El Amor Según Hegel

Concepción Dialéctica Del Amor

El amor, es una contradicción viva “El primer momento en el amor es que no quiero ser una persona independiente para mí y que si lo fuera me sentiría carente e incompleto. El segundo momento consiste en que me conquisto a mí mismo en la otra persona y valgo en ella, lo cual le ocurre a esta a su vez en mí. El amor es por la tanto una enorme contradicción que el entendimiento no puede resolver, pues no hay nada más inconsistente que esa puntualidad de la autoconciencia que se niega y que sin embargo debo tener afirmativamente. El amor es al mismo tiempo la producción y la solución de la contradicción; en cuanto solución es la concordia ética” (Friedrich Hegel)

El amor es una actividad subjetiva, espiritual que lucha y se enfrena con la naturaleza contra la objetividad, el ímpetu posesivo. El amor es la unidad existencial de los vivientes, el amor debe, pues surgir de la conciencia que crea la vivencia en común que ya no es esa fusión de conciencias individuales sino la unidad que nace de la vida misma gracias al conflicto frecuente que hace de este en un primer momento como subjetividad sentimental que aparece incompleta y que esencialmente requiere de la objetividad como realidad común de todos los hombres de esta manera se socializa o colectiviza el amor, que ya no es subjetivo sino una universalidad real pero sin embargo, la gran carencia del amor consiste es que es aislamiento, significa solo un momento provisional en la gran corriente de la vida.

Por lo tanto el amor presupone la lucha y al mismo tiempo la contradicción ya que al pronunciar “yo te amo” es algo perturbador y violento puesto que hay una clara necesidad del reconocimiento de ese amor por parte del otro, en otras palabras seria amar a su enemigo pero al mismo tiempo combatiendo con él, por dicha razón el amor en la oposición entre conciencias se resuelve en correspondencia. El que ama está dispuesto a reconocer al otro, aún antes de ser reconocido por él. Así, el amor es reconocimiento mutuo, es la manifestación mutua de dos seres, el uno se revela al otro y cada uno a sí mismo.

En esta medida Hegel concibe el amor, como una vivencia singular de los amantes en la que se encierran, "lo que tiene por consecuencia que el corazón mismo es consciente de esta contradicción", pues los amantes quieren salir de su prisión feliz y proyectarse hacia el mundo. Cabe también amar sin querer ser amados, para no convertirse en mero objeto de la pasión de otro. Por el contrario, el amante activo busca ser todo para la amada, y hasta borrar de su vida a los demás. Entonces el amor mismo sin embargo, no es naturaleza completa, en los momentos del amor feliz no hay objetividad por ello Hegel dice que el amor es pleroma, es decir, plenitud en donde la lucha es continua.

De acuerdo con esta concepción el amor es también desarrollado en la figura dialéctica del amo y el esclavo en el que como ejemplificación metafórica se puede entrever a un amante dominador y otro dominado puesto que subyuga al otro y este ve en el amor como un sacrificio al que se somete voluntariamente, pero sin embargo cuando la persona sometida logra dominar por la dulzura y la tolerancia, se debe a que ha perdido el temor y recupera la dignidad la conciencia de sí, al experimentar miedo por el amado deja de sentir ese amor ciego, y entonces mira a su amado como en realidad es, pues por su parte el que domina siente la necesidad de la persona que le proporciona placer y se esclaviza a ella, pero como todos las necesidades por el hombre continuamente se encuentran insatisfechas la existencia de esta produce una esclavitud mayor del que antes se encontraba dominado. Todo esto constituye el dominio del que el amor es participe para consolidar nuestras necesidades carnales hace que la verdadera independencia del esclavo haya sido poder amar en libertad, ya que satisface su deseo de manera

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