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Maquiavelo El Principe


Enviado por   •  11 de Noviembre de 2013  •  1.754 Palabras (8 Páginas)  •  310 Visitas

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Introducción:

El príncipe en esta segunda parte se habla sobre algunas características y como debe manejar el gobierno ya sea de una manera clemente o de manera cruel (en este libro nos aconseja sobre un buen manejo que se podría llevar siendo un príncipe generoso, bondadoso, pero de igual manera cruel y temido). También habla sobre como el príncipe debe romper con promesas sin que le afecten y como evitar ser odiado por el pueblo.

Capitulo XVI: DE LA PRODIGALIDAD Y DE LA AVARICIA

La prodigalidad, practicada de manera que sepa que uno es pródigo, perjudica; y otra parte si se la practica virtuosamente y tal como se la debe practicar, la prodigalidad no será conocida y se creerá que existe el vicio contrario, ya que un príncipe no puede practicar públicamente esta virtud sin que se perjudique, si es sensato, que no se preocupe si es tildado de tacaño porque, con el tiempo al ver que con su avaricia le bastan las entradas para defenderse de quien le hace la guerra, y puede acometer nuevas empresas sin gravar al pueblo, será tenido siempre por más pródigo, pues practica la generosidad con todos aquellos a quienes no quita , que si innumerables, y la avaricias con todos aquellos a quienes no da, que son pocos.

Capítulo XVII: DE LA CRUELDAD Y LA CLEMENCIA; Y SI ES MEJOR SER AMADO QUE TEMIDO O SER TEMIDO QUE AMADO

Declaro que todos los príncipes deben desear ser tenidos por clementes y no por crueles. Surge de esto una cuestión si vale, más ser amado que temido o temido que amado declaro entonces que es más seguro ser temido que amado. Cuando el príncipe está al frente de sus ejércitos y tiene que gobernar a miles de soldados, es absolutamente necesario que no se preocupe si merece fama de cruel, porque sin esta fama jamás podrá tenerse ejército alguno unido y dispuesto a la lucha.

Como el amar depende de la voluntad de los hombres y el temer de la voluntad del príncipe, un príncipe prudente debe apoyarse en lo suyo y no en lo ajeno, pero tratando siempre de evitar el odio.

Capítulo XVIII: DE QUE MODO LOS PRINCIPES DEBEN CUMPLIR SUS PROMESAS

Nadie deja de comprender cuán digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez, pero son precisamente los príncipes que han hecho menos caso da la fe jurada. Un príncipe debe saber entonces comportarse como bestia y como hombre; ya que se ve obligado a comportarse como bestia, conviene que el príncipe se transforme en zorro y en león, porque el león no sabe protegerse de las trampas ni el zorro protegerse de los lobo, los que solo sirven de las cualidades del león demuestran poca experiencia.

Los hombres son tan simples y de tal manera obedecen a las necesidades del momento, que aquel que engaña encontrará siempre a quien se deje engañar.

El tenerlas y practicarlas siempre es perjudicial, y el aparentar tenerlas, útil. Está bien mostrarse piadoso, fiel, humano, recto y religioso y asimismo serlo efectivamente; pero se debe de estar dispuesto a estar dispuesto a irse a otro extremo si ello fuera necesario.

Capítulo XIX: DE QUE MODO DEBE EVITAR SER DESPRECIADO Y ODIADO.

Un príncipe debe tener dos cosas: en el interior, que se le subleven los súbditos; en el exterior, que lo ataquen las potencias extranjeras. Los estados bien organizados y los príncipes sabios siempre han procurado no exasperar a los nobles y, a la vez, tener satisfecho y contento al pueblo.

Un príncipe debe estimar a los nobles pero sin hacerse odiar por el pueblo, cuando el príncipe no puede ser evitado el odio por una de las dos partes, debe inclinarse hacia el grupo más numeroso, y cuando esto no es posible, inclinarse hacia el más fuerte.

Capítulo XX: SI LAS FORTALEZAS, Y MUCHAS OTRAS COSAS QUE LOS PRINCIPES HACEN CON FRECUENCIA SON UTILES O NO.

Las armas del pueblo se convierten en las del príncipe y los que recelan se hicieron felices, los fieles continúan siéndolo y los súbditos se hagan partidarios.

Hay quienes afirman que un príncipe hábil debe fomentar con astucia ciertas resistencias para que al aplastarlas se acreciente su gloria.

Elogiare tanto a quien construya fortalezas, como a quien no las construya, pero censuraré todo el que, confiando en las fortalezas, tenga en poco el ser odiado por el pueblo.

Capítulo XXI: COMO DEBE COMPORTARSE UN PRINCIPE PARA SER ESTIMADO.

Nada hace tan estimable a un príncipe como las grandes empresas y el ejemplo de raras virtudes.

En beneficio del príncipe el hallar medidas sorprendentes a lo que se refiere a la administración, el príncipe debe ingeniarse por parecer grande e ilustre en cada uno de sus actos, cuando el príncipe se declara valiente por una de las partes, se triunfa aquella a la que se une, aunque sea poderosa y él quede a su discreción, estarán unidos por un vínculo de reconocimiento y afecto; y los hombres nunca son tan malvados que, dando una prueba de tamaña ingratitud, lo juzguen; un príncipe nunca debe aliarse con otro más poderoso para atacar a terceros sino con uno que tenga menos poder que este, cuando las circunstancias lo obligan porque si venciera en su poder, y los príncipes deben hacer lo posible por no quedar a disposición de otros.

El príncipe se mostrará amante de la virtud y

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