientas también o instrumentos, o "trebejos", como decían nuestros mayores, son los anteojos que aumentan el poder de la vista y todos aquellos utensilios que requieren de la destreza y la fuerza del hombre para ser empleados y que constituyen para éste un refuerzo que no le agrega habilidad, que no le agrega pericia, sino que le da una oportunidad para ejercer, más plenamente, con mayor eficacia, sus medios personales de acción.

Pierre de Latil, en un interesante volumen[1] da la siguiente definición que perfecciona la que acabo de proponer: "Herramienta es un objeto pasivo pero que, utilizado por quien trabaja, aumenta su capacidad y le da aun propiedades que no tiene con las manos desnudas". “La herramienta participa de la acción humana y la prolonga; es, pues, un utensilio o un aditamento material que el hombre agrega a sus órganos para mejorar o aumentar sus fuerzas, su precisión, su rapidez de ejecución; la herramienta, repito, aumenta la eficacia y el rendimiento de la acción”.

Bergson la había definido ya como "un órgano postizo que prolonga el organismo natural".

Con la ayuda de estos aperos a los cuales el uso del "hierro" (Ferramentum - herramienta, instrumento de hierro) dio extraordinaria diversidad y solidez, el hombre fue perfeccionando sus métodos y aumentó sus capacidades. Y así nacieron los artesanos, los mecánicos, los técnicos que creaban sus propios enseres y los utilizaban con la ayuda de sus experiencias, de sus talentos y educación. Pero es muy importante repetirlo: la herramienta no le da habilidad a quien la emplea, sólo aumenta su eficacia.

Las Máquinas.

Pues bien, en este proceso de perfeccionamiento y esfuerzo, un día el hombre tuvo una idea nueva, o tal vez una intuición. Buscó el medio de transferir a un artificio mecánico su habilidad, su pericia de artesano o de técnico. Los primeros ensayos fueron de extrema simplicidad; pero lograron que quien utilizara este "mechane", este artefacto, esta máquina, aumentara con ella su maestría en el trabajo. Lo que antes tenía que ser realizado por un trabajador con experiencia, con destreza, con conocimientos y técnicas, podría ser hecho ahora por cualquiera a quien se le enseñara el simple manejo del nuevo aparato. Aquí, en este momento, apareció la simiente de la gran revolución industrial; aquí, en este instante crucial, nacieron los problemas y las luchas entre el capital y el trabajo; entre quienes poseyeron las máquinas y su capacidad de operación y el hombre desguarnecido de la pericia, de la maña del artesano, convertido en un número. De aquí nació la unión de los trabajadores en resistencia para hacer frente a quienes tenían el capital: los medios mecánicos y materiales del trabajo.

Este aspecto sociológico y económico del problema queda fuera del marco de este trabajo. Sólo me corresponde concretar: la máquina es una perfección mecánica, la mayor de las veces un sistema al cual los hombres le han transferido parte de lo que saben, le han dado habilidad, maestría; le han enseñado a hacer determinada operación o trabajo, ya sea por sí misma o con la colaboración de otros hombres que serían incapaces sin ella de realizarla; además, la máquina generalmente emplea un tipo de energía ajena a quien la maneja.

El ya mencionado Latil, después de revisar múltiples definiciones, llega a la siguiente, que parece bastante comprensiva, aunque, a mi parecer,

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