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El Principe ~ Maquiavelo

mariomanzogarcia6 de Marzo de 2014

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Este libro trata sobre los diferentes tipos de principados y el modo de adquirir tan notable rango.

Capítulos I, II, III

Maquiavelo divide a los principados en dos categorías: hereditarios y nuevos.

La primera clase viene de la sangre y de saberse heredero de algún reino; los principados nuevos se obtienen por vía directa de la proclamación o al añadirse un pueblo al Estado. El nuevo príncipe pudo haber adquirido aquel nuevo reino con la ayuda de armas ajenas, propias, gracias a la suerte y en el mejor de los casos, a su valor.

Por otra parte, resulta más difícil conservar un estado nuevo que uno que goza de una tradición familiar en el poder. Un príncipe heredero deberá de ser cuidadoso en no traspasar los parámetros que ha bien funcionaron con sus antecesores y actualizar su mandato con su presente.

Con respecto al los principados mixtos o añadidos a un reino de mayor antigüedad, se apunta la facilidad de conservarse sí se habla la misma lengua y rige la misma providencia.

En cambio, sí la nueva adquisición contiene algunas diferencias de lenguaje, pero semejantes costumbres, deberá extinguirse al anterior linaje y no modificar, en lo posible, sus leyes e impuestos. De ésta manera, el cambio de soberano pasará casi imperceptible para los gobernados.

Pero, si el nuevo estado se diferencia en lengua, costumbres y constitución, las dificultades aumentan. Para mantener el poder, Maquiavelo sugiere que el príncipe vaya a radicar al nuevo terreno y que suprima de inmediato cualquier asomo de rebelión o descontento.

También señala a que las colonias son de mucha ayuda para mantener el orden y la vigilancia del nuevo estado adquirido. A sí mismo, el príncipe debe convertirse en jefe y protector de los reinos vecinos, sobre todo de los menos fuertes, para que a su vez, se debiliten los reinos vecinos y poderosos.

Hasta aquí Maquiavelo ha señalado los tipos de principados que hay, en capítulos siguientes menciona algunos ejemplos de principados, lo que es bueno rescatar de ellos y lo que seria perjudicial que tomemos, así que trate de sacar la esencia de esos capítulos, desde luego están enumerados pero el contenido es como un texto general.

Capítulo IV

En este capítulo de hace una revisión analítica de un suceso concreto que lleva a Maquiavelo, a reflexionar sobre la clase de “asistentes” que un príncipe debe poseer.

Los hay de dos tipos: unos que son elegidos por gracia y concesión: su probada lealtad les permite ser escuchados y aconsejan al príncipe a la hora de gobernar y otros, son los asistentes de tipo barones cuyo privilegio resulta sobre todo, del prestigio militar.

Este capítulo esta lleno de ejemplos, en los que me tardaría en explicar y desde mi punto de vista son innecesarios, hablando de la esencia del contenido, mas sin embargo esos ejemplos nos ofrece una revisión histórica de aquella época.

Capítulo V

El este capítulo, aconseja sobre la manera de gobernar un territorio de ajenas y recientes costumbres.

Maquiavelo nos recomienda que debiéramos arruinarlos o mudarse a dichos territorios. Pero así mismo, recomienda permitir o no la conservación de sus leyes previo estudio de la cantidad de enemigos que el nuevo príncipe pueda tener.

Capítulos VI, VII y VIII

Hablan de las tres maneras de adquirir un principado:

a) por valor y con armas propias,

b) por fortuna y armas no propias y

c) los que llegan por obra de sus maldades.

De los primeros, se nos advierte sobre los enemigos que tendrá al introducir las leyes que regirán su estado. Es de suponer, que aquellos beneficiados del antiguo régimen tornan perjudicados al entrar el nuevo.

Por ello, la oposición es abierta y en tiempos de crisis defienden poco al sistema. El príncipe, debe mantener su carácter, demostrado que las armas y los ejércitos usados le eran propios y tendrá el mérito de conquistar aquel territorio y sumarlo a su reino; además debo aclarar que un estado es nuevo por razones internas de donde surgen idealistas que pretendan cambiar el sistema.

En el caso de aquellos que ascienden al principado gracias a la fortuna y a las armas prestadas, Maquiavelo nos dice ”los estados que se forman de repente no tienen las raíces que le son necesarias para consolidarse”;dicho de otra manera, Maquiavelo hace referencia a que no es de bueno llegar a un reino en condiciones adversas. Los oportunistas que ven coronadas sus expectativas, carecen de la energía y la visión necesaria para mantener un puesto de tales dimensiones.

