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EL PRINCIPE- MAQUIAVELO


Enviado por   •  25 de Marzo de 2014  •  2.308 Palabras (10 Páginas)  •  393 Visitas

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En el primero capítulo el autor nos dice que todos los estados que ejercieron la autoridad sobre los hombres, fueron republicas o principados. Y los clasifica en dos clases que son: los hereditarios: Cuando una misma familia ha reinado en ellos largo tiempo y los nuevos: los dominios se adquieren por las armas propias o por las ajenas, por la suerte o por la virtud. Y nos pone como ejemplo a Milán para Francisco Sforza, que en el pueblo estaba habituado a vivir bajo la autoridad de un príncipe, ya que así era el gobierno o así los habían acostumbrado a vivir a través de los años o también otro ejemplo es el reino de Nápoles con respecto al Rey de España, donde éste lo adquirió a la fuerza, en un guerra donde terminaría por conquistar este reino.

Asimismo en los Estados hereditarios que están acostumbrados a ver reinar la familia de su príncipe, hay menos dificultad para conservarlos, que cuando ellos son nuevo, el príncipe entonces no tiene necesidad más que de no traspasar el orden seguido por sus mayores, y de contemporizar con los acaecimientos, después de lo cual le basta una ordinaria industria para conservarse siempre, a no ser que haya una fuerza extraordinaria, y llevada al exceso, que venga a privarle de su Estado. Si él le pierde, le recuperará, si lo quiere, por más poderoso y hábil que sea el usurpador que se ha apoderado de él.

Cuando de acuerdo a la decencia a un príncipe le toca gobernar desde su trono, le es más fácil llevar esa encomienda, ya que sus ascendientes han sido reyes y príncipes durante muchos años y ya tienen sus estatus establecidos y a este nueva príncipe no le queda más que seguir esos ordenamientos, al menos que pase un suceso que históricamente no se haya presentado, es entonces ahí cuando a este gobernador le tocaría tomar decisiones.

En cambio cuando es un príncipe nuevo, es decir elegido mediante su ardua conquista, el pueblo estará obligada a tener que actuar mediante las decisiones de su nuevo rey y este rey deberá decidir junto con su cuerpo ejecutivo todas aquellas acciones que considere pertinentes para poder llevar a su pueblo o estado a un crecimiento que pueda favorecer a todos.

Por otra parte, el autor considera que se hallan las dificultades en el principado mixto; y primeramente, si él no es enteramente nuevo, y que no es más que un miembro añadido a un principado antiguo que ya se posee, y que por su reunión puede llamarse, en algún modo, un principado mixto, sus incertidumbres dimanan de una dificultad que es conforme con la naturaleza de todos los principados nuevos.

Consiste ella en que los hombres que mudan gustosos de señor con la esperanza de mejorar su suerte (en lo que van errados), y que, con esta loca esperanza, se han armado contra el que los gobernaba, para tomar otro, no tardan en convencerse por la experiencia, de que su condición se ha empeorado. Esto proviene de la necesidad en que aquel que es un nuevo príncipe, se halla natural y comúnmente de ofender a sus nuevos súbditos, ya con tropas, ya con una infinidad de otros procedimientos molestos que el acto de su nueva adquisición llevaba consigo.

Con ello tiendes a tener por enemigos todos aquellos a quienes has ofendido al ocupar este principado, y no puedes conservarte por amigos a los que te colocaron en él, a causa de que no te es posible satisfacer su ambición hasta el grado que ellos se habían lisonjeado; ni hacer uso de medios rigurosos para reprimirlos, en atención a las obligaciones que ellos te hicieron contraer con respecto a sí mismos. Por más fuerte que un príncipe fuera con sus ejércitos, tuvo siempre necesidad del favor de una parte a lo menos de los habitantes de la provincia, para entrar en ella. He aquí por qué Luis XII, después de haber ocupado Milán con facilidad, le perdió inmediatamente; y no hubo necesidad para quitárselo, esta primera vez, más que de las fuerzas de Ludovico; porque los milaneses, que habían abierto sus puertas al rey, se vieron desengañados de su confianza en los favores de su gobierno, y de la esperanza que habían concebido para lo venidero, y no podían ya soportar el disgusto de tener un nuevo príncipe.

Maquiavelo, hace referencia es que los principados mixtos son aquellos que tiene un conjunto de miembros antiguos, miembros que han sido elegidos actualmente y aquellos que son traídos de otros principados, y el considera que hay un problema y yo coincido en lo mismo, ya que debido a esa combinación, tendrán muchos diferencias en la forma de pensar ya que no es la misma forma de gobernar hace veinte años que hace cinco años o no todos los principados tienen el mismo mecanismo de gobierno. También nos dice que en ese tiempo el príncipe se veía obligado a ofender a sus nuevos súbditos, con tropas o con mil vejaciones que el acto de la conquista lleva consigo. Por lo tanto se tenía por enemigos a todos los que habían ofendido al ocupar el principado, y no podía conservar como amigos a los que te habían ayudado a conquistarlo, porque no podía satisfacerlos como ellos esperaban. Además que si un reino es de mayor antigüedad se conservara porque en este se habla la misma lengua y se rige la misma providencia. A diferencia si es nueva adquisición y este contiene la misma lengua pero diferente costumbre se perderá.

Porque el reino de Darío, ocupado por Alejandro, no se sublevo contra los sucesores de éste, después de su muerte. Aquí nos habla de las tipos se “asistentes o ayudantes” que un príncipe debía tener.

Había 2 tipos:

a) Los elegidos por gracia y concesión: aconsejan al príncipe.

b) Barones: su privilegio resulta en el prestigio militar.

Capitulo V

De qué modo hay que gobernar las ciudades o principados que, antes de ser ocupados, se regían por sus propias leyes

En este capítulo nos dice que había tres maneras de gobernar un territorio de ajenas o recientes costumbres.

Maquiavelo propone primero destruirlo, después radicarse en él y por ultimo dejarlo regir por sus leyes. No había nada mejor para conservar una ciudad acostumbrada a vivir libre que hacerla gobernada por los mismos ciudadanos.

Capítulo VI

De los principados nuevos que se adquieren con las armas propias y el talento personal

Aquí trata de Todo hombre que era prudente debía imitar a los que habían sido excelsos, para que, si no los igualaba en virtud, por lo menos se les acerque.

El principado donde había un príncipe nuevo, era más o menos difícil de conservar según que sea más o menos hábil e inteligente. Las dificultades parten

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