El Beso

Y aquí estamos, un casi perfecto escenario para una batalla…Un cielo estrellado, un poco de frío no tan malo, un encuentro y nuestras miradas. Tus labios, completamente perfectos; húmedos, te tengo aquí y ahora. No te dejaré ir. Lo que más deseo, está a punto de suceder. Como niña a punto de abrir su regalo de navidad, muero de ansias. Mi mundo se encierra en tus ojos, puedo ver mis pupilas a través de tu reflejo, un grandioso espejo. Nuestras mentes en blanco están, Puedo sentir tu tacto. Sé lo que vengo a hacer, solo quiero que tomes la iniciativa. Nuestros caminos se cruzaron en algún momento, después de ser extraños en universos paralelos tuvimos que encontrarnos aquí, hemos llegado a esta cita en tiempo y forma. Ya no quiero ser jamás una extraña para ti. Estoy decidida, no miraré atrás, no voltearé mi rostro, no me ganarás la mirada. Por un momento, pierdo la conciencia, el frío invade mi cuerpo, mis músculos se tensan. Temo a lo que pienses ahora de mí, las puertas de mi corazón se abrieron, el pulso ahora corre por mis venas a gran velocidad. Siento ese tacto de la nada, tacto que me hace sentir un poco más ansiosa.

Nervios, ansias, miedos y temores, no sé qué pensar. Una canción suena en mi cabeza: Percusiones y piano hay dentro, como melancolía en pleno apogeo, o un miedo eterno de arruinar este momento.

Mi estatura es pequeña “Toma ya la iniciativa” pienso yo por dentro. Un suspiro sale de ti, no quiero palabras ahora, quiero hechos. Solo te miro como si nada más ocurriera a mi alrededor. Perdí la noción del tiempo y el espacio. No me importa. Ya no quiero pensar así, quiero lanzarme sobre ti, en un eterno roce de labios. La primer gota de sudor brota de mi frente, solo quiero que te des cuenta ya de lo que quiero.

Con un beso te demostraré que cuando estés solo y tengas miedo, ahí estaré en tu memoria, como tatuaje transparente. Escenarios perfectos invaden mi mente, es como un juego de niños: No hay mejor lugar que un día lluvioso. Quiero que alimentes mi debilidad. No mires a otro lado, no te vayas, esto apenas empieza, los segundos se hacen horas, segundos silenciosos, donde nuestras moléculas cumplen con todos los requisitos para una perfecta reacción química.

Mi corazón arde, oigo el tuyo hacer lo mismo, no quiero olvidar este momento, cierro mis ojos lentamente, estoy lista. Ya no los quiero abrir, llegó la hora de tatuarme tus labios.

Tus manos y las mías juntas, caricias con fuerza. Sé que no irás a ningún lado, estamos inconscientemente conscientes de lo que hacemos.

Siento tu rostro cada vez más cerca, siento tu mirada más cercana, siento mi corazón palpitar, casi a punto de morir; de hecho, quiero morir. Y en el momento menos esperado, una explosión ocurre en mi estómago. Acabo de ser víctima de tus labios. Finalmente compruebo lo que siempre e sabido; estoy enamorada. Mi cuerpo es ahora un poco más ligero, siento mis músculos relajarse. Con delicadez subo mis brazos hacia tu cuello, te abrazo, no te quiero soltar, no quiero que este beso termine, no debo irme, no debes quitarte.

Puedo sentir tu respiración, puedo verte cerca de mí, puedo decir: “estoy enamorada”.

Quiero mirarte a los ojos, es mi deber observar lo que sientes, mis ojos me delatan; me retiro y te miro, encontrando una sonrisa inquieta, la cual se marca en tus mejillas, tus ojos brillan como las estrellas del cielo, aquellas que me hacen sentirme tranquila en mis noches de soledad. Me das paz y tranquilidad, no te vayas, abrázame, y seamos una vez más, como 2 niños inquietos que solo hacen lo que mas les gusta... Y en este caso, serán tus besos y los míos.

...