Finalmente, los que llegan al principado por el uso de la maldad, podrán alcanzar el poder pero no alcanzarán la gloria.

Sin embargo, hace falta agregar que tales hombres de viles decisiones, mantuvieron una actitud valiente, aunque a veces tosca y torpe, que los llevó a reunir ejércitos tras ejércitos hasta ascender a un título monárquico y lo anterior también es factible. Maquiavelo aprovecha y escribe sobre el equilibrio que debe haber durante los actos de severidad mal usados es decir, los castigos reales.

Maquiavelo señala que un civil puede llegar a un principado de dos maneras; una sería por el uso de la maldad, ya desarrollado anteriormente, y otra por medio de la aprobación y promoción directa de sus conciudadanos.

Capítulo IX

En el Principado Civil, como lo llama Maquiavelo, no se necesita del valor o la fortuna sino de una astuta combinación de ambos, tal como lo hacen algunos políticos en la actualidad, sin embargo no alcanzan el titulo de príncipes por que lo prohíbe nuestra Constitución.

De la misma manera, el príncipe civil debe enfrentarse a las necesidades de los grandes con el pueblo, responsable directo de su triunfo. El panorama no es fácil pues el pueblo sólo quiere no ser oprimido y los aristócratas, terratenientes o burgueses etc., no quieren hacer el trabajo del pueblo.

Sin descuidar en lo posible al pueblo, el príncipe, deberá buscar alianzas con los grandes pues son los únicos que pueden organizar una revuelta con tintes revolucionarios.

Ahora bien, si el nuevo príncipe llegó al trono gracias al apoyo de los grandes, deberá de conciliares con el pueblo y buscar el afecto de sus nuevos súbditos a fin de que éstos lleguen a sentir una necesidad grandísima de su principado.

A continuación, Maquiavelo observa la manera como un reino se mide frente a los otros. Un príncipe es autosuficiente cuando tienen suficientes hombres para armar un gran ejército capaz de intimidar a los vecinos. Cuando no es el caso, queda amurallar el reino y defenderlo. En caso de ataque, habrá de confiar en la gratitud popular hacía su rey. De ahí la importancia previa de ganarse su confianza y respeto.

Capítulo x

Maquiavelo nos hace la referencia de que si el principado es bastante grande para que en él halle el soberano, o en caso necesario, con qué sostenerse por sí mismo, se vea obligado a implorar el auxilio ajeno.

Pueden los príncipes sostenerse por sí mismos cuando tienen suficientes hombres y dinero para formar el correspondiente ejército, con que presentar batalla a cualquiera que vaya a atacarlos, y ganar cuando se va de campaña; pero al no poder salir a campaña contra los enemigos, se encuentran obligados a encerrarse dentro de sus muros, y limitarse solo a defenderlos.

Cualquiera que haya artillado fuertemente el lugar de su mansión y se haya portado bien con sus súbditos, no será atacado nunca sino con mucha prudencia, porque los hombres miran siempre con cautela.

Capítulo XI

Maquiavelo nos señala que en los principados eclesiásticos que su adquisición y posesión no existe ninguna dificultad, pues no se requiere al efecto, ni de valor, ni de buena fortuna.

Tampoco su conservación y mantenimiento necesita de una de ambas cosas, o de las dos reunidas, por cuanto el príncipe se sostiene en ellos por ministerio de instituciones que, fundadas de inmemorial, son tan poderosas, y poseen tales propiedades, que la aferran a su Estado, de cualquier modo que proceda y se conduzca.

Únicamente estos príncipes tienen Estados sin verse obligados a defenderlos y súbditos, sin experimentar la molestia de gobernarlos.

Los Estados, aunque indefensos, no les son arrebatados, y los súbditos, aun careciendo de gobierno, no se preocupan de ello lo más mínimo, ni piensan en mudar de soberano en modo alguno y ni siquiera podrían hacerlo, por lo cual semejantes principados son los únicos en que reinan la prosperidad y la seguridad.

Pero, como son gobernados por causas superiores, según les hacen creer sus nuevos príncipes, estos por temor a Dios prefieren evitar la incertidumbre propia del origen de su príncipe, dándole a esté el poder del miedo a nombre de un supuesto Dios, lo que le permite mandar sin problema alguno.

Capítulo XII

Para que un príncipe pueda defender y legitimar su reino, Maquiavelo nos indica que se deberá de contar con tropas para defender al mismo.

Existen dos tipos:

a) Mercenarias o auxiliares, cuyos antecedentes de timadoras y cobardes en tiempos de guerra no recomiendan para nada que un príncipe apoye su confianza en tropas de ese tipo.

b) Propias. No cabe duda que un ejército adicto a

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