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ETICA DE LA DISCUSION


Enviado por   •  10 de Marzo de 2015  •  376 Palabras (2 Páginas)  •  391 Visitas

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ETICA DE LA DISCUSIÓN

En nuestra sociedad la razón de existencia es el dialogo en todo sentido se inicia a partir de un dialogo en donde los interlocutores tienen unas razones un fin y unos argumentos claros que cada uno trata de defender e ilustrar lo mejo R posible sin afectar o herir al otro en donde no hay ganadores ni perdedores y en donde quien estaba en un error puede ser liberado de él, el resultado del dialogo debe ser el nuevo conocimiento y el enriquecimiento.

De este modo, la discusión se convierte en una buena ocasión para acomodar nuestros pensamientos con los de nuestros contrarios ocasionales con el fin de asegurarnos, en primer lugar, de no estar diciendo una burrada, o adoptando un posicionamiento torcido o limitado.

Ninguno de nuestros argumentos es definitivo. Todos ellos pueden ser mejorados y corregidos de un modo u otro. Incluso cuando nos acompaña la razón, es evidente que una buena discusión puede ayudarnos a refinar nuestra comprensión de las cosas, o dar mayor peso a aspectos de la cuestión que hemos desatendido.

Discutimos para llegar a una conclusión. Es cierto que no siempre llegamos a una conclusión definitiva cuando participamos en esta práctica humana tan importante, pero si hemos sido virtuosos, es decir, si hemos sido atentos y honestos, dicha participación nos ofrecerá, como mínimo, alguna ganancia positiva. Podremos reconocer, por ejemplo, argumentos equivocados o limitados a los que nos adheríamos, mejorando nuestra posición inicial en nuestras futuras discusiones. De este modo, es posible afilar y fundamentar nuestros posicionamientos respecto a las variadas materias de nuestro interés.

Muy diferente es cuando en la discusión reina el desorden y los participantes intervienen en el mismo tiempo con el único propósito de reafirmarse abusiva y bruscamente en sus posiciones. Lo que se evidencia en estas ocasiones es que no hay manera de llegar a conclusión común alguna y que el ejercicio sólo sirve para descalificar personalmente a cada uno de los de los participantes como si se tratara de una contienda y no una práctica humana.

Lo más contrario al ejercicio de la discusión es "hablar por hablar". En la discusión lo que buscamos no es otra cosa que la verdad. La verdad exige un alto grado de virtud: generosidad, paciencia, disciplina, entusiasmo, atención y veracidad.

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