ETICA Y ACCIÓN

ETICA Y ACCION

ERICA LISETH MONTERREY MORA

66419521

UNIVERSIDAD DE BOYACÁ

2020

La ética como acción consiste en una formulación muy general, en lograr el mejor modo de vida con uno mismo y con los demás, o lo que es lo mismo, en ser fiel a lo que uno cree y hacer el mayor bien a los otros evitando su mal. Esta fórmula requiere, sin embargo, un cierto desarrollo. La ética se expresa en las acciones humanas las cuales cuando son libres y están orientadas al bien, son las acciones que se valoran como éticas. La libertad cuestionada hoy como nunca por las neurociencias, es el requisito para que se nos puedan atribuir las acciones y por lo tanto considerarnos responsables, y el bien o la bondad serian lo que ponen en acto nuestras potencias. Pero... ¿Qué es lo bueno? ¿Dónde está el bien? Debemos aspirar en la vida a hacer el bien y tener bondad y lo podemos lograr porque somos los titulares del cuerpo que constituye la individualidad de cada uno. La ética por lo tanto es la base y el peldaño final de la existencia que nos toque en suerte. El problema radica en lo que realmente consideramos bueno para nosotros y para los demás. Para algunos ese bien o bondad consiste en las consecuencias derivadas de las acciones que realicemos. Para otros tiene que ver con adecuar estas acciones a nuestros principios. Todo lo que he expuesto no vive en una nube teórica, por importante que sea conceptualizar que es la ética, sino que pisa el suelo y habita en nuestra vida todos los días. Socialmente la ética, de manera especial la que consideramos mas viva y exigente, rompe las barreras de un egoísmo destructor y construye una convivencia de ayuda mutua. La ética, en consecuencia, no es necesaria y evitaría la enorme disfuncionalidad que se está dando en un mundo donde las tecnologías pueden llevarnos a que tengamos que dividir a hombre y mujeres de primera y segunda división. La ética no es una medicina que todo lo cura, pero es un instrumento que, además de dar la medida de lo que somos, nos orienta hacia un vivir en común en donde todos nos sintamos lo más a gusto posible. Para que la ética no sea un grito en el aire o un simple predicar debemos de conocer más y mejorar cuales son nuestras capacidades, como funciona nuestro cerebro y cómo funcionan nuestras habilidades. Y desde un punto de vista objetivo no podemos ser ciegos o miopes ante los hechos. Si desconocemos lo que ocurre en el mundo o somos indiferentes al sufrimiento general y a las posibilidades de minimizarlo, la ética es vacía. Se trata de llenarla. De esta manera sirve para lo que es más decisivo en el tiempo que estemos en este mundo: tener una vida buena, a nadie se le puede exigir u obligar a ser moral. En su sentido más auténtico es una opción. Escribía Wittgenstein que los mayores errores proceden de la voluntad. Diciéndose que los bienes, y el previo conocimiento los cimienta la voluntad. La cuestión es querer.

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