El Escepticismo, ¿Un Límite Ante Las Ciencias?

El Escepticismo, ¿Un Límite Ante las Ciencias?

El conocimiento ha llevado al hombre a explicar e interpretar el mundo que los rodea trayendo consigo verdades necesarias para su desarrollo. La teoría del conocimiento, como disciplina de la filosofía, se entiende como una parte de la teoría de la ciencia. En ella, encontramos las formas y leyes del pensamiento humano del cual derivan todas las ciencias existentes. Los cinco problemas de los que se ocupa esta teoría incluye un gran numero de doctrinas para resolverlos. Dentro de estos está la posibilidad, el origen y la esencia del conocimiento, el problema de la intuición y el problema de la verdad. Desde el dogmatismo, al relativismo o del racionalismo al fenomenalismos, todas resuelven y expresan un punto que contribuye, sea por el hecho de que es erróneo o acertado, a que se forme el campo que hoy determinamos como el conocimiento.

El escepticismo es una de las doctrinas filosóficas que hace parte de los problemas que abarca la Teoría del Conocimiento. Dentro de esta escuela encontramos a su fundador Pirrón de Elis, de donde nace el concepto que sustenta que no se llega a un contacto del sujeto y el objeto y que la conciencia cognoscente le es imposible aprehender su objeto por lo tanto no hay conocimiento. De el se derivan representantes de esta doctrina, no tan radicales como el que, aun así, mantiene su misma posición ante este fenómeno de conciencia. Las clases de escepticismo que tratan estos, metafísico, religioso, ético entre otros, son tan solo enfoques diferentes que cada uno presenta ante esta escuela.

¿Cómo es posible afirmar que el conocimiento es imposible sin expresar un conocimiento? La posibilidad de llegar a conocer para los escépticos se torna nula pero al mismo tiempo contradictoria. Estas personas, al dudar del conocimiento y denominarlo como imposible están expresando uno. El solo hecho de afirmar algo y no opinarlo, como deben hacer según sus principios, crea un juicio y por ende una verdad conocida. De la misma forma, al manifestar un pensamiento existe una probabilidad de que algo sea verdadero, tornándose así contradictorio para esta doctrina debido a que lo probable es lo que acerca a lo verdadero y lo verdadero lo que lleva al conocimiento. Sus mismas primicias y dudas llevan al constante deseo de aprender, solucionar y conocer lo que no es cierto.

Por el otro lado, esta constante duda del universo por parte de los escépticos no haría posible que se desarrollaran las ciencias, es decir, no habría un conjuntos de conocimientos por el hecho de que no existiría un juicio verdadero. Asimismo, si este método tuviese razón, no se lograría que las personas se conociesen a si mismas y no se llegaría al razonamiento puro para adquirir una comprensión del mundo. Sin la posibilidad de conocer no reflexionaríamos ante nuestras conductas, actos y palabras. Los valores que nos han inculcado no se conocerían sin una filosofía que, por ende, esta estrictamente basada en estos. No habría un fin, sin un objeto al cual llegar, sin un objeto que se reconociera. La falta de determinación en el campo del conocimiento evita que las ciencias se desenrollen y establezcan un objeto que es aprehensible por el sujeto como afirma la Teoría del Conocimiento.

No obstante, una posición escéptica ante la vida es necesaria hasta el punto que se inculque el sentimiento de duda que lleva al deseo de saber mas. Sócrates con su sistema de mayéutica se presentaba ignorante o dudoso y así lograba hacer que sus pupilos pensaran y aprendieran. La duda de la creación del universo fue la que hizo que se llevaran a cabo investigaciones y teorías que finalmente conformaron la verdad de dicha incertidumbre. Todos esto lo conocemos porque la duda se presentó, los seres pensaron, se formularon juicios y se encontró la verdad.

A pesar de estos hechos, el respeto mutuo que se mantuvo entre los

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