El beso

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“El Beso” De Gustav Klimt y la fotografía del beso al término de la II Guerra Mundial:

EL BESO DEL HOMBRE A LA MUJER

Este será un ligero análisis de investigación sobre el como el hombre tanto en la pintura elegida, como en la fotografía ocupa un papel de mayor control en la situación, en este caso durante el acto del beso. Tomándola y acercándola hacia el mientras ella recibe la acción, incluso estás mujeres se inclinan hacia atrás al recibir dicha fuerza.

Es ahí donde recae el argumento sobre el como la figura masculina a sido más prepotente no solo en casos de actividades políticas o sociales, también en ámbitos artísticos. Tan claro está que han quedado plasmados.

De ahí el nombre elegido para mi análisis, hombre a la mujer, haciendo énfasis y poniendo al hombre antes de la mujer para hacerlo más implícito.

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 “El siglo veintiuno ha sido asociado mayormente con la tecnología y el desarrollo en su utilidad, pero poco se sabe que el erotismo y simbolismo son también parte de la expresión y el avance de la modernidad” ^[1]

Al pensar en erotismo probablemente lo primero con lo que se asocia es sexo y su contexto, en asociación con ambos géneros, masculino y femenino.

Es de hecho el erotismo una de las características más determinantes del “arte nouveau” corriente que Gustav Klimt seguía, junto con el simbolismo, dándole así a sus obras una esencia y aspecto únicos y difíciles de comprender.

Se ha dicho que “El Beso”, pintura que realizó entre 1907-1908, ha sido la más famosa de todas. Esta la realizó a principios del siglo XX, fue aquí donde se desató el inicio de una revolución en donde la mujer comenzaría a luchar por ser considerada en serio, empezando por los ámbitos artísticos, tal era el caso de la literatura, cine y periodismo.

Klimt veía a la mujer, como objeto sexual, mejor descrito como “femme fatale”, reflejado en la mayoría de sus obras, pero es en esta en donde encontramos un aspecto contradictorio.

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Este vínculo que aparenta tener la pareja, al encontrarse juntos dentro de esa “envoltura” dorada puede ser un espejo que si observamos con más detenimiento encontraremos aspectos que podrían refutar el hecho de que la escena sea una situación satisfactoria de mutuo acuerdo.

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Klimt disfrutaba el explorar las implicaciones psicológicas de la sexualidad^[2], los placeres físicos y a la mujer envuelta en estos aspectos. Pintándola en sus diferentes etapas, sola o en este caso acompañada. Ligado siempre al erotismo, el placer sexual con la alegría de lo artístico y le dio una dimensión espiritual . También fue particularmente unido a la representación de la belleza ideal.

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La famosa fotografía tomada por Alfred Eisenstaedt al término de la segunda guerra mundial.

Conocida y aclamada tanto por las circunstancias del momento como por espontaneidad que contiene. Pero es buen material a analizar y profundizar un poco más allá de lo que parece ser una dulce y conmemorable fotografía.

Al comienzo de la guerra debido a que los hombres fueron en su mayoría reclutados para la guerra, alguien debía de ocupar esas vacantes en la fábricas que estos habían dejado ¿Quiénes reemplazarían a los trabajadores enlistados en combate? Las mujeres, esto luego llevaría a una serie de cambios en la sociedad y en la percepción que se tenía sobre la mujer.

Sin importar que clase de trabajos fuesen, esto con el tiempo fue demostrando la capacidad que tenían para hacer cualquier tipo de tarea no solo las del hogar.

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